Fray Junípero Serra

Por  José Alarcón Hernández | Publicado el 10-08-2015

“Es una misión noble rescatar

a los que merecen ser recordados”

Plinio el Joven

Escribo estas líneas para tener en la memoria la figura de un gran hombre, de una persona de los derechos humanos.

Fray Junípero no sólo predicó, con su ejemplo de cristiano cabal logró ser un testimonio fiel de lo que significa personificar los principios que distinguen a los cristianos.

Fray Junípero, como Vasco de Quiroga en Michoacán o Sebastián de Aparicio en Puebla como esa generación de franciscanos, dominicos y jesuitas, desde la Conquista hasta la Independencia, siempre lucharon por crear las condiciones de los grupos que habitaron las respectivas regiones de Michoacán o Querétaro.

Por cierto, Fray Junípero será declarado santo en el próximo viaje que realice el Papá Francisco a Estados Unidos.

En el capitolio de Estados Unidos existe una efigie de Fray Junípero. Algún legislador norteamericano pidió que se retirara la figura. Seguramente o es un legislador sectario o ignorante o prejuiciado militante de alguna religión distinta a la católica. Finalmente se ha decidido no retirar el monumento.

Hizo bien el presidente Obama de impedir ese error.

Fray Junípero es el apóstol de la Sierra Gorda de Querétaro y es el héroe de la Conquista a través de fundaciones de pueblos de lo que hoy es el prospero estado de California en Estados Unidos.

También desempeñó su trabajo de evangelización en lo que hoy es Baja California, entidad de nuestro país.

Fray Junípero Serra, como sus compañeros frailes evangelizadores no se concretaron a predicar el Evangelio. Se interesaron primero en enseñar a los grupos indígenas acerca de cultivos diversos de la tierra, empleo de instrumentos para labrarla así como diversas artesanías que producían para vender y luego utilizar el producto de sus esfuerzos en mejorar las condiciones de vida de los diversos grupos indígenas que habitaban en la Sierra Gorda.

Es cierto, construyeron templos con la mano de obra de los indígenas. En ningún caso los frailes encabezados por Fray Junípero obligaron a los pueblos aborígenes a construir sus templos y aprender los diversos oficios que los frailes les enseñaban.

Aquí la cristianización no se dio por obligación sino por convencimiento y  testimonio de los propios frailes entre quienes se encontraba Fray Junípero Serra. Esto ocurrió a finales del siglo XVIII, ya en vísperas de la Independencia.

Por cierto Fray Junípero Serra hizo sus viajes a pie, andando. Entonces no había ni autobuses ni tranvías, mucho menos aviones.

Cuando llegó a Veracruz, en compañía de dieciséis frailes, alguna alimaña lo pico y desde entonces, hasta su muerte padeció la picadura. A pesar de eso, así camino a Sierra Gorga para hacer las fundaciones, tanto en Baja California México como en California USA.

Entonces los frailes no escogían qué hacer, era sus superior general, radicado en México, específicamente en San Fernando, el que daba la autorización para ir a tal o cual lugar.

Fray Junípero fue un santo en vida, nadie lo acusó de maltrato a los indígenas, por el contrario, por su buen trato se fue ganando la voluntad de ellos.

El Papa Juan Pablo II, en su histórico viaje a los Estados Unidos, el 17 de septiembre de 1987, se postró ante la tumba de Fray Junípero Serra y, luego, trazó la siguiente semblanza del gran apóstol de la California.

“Hoy llego como peregrino a esta misión de San Carlos, que con tanta fuerza evoca el espíritu heroico y las heroicas acciones de Fray Junípero Serra, y que acoge sus restos mortales”.

“… Todas las misiones de El Camino Real dan testimonio de los retos y heroicidades de una época lejana, pero no de una época olvidada o sin significado para la California actual y la Iglesia de hoy”.

“Estas construcciones y los hombres que les  dieron vida, especialmente su padre espiritual, Junípero Serra, son recuerdos de un tiempo de descubrimientos y exploraciones. Las misiones son el resultado de una decisión moral consciente, tomada por gente de fé en una situación que presentaba numerosas posibilidades humanas, tanto positivas como negativas, respecto del país y de sus nativos. Fue una decisión enraizada en el amor a Dios y al prójimo. Fue una decisión de proclamar el Evangelio de Jesucristo en el alba de una nueva era, tremendamente importante tanto para los colonos europeos como para los nativos americanos”.

Eduardo Loarca Castillo escribió: “Las misiones portentosas de Sierra Gorda, con sus cinco joyas barrocas, fueron, son y seguirán siendo nuestro orgullo, porque nos recordaran siempre la hazaña de  unos santos misioneros, que hicieron realidad tangible el mensaje de amor de Cristo”.

El senador I. B. Dockweiler afirmó: “Fray Junípero fue grande en su humildad y triunfó por su audacia. Merece un primer lugar entre los héroes inmortales que crearon nuestra nación”.

Fray Francisco I.P. Miracle: “Fray Junípero Serra es, quizás, el más grande misionero que ha dado España”.

The Herald, de los Ángeles: “Fue misionero dotado de grandes talentos, fe pura, coraje indomable y virtudes de la más sublime especie”.

Hubert Howe Bancroft: “Fue un gran misionero y en su religiosidad fue un san Agustín. Manejó con sabiduría los intereses misionales, tanto los espirituales como los temporales”.

Charles D. Willard: “Con razón ha sido llamado el SAN FRANCISCO DEL SIGLO XVIII”.

Fray Junípero tenía treinta y cinco años de edad al momento en que se embarcó; había nacido el 24 de noviembre de 1713 en la Villa de Petra, de la Isla de Mallorca.

Fray Junípero estuvo nueve años en la Sierra Gorda de Querétaro, de 1750 a 1758.

Era un hombre letrado, llego a tener el doctorado. Era hombre sabio y prudente. Teórico y práctico.

Mis correos: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. / Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

comments powered by Disqus

Servicios

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. PUEBLA PUEBLA