“Yo no lo tengo miedo a Marín”

Arturo Luna Silva

Se avecinan tormentas.

Y es que ante el escenario de alta competencia, en el búnker de Rafael Moreno Valle Rosas han tomado la decisión de ir con todo, frontalmente, contra Mario Marín Torres.

Están seguros de que sólo así van a poder terminar de polarizar la elección y hacerse de buena parte del 30 por ciento de indecisos, la franja que a la larga determinará el rumbo final del 4 de julio.

Pegarle de todos los modos posibles al gobernador de Puebla será, entonces, la tónica del candidato de la coalición “Compromiso por Puebla” en los últimos 26 días de campaña. Incluso antes, durante y después del debate del próximo 16 de junio.

Es el consejo de sus asesores de cabecera.

Ubicar a Mario Marín como el enemigo real y centrarse en él como el “tirano” al cual hay que derrocar.

Por eso, van a explotar los flancos débiles del mandatario priísta. No le extrañe, de hecho, que pronto hasta le revivan viejos expedientes, como el caso Lydia Cacho. O que surjan otros, nuevos y por tanto desconocidos –hasta hoy- por el gran público.

Los números que manejan en el war room de Moreno Valle Rosas son claros: si bien Mario Marín alcanza en algunas encuestas recientes, como la de Prospecta Consulting, una aprobación de 7.83 por ciento, dicho aval es a su gobierno, no precisamente a su persona.

De ahí que, mediante la mercadotecnia, buscarán sembrar en los sin partido un juego político y psicológico bastante interesante:

Venderán la idea de que el “malo” de la película es Marín. Que Marín busca perpetuarse en el poder a través de su “hijo” político, Javier López Zavala. Que sólo un “héroe” es capaz de impedir tal “desvergüenza”. Que ese “héroe” no es otro que Moreno Valle Rosas, quien ya ha dicho, incluso, que está dispuesto a sacrificarse por el “pueblo-víctima” (y a renunciar en caso de incumplimiento). Y que sólo él puede cortarle la cabeza al “tirano”, que se mantiene en el poder sólo porque todo mundo le tiene miedo. Todos menos él: Rafael.

La nueva estrategia va tan en serio que arrancó esta misma semana. Y no en cualquier lugar, sino en la mismísima tierra del gobernador: Coyotepec, en el corazón de la Mixteca poblana, donde el pasado lunes estuvo el candidato de la coalición “Compromiso por Puebla”.

De hecho, el lugar fue el mensaje.

Y es que fue ahí, a unos minutos de la junta auxiliar de Nativitas Cuatempan, el sitio de origen de Mario Marín, donde Moreno Valle Rosas exhibió sus nuevas armas y abrió fuego.

Directamente, sin darle vueltas, acusó al gobernador de beneficiar con puestos políticos a sus familiares y de imponer a López Zavala, a quien dejó en segundo plano pero sí ubicó como su “títere”.

¡Yo no lo tengo miedo a Mario Marín!”, gritó con todas sus fuerzas. “¡Y ustedes tampoco deben tenerle miedo!”, agregó en medio de la multitud que lo ovacionaba.

No fue casual. Más bien, parte del guión impuesto por sus estrategas –especialmente Cuauhtémoc Sánchez Ocio- y que debe acatar de aquí al final de las campañas si es que quiere tener una única, última oportunidad para ganar.

Sí, Moreno Valle Rosas está de caza y va por el gobernador.

Con todo.

Sabe que es él, no otro, el verdadero enemigo a vencer.

Porque Marín es el PRI y el PRI es Marín.

Venciendo a uno se vence al otro.

Y la guerra es a muerte.

Porque quien gana, gana todo y quien pierde, pierde todo; en este juego político de suma cero, en realidad lo que está de por medio es la sobrevivencia política de cada quien. Su futuro. El futuro.

¿Le alcanzará?

Está por verse.

gar_pro@hotmail.com

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