EL REGRESO DE LOS “REDENTORES” DE LA IZQUIERDA EN PUEBLA (LO QUE NO SE HA VISTO DEL CASO CHALCHIHUAPAN Y OTROS HORRORES)

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Entre “redentores y mártires de la izquierda en Puebla” transitan varios de los llamados dirigentes sociales del estado.

Hablan, caminan y posan ante los medios como verdaderos mártires políticos; saben engañar a todos, como buenos redentores sociales; alzan la voz en nombre del pueblo bueno contra el gobierno malo; y claro: se desagarran las vestiduras por las injusticias y casi lloran en su martirio; son buenos demagogos y muy hábiles para encabezar movimientos, por eso dicen sufrir como buenos redentores políticos; algunas veces gritan que son perseguidos para aumentar su martirologio y en otras, como buenos “redentores de izquierda”, se asumen y se autoproclaman como los únicos dueños de la verdad absoluta.

Si no, veamos a algunos de estos “redentores” de la llamada izquierda poblana, como Alejandro del Castillo Saavedra, alias “El Lechuzo”, conocido  así por sus viejos compañeros; es fundador en Puebla del PST de Aguilar Talamantes; ex diputado local del PFCRN, ex asesor de varios núcleos campesinos en Pantepec  y después miembro de la UNTA, junto con Alejandro López Bravo y miembro del PRD en sus primeros inicios.

Su obra política más conocida fue la toma del Edificio Carolino en los años 70 durante la administración del ingeniero Luis Rivera Terrazas, en la BUAP. Una acción patrocinada por el gobierno federal de Luis Echeverría, para desmontar de las universidades a los comunistas de aquel entonces.

Durante muchos años se apropió, junto con López Bravo, de un viejo edificio de la 5 y 5 en el centro de la ciudad, un “trofeo de guerra” de los pesetistas, mismo que después fue “vendido” al entonces gobierno de Mario Marín Torres.

Otra de sus obras maestras fue asumir la defensa, junto con Fernando Cuéllar, un extraño “defensor” de los derechos humanos, de Griselda Tirado Evangelio, activista social muerta en Huehuetla el  6 agosto 2003. Ambos personajes de la noche a la mañana y de manera muy rara se hicieron de la defensa de la familia de esta abogada indígena; poco después se dividieron y “El Lechuzo” fue el único que asumió las negociaciones ante el gobierno estatal, obteniendo grandes beneficios de su llamada asesoría legal, junto con la hermana de Griselda Tirado, ex fundadora de la Organización Independiente Totonaca (OIT) en Huehuetla.

Después, se convirtió en uno de los impulsores del doctor en Derecho Constitucional Arturo Rivera Pineda como el  “candidato legítimo” del PRD en el 2010. De la misma forma lo asesora como aspirante a la dirección de la Facultad de Derecho en la BUAP, además es quien promueve el amparo  para suspender las elecciones en dicha facultad y Rivera Pineda logra volver a participar en una nueva contienda.

Es un ferviente promotor de MORENA en Puebla y de la mano de Fernando Jara, actual secretario general del partido de AMLO en la entidad, se han hecho del movimiento –más político que social- de Chalchihuapan.

Con todas sus mañas y su habilidad maniquea “se llevó al baile” a la diputada federal del PRD Roxana Luna Porquillo; fue nombrado abogado defensor e incorporó a Rivera Pineda en la defensa de Elia Tamayo, madre del niño José Luis Tehuatlie Tamayo. Lo mismo que del edil auxiliar de Chalchihuapan, Javier Montes Bautista, quien fue detenido y encarcelado.

Y es que eso de que el gobierno dividió dicho movimiento es más falso que una moneda de 300 pesos y sólo lo creen unos cuantos loquitos.

Alejandro del Castillo y los líderes del MAS, Marco Mazatle y Ricardo Jiménez, en su momento fueron quienes iniciaron una campaña de desprestigio en contra del movimiento de “Los de Abajo” para desplazar a Roxana Luna de la región.

De hecho, es tan grande el interés y la ambición del “El Lechuzo”, de Rivera Pineda y de MORENA por la región de Cholula, que Alejandro del Castillo se fue a vivir a Chalchihuapan, porque mantiene una estrecha y gran cercanía emocional con la señora Araceli Bautista.

Ahora se han separado del MAS y ellos son los únicos que llevan el caso de Chalchihuapan y del edil auxiliar preso. Alejandro del Castillo y Fernando Jara saben y conocen lo que significa negociar  esta región, por eso  llevaron esté sábado a Tecamachalco a la pobre señora Elia Tamayo para ser “consolada” por un AMLO totalmente desinformado, apático y ajeno al asunto.

De los otros redentores del MAS, al parecer en ninguna embajada, la canadiense o la de Bolivia o Ecuador, les concedieron “asilo político”; es tan esquizofrénico su actuar que han regresado a sus conferencias de prensa, a las que dan juego únicamente algunos cuantos medios con obvia agenda política.

Los del MAS han sido expulsados del  gran negocio de Chalchihuapan y ya son pocos los movimientos sociales que les quedan para seguir chantajeando al gobierno. Quienes les siguen creyendo son un pequeño grupo del MTAS (trabajadores jubilados de la BUAP); a otros los han salido a buscar, como a la enfermeras que protestan en contra del gobierno federal.

Ahora ya no pagarán los 200 pesos por noche a algunos “teporochitos” para que mantengan un dizque plantón en el zócalo de la ciudad.

El dirigente del MAS, Marco Mazatle, desde el mes de noviembre del año pasado, no es el dirigente de los telefonistas, pues fue remplazado de la secretaría general.

Un cuadro de ellos en la región de Acajete, Ramiro León, fue expulsado del MAS, pues sucede que este abogado no dejó que negociaran una demanda que interpuso en contra de Mario Rincón ante el  INE por actos anticipados de campaña y mejor prefirió ser él mismo quien negociara el retiro de la misma. Para esto sirve el MAS.

Ricardo Jiménez, otro viejo líder y compadre de Mazatle, en el mes de diciembre, junto con Irene Herrera, buscaban al subsecretario Juan Carlos Lastiri y otros funcionarios de la SEDESOL para que les fuera aprobado un proyecto de empleo temporal por unos cuantos milloncitos de pesos.

Tuvo que ser el dirigente de El Barzón Puebla, Rogelio Carvajal hijo, quien les prestara su registro legal ante el padrón de organizaciones sociales de la SEDESOL, para que pudieran gestionar su proyecto y les fuera autorizado.

Ahora también se reúnen con algunos grupos sociales y estudiantiles como los del FEET,  a quienes les ofrecen apoyo y asesoría política, lo mismo que “conectarlos” con la prensa y muchos, muchos periodistas que según ellos son sus grandes cuates, para darles cobertura a sus luchas sociales.

Con su doble moral a cuestas dicen que han regresado para seguir luchando por las grandes causas del PUEBLO –así con mayúsculas-. Otra vez dicen que “incendiarán” la ciudad para el día del cuarto informe del gobernador Rafael Moreno Valle y que su martirio no se detendrá.

Sin embargo, para nadie es desconocido que únicamente son dos alegres compadres, dos astutos negociadores y chantajistas muy aficionados a la buena comida y al buen vino; los mismos que siguen esperando ser convocados a una candidatura electoral y que por debajo del agua llamarán a votar por el PRI, como siempre lo han hecho.

Hay más “redentores”, claro, como los del Frente de Organizaciones Sociales y Políticas de Puebla, que hicieron un patético “contrainforme” este lunes en el zócalo de la ciudad, pensando que con eso derrotarán al gobierno, o que al menos lo pondrán a “temblar”.

En Canoa y La Resurrección también han surgido algunos “redentores” que, ante el abandono de la débil dirigencia priísta encabezada por Ana Isabel Allende, han optado por la “insurgencia”.

Otro ejemplo: Rubén Sarabia Sánchez, “Simitrio”, junto con Rita Amador y sus hijos, eran la “nomenclatura” maoísta en la 28 de Octubre, que este martes marchó por las calles de la ciudad (con machetes y sombreros revolucionarios incluidos). El protagonismo político de “Simitrio” en el contexto de los hechos de los normalistas de Ayotzinapa detonó su ambición por ser el único que encabezara la lucha en Puebla y ese fue su error.

Muchos respetan a la 28 de Octubre y otros no quieren hacer críticas hacia su actitud, pero también han creado “redentores” y a nadie le permiten meterse en su dirección política.

Roxana Luna, Jorge Méndez, Mario Vélez o Erik Cotoñeto tampoco se escapan a esta situación política y son un tema parte.

El profesor Miguel Guerra Castillo, de la CNTE, y Fernando Jara de MORENA, son otros más.

De ninguna manera se trata de satanizar a los movimientos sociales emergentes y reales en Puebla, estos tienen una función social que hacer y trabajan legítimamente para encontrar soluciones a sus demandas.

Sin embargo, “los redentores y mártires de izquierda” en Puebla sobran y esto sólo fue una pequeña introducción al tema.

Estas criaturas del señor pululan por todos lados y los hay en el PRD, PT y MC. Se aprovechan de los movimientos honestos –como en principio lo fue Chalchihuapan-, los controlan y los usan para después negociar. Muchos se han enriquecido con proyectos y gestiones, unos de manera legal y otros como dirigentes sociales.

Ellos, por sus ambiciones económicas y personales, son quienes se encargan de dividir los movimientos auténticos, a los pueblos y a las regiones; los ven como sus propiedades y a partir de ahí piensan que son los grandes dirigentes de masas. No tienen proyecto de gobierno, un programa de trabajo y una estrategia política que de verdad posibilite algún cambio.

En Puebla estos mártires se han encargado de terminar con el movimiento social y de bloquear la generación de una verdadera ciudadanía, que involucre a todos los poblanos. Han degradado, vulnerado, “mercenarizado” y dividido a los movimientos de los ciudadanos en el campo y la ciudad. El daño que han hecho es enorme e incuantificable, pues tan culpable es que el mata a la vaca como el que le agarra la pata.

gar_pro@hotmail.com

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