Milagro –y Bancada- Morenovallista

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Cual milagro bíblico, la súbita e increíble multiplicación de los votos dio la madrugada del lunes 2 de julio un vuelco y, por tanto, nuevo rostro al supuesto negro escenario: el gobernador Rafael Moreno Valle le cumplió a todo mundo, hasta perdiendo ganó y, por principio de cuentas, logró finalmente rescatar de la derrota a cuatro de sus cartas para San Lázaro (Blanca Jiménez, Néstor Gordillo, María Isabel Ortiz y Julio Lorenzini) y, de paso, hacer el prodigio de convertir al inefable Javier Lozano Alarcón en senador –de primera minoría, claro- cuando el sujeto ya se hundía en el fango del olvido.

Saber qué pasó exactamente para lograr tan extraños sucesos, es sin duda materia de las ciencias ocultas, pero lo cierto es que quedó bien con el CEN del PAN, con el PRI y Enrique Peña Nieto, y con la profesora Elba Esther Gordillo.

Y es que ahora resulta que sí hubo voto diferenciado y que a pesar de que Andrés Manuel López Obrador ganó la elección en el estado de Puebla, sus candidatos a  diputados federales en la capital se fueron hasta el tercer lugar, quedando fuera de San Lázaro Abelardo Cuéllar, Luis Bravo, Gabriela Viveros y hasta Mario Chapital, pues también da la casualidad que resucitó, de última hora y ya casi con rigor mortis, el ex edil y ex rector Enrique Doger, del PRI-PVEM, en el distrito 6.

De acuerdo con el PREP, AMLO ganó la entidad con unos 830 mil votos. El desplome de sus candidatos al Senado (Manuel Bartlett) y a las diputaciones sin duda tiene que ver con que los primeros obtuvieron unos 172 mil votos menos y los segundos unos 200 mil votos menos que el tabasqueño. La Ola Amarilla sí fue, pero ya no fue tanto como para que la izquierda hiciera la grande ganando por primera vez en su historia un distrito de mayoría en el estado.

Una situación distinta ocurrió con Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota, pues Blanca Alcalá obtuvo unos 11 mil votos más que su candidato presidencial y el agonizante, pero vivo, Lozano Alarcón unos 58 mil votos más que la panista –¡con al menos 70% menos de conocimiento que ella!-. ¿Extraño? Nada más tantito.

Si hubo una elección atípica, con resultados y vuelcos verdaderamente inverosímiles, esa fue la del pasado domingo en Puebla.

Por lo pronto, como algunas voces señalaban desde la noche –muy noche- del 1 de julio, el balance para el gobernador poblano resultó ya no ser tan malo. Y es que, con todo y la estrepitosa derrota de Vázquez Mota y de que el PAN sólo ganó 4 de 16 distritos (12 se los embolsó el PRI), la cantada Bancada Morenovallista 2012 sufrió algunas bajas pero en esencia quedó intacta.

Y es que Moreno Valle –que hasta perdiendo gana- tendrá por lo menos ocho diputados federales a sus completas órdenes: Blanca Jiménez, Néstor Gordillo, María Isabel Ortiz y Julio Lorenzini (PAN), así como Guadalupe Vargas –hija de su secretario de Seguridad Pública, Ardelio Vargas-, José Luis Márquez, Filiberto Guevara González y Jesús Morales Flores (PRI).

En realidad serán 11, pues a la lista hay que sumar forzosa y necesariamente a Javier López Zavala, diputado federal plurinominal y el ex rival que ahora es aliado, casi incondicional, de Moreno Valle y que, por eso, seguramente no dudará en sumarse desde San Lázaro a sus designios, así como a Carlos Sánchez Romero, el priísta que ganó en el distrito 5 de San Martín Texmelucan y que es hijo de un muy bonito acuerdo entre Jorge Estefan Chidiac, secretario de Finanzas del CEN del PRI, y el gobernador, y por obvias razones al citado Enrique Doger.

Hay que agregar, claro, a Eukid Castañón Herrera, operador de lujo y uno de los hombres de mayor confianza del jefe del Ejecutivo, quien también entra a la Cámara Baja por la vía plurinominal.

En resumidas cuentas: 12 diputados federales. ¡Por lo menos!

RMV ya no pudo hacer legisladores a Edgar Antonio Vázquez Hernández (Teziutlán), Inés Saturnino (Ciudad Serdán), Guillermo Velázquez (Atlixco) y Felipe Mojarro (Tehuacán), pues obviamente no es Dios, aunque así lo crean algunos de sus más fieles súbditos, y los milagros no se dan en raíces ni se compran en la tienda de la esquina. Sólo son para casos especiales y de extrema urgencia.

Bastante hizo con lavarle un poco la cara –y la honra- al alicaído PAN poblano, al CEN de Gustavo Madero y sobre todo a su dirigente estatal, Juan Carlos Mondragón, quien tragando sapos no tuvo otra que salir este lunes, tras el domingo trágico, a anunciar triunfos que de ninguna manera le pertenecen, pues, haiga sido como haiga sido, el único y verdadero autor de los mismos es el huésped de Casa Puebla. ¿O alguien en su sano juicio cree que este muchacho Mondragón hizo diputados a Blanca Jiménez, Néstor Gordillo, María Isabel Ortiz y Julio Lorenzini?

No deja de llamar la atención, claro, que de los resucitados, el único que, como Lázaro, ya no se levantó ni –diríase- anduvo, fue el candidato a diputado federal de Acción Nacional por el distrito 6, Enrique “El Huevo” Guevara Montiel.

Si usted piensa que esto tiene que ver con que Guevara era la carta más fuerte del alcalde Eduardo Rivera en Puebla capital, le asiste toooda la razón. Le anticipo que de cara al 2012, el choque entre el morenovallismo y El Yunque sea memorable, y que lo terminará ganando el mandatario.

También es de destacar el estrechísimo margen de diferencia –tal vez unas 8 centésimas- con que AMLO terminará ganando el estado de Puebla. La diferencia con Peña Nieto se hace y se hace cada vez más corta, y eso tampoco es casual. Como diría un connotado operador electoral en funciones: “Se llama operación”. Y tiene su respectiva lectura.

¿Habrá problemas entre el nuevo presidente y el gobernador de Puebla? Para nada, al contrario. EPN no ganó en Puebla pero tampoco fue humillado o aplastado. Se llevó sus muy buenos 850 mil votos, más dos senadurías (Alcalá y Lucero Saldaña) y 12 diputaciones, y a Josefina la mandaron hasta el tercer lugar. Mejor, imposible. Allá en las alturas, el poder se entiende con el poder a la perfección. RMV también le cumplió al PRI y al sucesor de Felipe Calderón. ¿Alguna duda?

Algo más y no por último menos importante: aunque ciertamente se llevó su raspón con la debacle del PAN y el fracaso de Vázquez Mota, el panorama para Moreno Valle luce todavía mejor si vemos lo que pasó en Puebla con el Partido Nueva Alianza, la marca registrada de la cercanísima profesora Elba Esther Gordillo.

En la elección federal pasada, los candidatos a diputados federales del Panal obtuvieron 66 mil votos, el 3.42%. Este 1 de julio, la cifra se disparó a casi 172 mil votos, el 7.31%. Es decir, triplicaron lo obtenido su candidato presidencial, Gabriel Quadri, que sumó unos 54 mil sufragios.

¿Milagro?

De ninguna forma.

Nadie cree en ellos.

Sólo el cabal cumplimiento de los compromisos con la Gordillo, para quien conservar el registro de Nueva Alianza representaba algo más que un seguro de vida, ante la recomposición de poder que está sufriendo el país.

Y en Puebla no le fallaron.

A ella tampoco.

No.

gar_pro@hotmail.com

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