Después del agua helada, ¿a dónde vamos a parar?

Por  Ma. Teresa Abirrached Fernández | Publicado el 01-10-2014

No soy afecta a las cadenas, pero hoy me uno a la cadena de agradecimientos porque considero que es un buen ejercicio para la reflexión. Agradezco el poder compartir cosas maravillosas con las personas que amo, por cada amanecer y por no perder la gracia de sorprenderme por las cosas simples de la vida. Y hoy que es el último día del reto, nomino a (aquí va el nombre de las amigas).  

Éste es un posteo en el muro de una de mis tantas amigas que se han unido a la cadena de agradecimientos; actividad que se ha convertido en una moda viral y que consiste en invitar a las personas más allegadas a unirse a un reto y agradecer durante 7 días por todo lo bueno que tenemos en nuestra vida. 

Las cadenas son tan antiguas como la humanidad, lo que ha cambiado es la forma de propagación. Cómo recuerdo los sobres sin remitente que llegaban a mi casa y contenían la copia fotostática de una carta escrita a mano en la que te contaban de personas que habían recibido favores por continuar con la cadena y, por el contrario, historias trágicas de aquéllos que osaban romperla. Con la llegada del internet, se pasó del correo tradicional a los emails, después al sistema SMS y más tarde a la mensajería instantánea. Actualmente se ha viralizado y se envían por WhatsApp y por las redes sociales. 

Pero, ¿cómo se convirtieron en moda los retos a través de las redes sociales? Después de investigar por el mundo de internet, encontré que este fenómeno se  conoce con el nombre de El Legado de Tibu, el cual surgió cuando un padre animó a sus amigos a que se bañaran con agua fría, subieran un video y donaran algo de dinero para pagar el tratamiento del cáncer de su hijo. Sin embargo, hay otras versiones que aluden a un joven llamado Damián, alias Tibu, quien dejó su país y se trasladó a Suiza y, para no perder contacto con sus amigos, viralizó el reto de bañarse con ropa en agua helada para conseguir un fin. 

Sea cual sea el origen, el movimiento tiene su raíz en las cadenas de correo y no es un caso único, ya que existen miles de variedades que llenan los muros de Facebook con retos y nominaciones que van desde subir fotos de cuando eras pequeño, el  foodbucket (canasta de comida) y las cadenas de agradecimientos y de favores, haciendo alusión a una película del año 2000 y que fuera galardonada con el premio Blockbuster Entertainment.

Estas cadenas modernas que circulan por las redes se pueden clasificar en cinco tipos: las que te ayudan a obtener ganancias económicas, las que te dan suerte o te la quitan, las que te prometen darte algo a cambio, los chistes y las que son altruistas y positivas.

El Icebucket, foodbucket y los retos y nominaciones para agradecer tienen una base social común, que es  el no buscar un beneficio personal. Ya sea  que apoyen a otros o te inviten a realizar una introspección, mueven energía positiva que permite valorar lo que tenemos y compartirlo con los demás. Y es que las redes sociales se han convertido en ese espacio que te acerca a  las personas sin requerir de su presencia física, o como lo llama el doctor Deepak Chopra, el cerebro global que crea una identidad comunal y que se mueve con energía. 

El fondo del asunto es compartir con tus amigos tu filosofía, lo que la vida te ha dado y las acciones altruistas para mostrar a los demás una imagen de ti positiva, que se parezca a lo que quieres que los demás piensen que eres. 

¿Es una tontería? ¿Es contaminación de los muros de mis amigos? ¿Es simplemente una moda pasajera? Depende de cada uno de nosotros, al fin y al cabo es nuestro muro y cada quien es libre de publicar “lo que está pensando”.

Personalmente, prefiero ver mensajes positivos publicados por mis amigos que las famosas selfies con veinte poses diarias o fotografías y videos de gente sufriendo el hambre o la guerra. Es mejor la energía positiva que inunda nuestro ser que la negativa que destruye, cuestiona o critica. 

Yo, por si las dudas, me uno a la cadena de agradecimientos,  aunque nadie me haya nominado, sólo por no quedarme  fuera del reto. Agradezco por el despertador que me recuerda que debo levantarme para ir a trabajar, señal inequívoca de que estoy viva y tengo trabajo; por el desayuno que debo preparar todos los días para mis hijos, el mejor regalo que se puede recibir y que llenan mi vida, vacían mi cartera y le dan sentido a lo que soy y lo que hago; y por tener un lugar llamado hogar donde llegar cada día.

La autora es profesora de la Universidad Iberoamericana Puebla.

Este texto se encuentra en: http://circulodeescritores.blogspot.com

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Dependiendo de la dosis recomendada, 1 sobre kamagra 100 mg es suficiente para 1-4 usos.

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