PEÑA NIETO EN CAMPAÑA

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“Prospera”, 46 autopistas, líneas ferroviarias, nuevo Aeropuerto de la ciudad de México… Sí, Enrique Peña Nieto está en campaña y su objetivo primordial es ganar las elecciones intermedias del 2015, el paso previo para que el PRI, su partido, pueda aspirar a mantener el poder federal al menos un sexenio más, evitando la resurrección del PAN –hoy en la lona- y el surgimiento de MORENA, la fuerza emergente de izquierda representada por Andrés Manuel López Obrador ante la decadencia del PRD.

Tras dos años enfocado en lograr los cambios Constitucionales que permitieran sacar adelante al menos 11 reformas transformadoras que constituyen lo que en Los Pinos se define como la base para construir un nuevo México, Peña Nieto inicia su sexenio, en términos reales, y como en sus mejores tiempos de candidato, empieza a aplicar una obvia reingeniería electoral que tiene como gran prioridad revertir el círculo vicioso, y pernicioso, de un PRI que no se cansa de resentir directamente el gravísimo error de poner hasta el final de la cadena gubernamental la economía de las familias mexicanas.

Una encuesta reciente señala que en Puebla, hasta antes de su segundo informe de labores, el presidente Peña Nieto seguía arrastrando niveles muy elevados de reprobación ciudadana, pues siete de cada 10 habitantes mantenían una opinión negativa sobre su gobierno. En el epicentro de la inconformidad generalizada, permanecen el aumento de los precios y las reformas estructurales, cuyos beneficios continúan sin llegar a donde importa: el bolsillo de millones de habitantes.

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Prospera” es sólo el instrumento que se empleará para revertir esta tendencia, que de persistir castigará al PRI en los comicios del próximo año, cuando los mexicanos juzgarán a plenitud si fue o no buena idea el regreso del tricolor a Los Pinos.

De ahí que Peña Nieto ha decidido tomar el toro por los cuernos y encarar desde ya el reto electoral del 2015.

De ello dan fe quienes lo vieron de cerca hace unos días al encabezar el evento de presentación del nuevo programa sexenal de combate a la pobreza en Ecatepec, un municipio con una población importante en condición de miseria y donde se manejó como un candidato en campaña: carismático, simpático, cálido y buen comunicador.

Y es que a partir de ahora, con lo que prácticamente es la refundación y reorientación de su gobierno, Peña Nieto se convierte por necesidad en el mejor activo del PRI en todo el país, llegando a las escuelas, a las pequeñas y medianas empresas y a los hogares, y tratando de cumplir algunas de las expectativas que se crearon con el retorno del tricolor al poder.

Para ello cuenta con una bolsa multimillonaria acumulada –producto, en buena parte, de los excedentes petroleros, que nadie audita- y con una voluntad de hierro para que las megaobras anunciadas y las inversiones en programas sociales e infraestructura sean capitalizados en las urnas, como en la etapa de mayor esplendor del partido que gobernó a México de forma ininterrumpida durante más de siete décadas.

Inicia el sexenio peñista y con él, surge un nuevo presidente, un presidente en campaña, un presidente en pie de guerra, un presidente que va por todo en el 2015, un presidente que va derecho y no se quita, para –ahora sí- mover a México pero en especial al PRI, que, no obstante, se hundirá si la economía no termina de crecer y si las supuestas bondades de la reforma energética, como los combustibles y la electricidad a menores precios, no terminan de ser una realidad.

¿O alguien lo duda?

gar_pro@hotmail.com

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