La guerra de Elba Esther

Arturo Luna Silva

garganta

Fue el pasado jueves, en petit comité, cuando se decidió activar la maquinaria del SNTE a favor del ahijado de la profesora Elba Esther Gordillo, Rafael Moreno Valle Rosas.

A la reunión asistieron el jefe de la estructura electoral del candidato de la coalición “Compromiso por Puebla”, Néstor Gordillo –sin parentesco con “Doña Perpetua”; los dirigentes de las secciones 23 y 51, Eric Lara Martínez y Cirilo Salas Hernández, ambos en calidad de gatos de Moreno Valle, y cinco maestros por cada uno de los 26 distritos electorales, mismos que supervisarán las acciones en sus territorios de aquí al 4 de julio.

También estuvieron los representantes de las dirigencias de los cuatro partidos de la alianza opositora, quienes se comprometieron a entregar los listados con sus representantes de casillas para que el SNTE los audite y, de ser necesario, le entre al quite con profesores que, obviamente, deberán cumplir con el encargo so pena de perder la chamba o sufrir represalias al estilo de la dueña del magisterio.

Lo más increíble es que hasta antes del jueves todavía había zavalistas que, ingenuos y obcecados, seguían creyendo que Elba Esther estaba con el PRI. Uno de ellos, el secretario de Educación Pública, Darío Carmona García, quien loco de contento no paraba de asegurar a su candidato Javier López Zavala que, si bien había divorcio con la cúpula del SNTE, él seguía teniendo el control político de los maestros.

Una rotunda mentira que cayó por su propio peso luego de que en Puebla el líder nacional del sindicato, Rafael Ochoa Guzmán, comparó al candidato del PRI-PVEM con el personaje televisivo de “La Chimoltrufia”, haciendo sonar los tambores y declarando así la guerra a todo lo que huela o suene a Mario Marín Torres.

¿Seguirá López Zavala creyendo los cuentos de su “amigo” Darío?

Es poco probable dado que por fin ha quedado claro que las últimas órdenes de la maestra Gordillo van en el sentido de apoyar con todo, tope donde tope, a Moreno Valle, y ¡pobre de aquél que se atreva a desafiarla!

Ahí están, por ejemplo, Eric Lara y Cirilo Salas.

Los dos, hasta hace un mes, echaban pestes de Moreno Valle y hasta añoraban su derrota. Decían que los trataba como gatos y reprochaban que nunca les pidió personalmente que se sumaran a su proyecto. “Sólo quiere hablar con la maestra, a nosotros ni nos pela, nos ignora, y por eso no vamos con él, nosotros vamos con (López) Zavala”, argumentaban. Pero bastó una llamada de la madrina morenovallista para que ambos, solitos y solícitos, se fueran a poner a las órdenes de Rafael en medio de caravanas y confeti. Poco faltó para que le besaran el anillo al estilo de “El Padrino”. Patéticos.

Y es que Elba Esther se juega todo su resto en Puebla.

Sus dos candidatos en este proceso electoral son Miguel Ángel Yunes en Veracruz, donde la alianza opositora no es completa, y Moreno Valle en Puebla, donde sí se unieron todos –excepto el PT y PVEM- contra el PRI.

Como a estas alturas del partido luce difícil que Yunes logre vencer a la poderosa estructura de Fidel Herrera, entonces la dueña del SNTE pretende quemar sus naves en tierras poblanas, donde invertirá todo su capital (político y económico) para tener por lo menos a un gobernador y con tal de llegar con fichas qué negociar a la sucesión presidencial del 2012.

Elba Esther trae fuertes acuerdos nacionales con el presidente Felipe Calderón. La reciente negociación salarial entre Los Pinos y el sindicato magisterial, que entre algodones acordaron 4.9% de aumento al suelo base de los maestros más otras millonarias prestaciones y premios, es sólo una muestra de que su amasiato político sigue vigente.

Una cosa es que la Gordillo mantenga buenas relaciones con el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, y otra muy, muy diferente que no busque la destrucción de Marín y compañía.

Los dirigentes y maestros de la burbuja del SNTE en Puebla dicen que ahora sí van con todo con Moreno Valle. Son órdenes superiores. Señalan que si hicieron ganar a Felipe Calderón en la contienda de 2006, por qué no podrán hacer lo propio con Moreno Valle, rezagado –pero no muerto- en las encuestas.

Con presencia en los 217 municipios del estado, y con gran influencia en los ciudadanos de a pie (que sólo creen en el cura, el doctor y el maestro del pueblo), aspiran a meter 300 votos en cada una de las más de 6 mil casillas que se instalarán el 4 de julio, suficientes –afirman- para terminar de empujar a Moreno Valle a la victoria.

En los próximos días se verá una presencia más activa de la estructura electoral del magisterio en la campaña de Moreno Valle. El Partido Nueva Alianza, la franquicia electoral del SNTE, recibirá una fuerte inyección de recursos económicos para operar y comprar voluntades. Y las brigadas de profesores se podrán observar en todos los distritos. La fuerza y perversidad de la maestra hará el resto. Y es que ésta también es la guerra, la guerra de Elba Esther.

gar_pro@hotmail.com

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