El discurso chovinista y xenófobo de Rafa y la campaña de Zavala

Arturo Luna Silva

Al correr la semana tres de las campañas a la gubernatura de Puebla, ya pueden obtenerse algunas observaciones clave.

Veamos:

Esté sábado, durante la gira de Rafael Moreno Valle por Tlatlauquitepec, Atempan y Libres, el candidato de la coalición “Compromisos por Puebla” presentó algunas novedades dignas de tomarse en cuenta: estrenó su autobús de campaña, en donde arribó acompañado de una reducida comitiva y de los dirigentes del PAN y Convergencia, y con ese simple detalle logró generar una percepción de fortaleza en esos municipios.

César Nava llegó en helicóptero a Tlatlauquitepec, después presidió otro evento en Atempan; para entonces, Moreno Valle le recordó los datos de la encuesta del Gabinete de Comunicación Estratégica, difundida la pasada semana por Milenio Televisión, y lo puso al tanto de lo que sucede en Puebla; de ahí que el discurso del dirigente del PAN se centró en explotar el tema del millonario asalto a la Secretaría de Finanzas y luego en los datos de la citada encuesta, que redujo la ventaja de Javier López Zavala y que ha servido para envalentonar al candidato de la oposición.

Por primera vez, Moreno Valle llegó con una caravana de servicios de salud y sociales; entre carpas ofrecieron atención médica, dental y peluquería, pusieron mesas para que la gente se apuntara desde ya, obviamente con sus datos electorales, para los programas que viene ofreciendo, como: Peso por Peso, becas y para otro tipo de gestiones. El gobierno federal, pues, operando con todo a favor de su abanderado. Otro dato a considerar: Moreno Valle no es un candidato del PAN abandonado por Los Pinos, a diferencia, en su tiempo, de Francisco Fraile y Ana Teresa Aranda. ISSSTE, Sedesol, Gobernación y SEP, entre otras dependencias u entidades federales, comenzaron a apuntalar la campaña del senador con licencia.

En Atempan gobierna el PAN; Tlatlauquitepec es zona de influencia de Convergencia, lo mismo que Libres. En estos dos últimos municipios los eventos fueron importantes, la gente llego, sí, más para apoyar a su candidato a la presidencia municipal; sin embargo, Moreno Valle con su rollo los calienta y prende.

¿Cuál rollo?

Pues su rollo xenófobo, mismo que no obstante sí le está dando resultados dado que enciende los ánimos de la gente.

Desde hace una semana, Moreno Valle utiliza como arma estratégica el origen de López Zavala y desde cada templete, de frente a sus simpatizantes, pregunta en medio de gritos si están de acuerdo en que Puebla sea gobernado por “un chiapaneco”; obviamente todos le responden que no; después, dice que él sí es poblano y que su familia, desde su abuela, nacieron en la Mixteca.

Este discurso no sólo es xenófobo: también racista y chovinista.

Además de que polariza, olvida que el candidato de la coalición opositora a la alcaldía de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, es de Toluca e invita a la violencia, pues no faltara quien se dé por aludido u ofendido y responda a mitad de un mitin en medio de la calentura.

Lo grave, empero, no es que Moreno Valle haga uso de esa, digamos, “debilidad” zavalista: haber nacido en Chiapas.

Debilidad” que, por lo demás, aparece reflejada en diversos estudios demoscópicos basados en grupos de enfoque, pues, en pleno siglo 21, Puebla sigue siendo un estado cerrado y tradicionalista.

(Y finalmente es ésta la madre de todas las guerras, y para ganar cualquier recurso es válido).

Lo que sorprende es que del lado del candidato del PRI-PVEM a Casa Puebla no haya quien le conteste, quizá no con descalificaciones personales; sí, sin duda, con argumentos políticos sólidos.

A la fecha, al lado de López Zavala, no hay quien elabore una defensa de nivel o dé la cara por él para evitarle el desgaste; a veces, sinceramente, creo que sus “asesores” tratan de convertirlo en el “payaso de las cachetadas” debido a una mala, pésima lectura de las “ventajas” de la victimización política (la experiencia de Francisco Labastida demuestra lo equivocado de la medida).

Sí, el equipo de guerra de López Zavala no cabecea, tampoco lee y mucho menos está interpretando escenarios y coyunturas. Sus reflejos son lentos, y pobre, su capacidad de respuesta. Está careciendo de dos premisas importantísimas para el triunfo electoral: imaginación y originalidad. Las posturas racistas y xenófobas de Moreno Valle le están dando resultado porque no encuentran, entre otras cosas, réplica ni contrarréplica.

Da la impresión de que los grupos alrededor de López Zavala andan más ocupados repartiéndose las posiciones en el “gabinete” de un equipo político que aún no ha superado la máxima prueba de las urnas, que en elaborar ideas y formas distintas que resalten los negativos del candidato de la coalición “Compromiso por Puebla”, como su dependencia orgánica de y hacia Elba Esther Gordillo, su inocultable desprecio al panismo ortodoxo y su enorme e increíble capacidad para dejar inconclusas sus tareas políticas (ya sea como secretario de despacho dentro de un gobierno del PRI o como diputado o senador de un partido como Acción Nacional, lo suyo es el trapecismo político).

¿Será que en el círculo íntimo del priísta todos se creen generales, hay traidores a la vista y la soberbia ha atrapado a muchos a pesar, reitero, de que todavía no ganan nada?

Todo lo cual me lleva a pensar que la elección ciertamente se está cerrando, lo cual es natural y lógico, y no precisamente por lo que está haciendo Moreno Valle, sino por lo que están dejando de hacer en el bando de López Zavala, que a pesar de todo aún registra una ventaja significativa –aunque no definitiva- sobre su contrincante.

Por si fuera poco, de lo que va de la campaña del PRI (y apenas viene lo bueno), se observa:

Que es falso que en algunos distritos y muchas regiones estén cerradas las heridas entre los priístas, las broncas siguen y lo que sucede abajo, lo desconocen los dirigentes estatales por lo que no hay “operación cicatriz”.

Que la estructura continúa recibiendo órdenes de un lado y de otro. Sigue haciendo falta un jefe real y único de la campaña, con poder de decisión. Ni Jesús Morales ni José Luis Márquez. Hasta hoy, ese papel ha sido asumido por el propio López Zavala, quien sólo debería “trabajar” de candidato.

Que muchos liderazgos intermedios, de base e históricos, no están siendo tomados en cuenta y eso les molesta.

Que cunden el influyentismo y el compadrazgo y esto encoleriza a la burocracia oficial, puesto que algunos hablan de que tendrán un nuevo y mejor puesto por estar con López Zavala, pero son los más déspotas en sus centros de trabajo.

Que no hay tanto dinero como presumían o no está bajando donde debe bajar.

Que algunos dirigentes, de medio pelo, están diciendo a algunos candidatos a presidentes municipales, que los recursos que quieren invertir en sus campañas, primero los deben entregar a ellos para que el partido, a su vez, se los administre, “porque el IEE exige muchos requisitos fiscales y les puede retirar el registro”, pero todo es una transa.

Que la campaña sucia de algunos ex perredistas en contra de Moreno Valle no sólo no le está afectando, sino que está beneficiando más a la coalición “Compromiso por Puebla” que al propio PRI, y es que la reputación y credibilidad de los emisarios es igual a cero (véanse los casos de Rodolfo Huerta, Armando Méndez y Arturo Rivera Pineda).

Que, en términos generales, el exceso en las promesas de campaña está conduciendo al vacío: son tantas que a la gente le cuesta recordarlas o valorarlas en su justa dimensión. El candidato del PRI-PVEM debería ser capaz de optar por la calidad en lugar de la cantidad, para que suceda lo mismo con la percepción y la información que recibe la clientela electoral, tanto la propia (su voto duro) como la ajena (el voto switcher).

Y que mientras Moreno Valle sí ha entendido que es forzoso ganar a los denominados nuevos electores y sabe muy bien que éstos se guían más por sensaciones que por argumentos, López Zavala ofrece a veces un discurso teórico complejo, suponiendo que los conceptos son los que mueven a los votantes.

Los asesores del priísta no le han dicho cómo contrarrestar la idea de (falso) “cambio” que promueve Moreno Valle; deberían empezar por comentarle que los nuevos electores -es decir, ése famoso 30% de indecisos- sí son críticos radicales del orden establecido (el marinismo, en este caso), pero en los hechos no tienen ningún interés verdadero en transformarlo, al menos dentro de sus propios parámetros. Y es una ventaja competitiva a la que el PRI le debería sacar jugo.

López Zavala, sin duda, es un estupendo candidato. Tiene virtudes y talentos que ya quisiera su oponente. Aventaja a Moreno Valle por un margen considerable. Pero algo no camina bien en estos días. La encuesta del Gabinete de Comunicación Estratégica es la primera gran llamada de alerta. Lo peor que pueden hacer es ignorar o minimizar las lecturas que sus números arrojan.

López Zavala, su equipo y el PRI deben entender que los únicos que pueden hacer perder a los priístas son los propios priístas. Porque aquí y en China, la confianza y más que eso: el exceso de confianza, mata.

gar_pro@hotmail.com

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