Cruzada contra el Hambre, la Gran Farsa

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Son 400 los municipios que presentan los niveles más graves de carencias alimentarias en el país -saldo del calderonismo-, sin embargo, la mal llamada cruzada contra el hambre sólo atiende a 197, según la titular de la Sedesol, Rosario Robles Berlanga; en términos reales, otros 203 se quedaron fuera, lo que implica una cobertura raquítica de apenas 40 por ciento.

Aunque hoy el PRI nos quiera vender otra historia, el problema de la pobreza tiene su origen en la falta de generación de empleos y sobre todo en los salarios bajos y miserables que se pagan en México.

Por eso se debe señalar que la cruzada contra el hambre no atiende las causas de la marginación, sino que se limita a paliarla asistencialmente, es decir, lo único que hace es transferir recursos monetarios a los más pobres, en lugar de crear empleos bien remunerados.

De acuerdo con un análisis del especialista Alejandro Chávez, en esencia es un gran programa político-electoral que busca seguir teniendo a los pobres como un voto duro para el PRI.

La situación en Puebla es grave, puesto que de los 217 municipios, sólo se contempla el 10 por ciento, donde se aplicará dicho programa.

Y es que así como el gobierno estatal no ha podido abatir los rezagos sociales en el estado, el famoso programa presentado por Robles Berlanga también es un mala copia del programa “Solidaridad”, impulsado en su tiempo por Carlos Salinas de Gortari.

El problema de la pobreza y la desigualdad son graves, pero este programa apenas alcanzará para atender a la cuarta parte de las personas cuyo ingreso no les permite adquirir los alimentos básicos; lo peor es que tampoco atiende de fondo las causas del hambre.

Ante este panorama, dice Chávez, la posible aplicación de un IVA de 10 por ciento en alimentos y medicinas le estaría metiendo una zancadilla al desarrollo social, es decir, sería un despropósito.

Entre otras cosas porque afectaría definitivamente a los pobres extremos que destinan hasta 50 por ciento de sus ingresos en los productos de primera necesidad, además de que tendría un efecto nocivo de 3 por ciento en la inflación.

De acuerdo con datos del CONEVAL (Consejo de Evaluación de la Política Social), la cifra de personas en México cuyo nivel de ingresos no les permite ni siquiera adquirir suficiente comida para satisfacer sus necesidades alimenticias más apremiantes, es de 28 millones de personas, mientras el programa anunciado por el gobierno federal apenas atenderá a 7 millones de personas.

Los programas sociales que el gobierno pretende utilizar para hacer las transferencias monetarias condicionadas no han resuelto el problema de la pobreza a pesar de que sus recursos se han incrementado en los últimos años, lapso de tiempo en que también se han incrementado el número de pobres.

Peor tantito: el establecimiento del IVA de 16 por ciento en alimentos y medicinas afectaría en mayor medida al 710 por ciento de la población, sector en condiciones de pobreza permanente.

Peña Nieto busca conseguir recursos con base en este impuesto, lo que tendrá un costo político que buscará disminuirlo exentando algunos productos de baja elasticidad como el precio como las tortillas.

Después de que ha quitado los candados del IVA y para la privatización de PEMEX, el PRI busca impulsar una mayor recaudación para el gobierno federal, lo que sería a costa de los más necesitados, privilegiando los impuestos al consumo, por sobre los impuestos a las rentas, los patrimonios o las inversiones especulativas de la Bolsa de Valores.

Como recuerda el economista de la BUAP, en 1994 se pasó de un IVA de 10 por ciento al 15 por ciento, medida aprobada por el Congreso con mayoría priista y panista. Para el año 2000, Vicente Fox buscó introducir el IVA en medicinas y alimentos, pero no logró ser aprobada por el descontento popular.

Por su parte, Felipe Calderón aprueba el incremento de impuestos que reducen el ingreso disponible de las familias y en 2010 aumenta los precios de los bienes y servicios finales al subir IVA de 15 a 16 por ciento, lo que a la fecha sigue afectando a todos los bienes y servicios, “excepto” a alimentos y medicinas, además de los gasolinazos y demás incrementos en energéticos.

En conclusión, la famosa Cruzada contra el Hambre no es cruzada ni atenderá a los más pobres de entre los pobres. Se trata de un show mediático y propagandístico con un claro y obvio fin electorero. Creer lo contrario es tanto como creer en Los Reyes Magos.

gar_pro@hotmail.com

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