Un PRI con Aroma a Traición

Un fuerte, intenso aroma a traición se ha apoderado del PRI en momentos en que se dispone, supuestamente “en unidad”, a librar una de las guerras políticas y electorales más importantes de los últimos tiempos.

¿Están jalando todos los priístas de Puebla hacia el mismo lado?

¿Tienen todos el mismo objetivo?

¿Realmente para quién vienen operando desde sus trincheras?

¿Para la causa del partido del presidente Enrique Peña Nieto, que sabe que las elecciones locales del 2013 son una aduana indispensable para la federal intermedia del 2015?

¿O más bien para los intereses del gobernador Rafael Moreno Valle, enfocado en ganar el 7 de julio para mantener el poder y seguir mandando como grupo en uno de los estados estratégicos y con mayor peso económico y electoral del país, una auténtica reserva de votos?

Resulta curioso el doble discurso de algunos connotados priístas, que por un lado juran lealtad y amor eterno al PRI y a sus candidatos, y por el otro, en los hechos maniobran para seguir quedando bien con Moreno Valle –a quien temen tanto como le deben- y sirviéndole como un empleado sirve a un amo.

Ahí está lo que sucede con los diputados federales del PRI, cueva llena de quintacolumna y traidores, resueltos a propinar la enésima puñalada a su partido y en un momento en que sólo el esfuerzo organizado de todos podrá sacar adelante retos tan difíciles como recuperar la Presidencia Municipal de Puebla.

Hace unos días causó enorme extrañeza un oficio enviado por el coordinador de la Diputación Federal del Estado de Puebla, Carlos Sánchez Romero (el Diputado No), a sus compañeros.

Y provocó extrañeza en San Lázaro porque en esencia les pidió enfocar sus gestiones legislativas a favor del gobierno… ¡de Moreno Valle!

De hecho, hasta les proporcionó la identidad, los números telefónicos y correos electrónicos de las personas a quienes deben contactar en el gobierno del estado de Puebla para “dar seguimiento a las gestiones que han realizado como Diputados Federales en los rubros de Cultura, Deporte, FOPEDEP y Caminos Rurales” (sic).

¿Por qué está tan interesado Carlos Sánchez Romero en enlazar el trabajo de los diputados del PRI con los programas y las acciones de un gobierno de oposición?

¿A qué obedece tantísima preocupación?

¿No el esfuerzo de la bancada de priístas, en todo caso, debería buscar ser capitalizado a favor de los gobiernos del PRI y -pues sí, ni modo, así es en el mundo real- a favor de sus candidatos a cargos de elección popular?

¿Qué debe Carlos Romero Sánchez al mandatario Rafael Moreno Valle, a quien, como se ve, le sigue operando discreta pero eficientemente?

Es cierto que el gobernador fue el jefe real del PRI de Puebla durante dos largos años, tiempo durante el cual pudo manejarse prácticamente sin ninguna oposición, pero todo indica que eso, con el regreso del PRI a la Presidencia de la República, poco o nada ha cambiado.

Especialmente en algunos priístas que ya preparan la traición a su partido y continúan actuando y sirviendo a Casa Puebla.

¡Y hasta por escrito!

¿Alguna duda?

gar_pro@hotmail.com

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