¿Y este Señor todavía quiere ser Senador?

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Sólo tuvo que pasar una semana desde que estalló el escándalo del narcoganadero Ismael Coronel Sicairos para que en el Comité Ejecutivo Nacional del PRI llegaran a la conclusión de que la larga y -sin duda- fructífera carrera política de Mario Marín ya llegó a su fin.

Ahora sí.

Forzosa e inevitablemente.

Y es que tras saberse que su gobierno financió con recursos públicos a quien resultó operador del capo Héctor Beltrán Leyva (a) “El H”, se determinó que si ya de por sí era impresentable, ahora Marín lo es doblemente.

¿Cómo mandar de candidato, así sea por la vía plurinominal, a quien aparece en fotografías con malas, muy malas compañías?

¿Quién va a ser el valiente que querrá compartir presídium con quien además de su preciosa fama nacional e internacional por el caso Lydia Cacho, ahora arrastra la sospecha de que sin querer queriendo, o queriendo, abrió la puerta de Puebla a los amigos de Coronel Sicairos?

¿Acaso Enrique Peña Nieto?

¿Qué les puede aportar un hombre tan desprestigiado?

Tras el reportaje de “Reforma” que desnudó los tratos de Marín con “El Judío”, hubo una breve pero sustanciosa reunión de evaluación, a puerta cerrada en el CEN del PRI, para analizar el caso.

Y fue ahí, y ante un par de influyentes priístas poblanos, que el dirigente nacional del tricolor, Humberto Moreira, preguntó en voz alta:

“¿Y este señor todavía quiere senador?”.

Por tanto, en los días subsecuentes ni una palabra salió del CEN en defensa de uno de sus ex gobernadores.

Y es que por esa y otras razones, Marín es “indefendible”.

Así que si tenía alguna oportunidad para llegar al Palacio de Xicoténcatl, ésta ya se fue y seguramente para no volver jamás.

Que nadie se equivoque.

La opinión que tienen de Marín en la cúpula del poder priísta no es mala: es pésima, y no lo quieren ver ni en pintura.

Y menos, mucho menos en una campaña que se anticipa complicadísima.

Y en la que la oposición y los medios los destrozarían por culpa de quien alentó en Puebla la industria de las milanesas de búfalo.

Como diría el clásico: “haiga sido como haiga sido”.

***

Por cierto: cuentan que los más felices con la noticia de la caída de los bonos de Marín son Javier López Zavala, Fernando Morales, Enrique Doger, Blanca Alcalá, Alejandro Armenta, Juan Carlos Lastiri y hasta Óscar Aguilar.

En ese orden.

Y es que un rival menos, siempre será un rival menos.

gar_pro@hotmail.com

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