Aréchiga, ilustre lastre

Por desgracia, ya quedan pocas dudas de que el profesor Guillermo Aréchiga Santamaría está consolidado más como un lastre que como un activo del morenovallismo, cuyas expectativas en el ilustre presidente de la Gran Comisión del Congreso del estado eran muy, muy altas. Hoy, en contraste, y a casi cuatro meses del inicio de la Legislatura, sólo hay caras largas, quejas y reproches cuando se menciona el nombre del ex dirigente del SNTE a los integrantes del nuevo grupo en el poder.
Un ejemplo de su incapacidad y ausentismo orgánico es el poco oficio político que ha demostrado para conciliar intereses entre los distintos grupos políticos representados en la Cámara poblana.

Después del fuerte enfrentamiento que sostuvo el diputado y dirigente estatal del Partido Convergencia, José Juan Espinosa, con Rafael Moreno Valle y con el propio Aréchiga, el primero fue conminado en varias ocasiones, y de distintas formas, a limar asperezas con los principales actores del gobierno estatal, empezando por el secretario general de Gobierno, Fernando Manzanilla Prieto.

Esto se fue dando desde el inicio del receso del periodo ordinario y de manera gradual; actualmente, de hecho, ya se aprecia no un arreglo en toda regla, pero sí por lo menos una tregua y, por tanto, una sana distancia entre el morenovallismo y José Juan Espinosa.

Sin embargo, con Aréchiga la historia ha sido por completo diferente. En lugar de privilegiar el arte de la política, el presidente de la Gran Comisión ha optado por el pobre recurso del descontón.

Fuentes al tanto del asunto aseguran que hace un mes se había llegado al acuerdo de que cada uno, Espinosa y Aréchiga, respetarían sus correspondientes ámbitos de competencia: el primero como presidente del Comité de Administración y el segundo como líder de la Cámara.

Pero en los hechos esto no ha sucedido y peor: en los últimos días, Aréchiga se atrevió a convocar informalmente a los integrantes del citado Comité de Administración a sesionar en dos ocasiones fuera de las instalaciones del Congreso; ambas fueron en el hotel Camino Real del Centro Histórico, una el miércoles 27 de abril y la otra el miércoles 4 de mayo.

Y sin que en ningún momento tomara en cuenta al mismísimo presidente del comité: Espinosa, lo cual, por obvias razones, ha provocado un nuevo y muy desagradable distanciamiento (por decir lo menos), que lo único que ha generado es que la operatividad del Congreso siga semi paralizada.

Entre otras cosas, porque las compras de insumos básicos y la contratación de diversos servicios se tardan demasiado en trámites burocráticos y procedimientos contradictorios que generan parálisis, y un ritmo de trabajo muy, pero muy inferior al que desarrolló el propio Moreno Valle durante sus primeros 100 días como gobernador, que por cierto se cumplen hoy.

La culpa es, desde luego, del militante del Partido Nueva Alianza, enfermo de soberbia y en los hechos un ilustre lastre (¿o lastre ilustre?) para el morenovallismo, pues después de casi cuatro meses de haber asumido la Presidencia de la Gran Comisión, no sólo no ha dado noticia de su supuesto talento y su presumida sensibilidad política, sino que no ha logrado poner de acuerdo a los actores legislativos, y son los demás partidos (PAN, PRI y PRD, principalmente) los que han tenido que salir al quite para que exista gobernabilidad en el Congreso poblano.

La realidad es que, en opinión de la mayoría de sus compañeros diputados (basta sentarse con uno de ellos para escuchar una catarata de críticas), Guillermo Aréchiga atiende poco (y mal) su labor legislativa.

Y es que sólo se la pasa organizando eventos lucidores pero de escasísima trascendencia –como el reciente encuentro bilateral entre legisladores de Puebla y Tlaxcala-, así como recorriendo los distritos, donde, sin ningún pudor, ya hace campaña para el Senado de la República, posición que dice tener segura gracias a los arreglos de su progenitora política, Elba Esther Gordillo, con el PRI de Enrique Peña Nieto.

¿Desastroso?

Sí, y mucho.

Pero como dice el dicho, no tiene la culpa el indio, sino el que lo hizo su compadre.

gar_pro@hotmail.com

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