Llegamos a la mitad de la administración del presidente Enrique Peña Nieto y con ello la renovación de la Cámara de los Diputados, que se estrena con el evento protocolario del tercer informe de labores del gobierno federal.

La legislatura estará conformada por 498 diputados –queda pendiente el distrito 1 de Aguascalientes y definir una diputación plurinominal- de los cuales forman parte del PRI 202 diputados, Acción Nacional con 108, el PRD 61, el Verde 47, Morena contará con 35, Movimiento Ciudadano 25, el Panal 11, 8 de Encuentro Social y un independiente.

Finalmente el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación validó los resultados de la elección del 7 de junio y con ello se confirmó la pérdida del registro del Partido del Trabajo y del Partido Humanista, por lo que no contarán con representantes en el Poder Legislativo.

Los líderes de las bancadas de esta nueva legislatura serán: por parte del PRI, el expresidente nacional de ese instituto político, César Camacho; mientras que en el PAN será Marko Cortés, un personaje cercano a Gustavo Madero; por el PRD se designó a Francisco Martínez Neri. Ellos serán los responsables del cabildeo y construcción de acuerdos durante tres años.

Las agendas legislativas, sólo difieren en algunos puntos, para el PRI los temas prioritarios además de impulsar las reformas estructurales, serán:  Seguridad para afianzar la justicia y la paz, economía para un país en igualdad y desarrollo equilibrado, transparencia y legalidad, gobiernos que rindan cuentas, acciones para fortalecer al campo y alcanzar la soberanía alimentaria y un medio ambiente para el futuro. Para Acción Nacional los asuntos a tratar tienen que ver con el crecimiento económico e impulsar la implementación del Sistema Nacional Anticorrupción. Morena promoverá la austeridad republicana y  exigirán la disminución de salarios de altos mandos de los tres Poderes, la venta del avión presidencial, eliminación de privilegios a funcionarios y la cancelación de las pensiones a ex presidentes de la República. Aunque su principal propuesta se centrará en la abolición de las reformas estructurales aprobadas en el sexenio de Enrique Peña Nieto.

El PRI tiene asegurada la mayoría de votos necesaria para enfrentar a sus opositores y ganar las votaciones, por lo que su principal reto será ganar el debate y demostrar su independencia como miembros de un órgano legislativo y  un poder autónomo, a pesar del discurso oficial de acompañamiento al líder real del partido, el presidente de la República.

El tema central será el combate a la corrupción y la rendición de cuentas, que son  los dos temas torales del futuro debate político, con miras a lo que será el cierre del la administración peñista y el arranque del proceso de sucesión presidencial y la gran batalla electoral del 2018. Que pasa por los resultados que se obtengan en el 2016. Temas pendientes como Oceonografía se sumarán a los nuevos asuntos que los partidos opositores pondrán en la agenda legislativa, como parte de su estrategia de posicionamiento con miras a las próximas elecciones, por lo que todos los asuntos a tratar tendrán un gran contenido electoral. 

Recuperar la confianza ciudadana será uno de los principales objetivos de los nuevos y los no tan nuevos diputados. Mientras tanto el presidente ya reacomodó sus fichas en el poder ejecutivo ahora toca al legislativo definir el rumbo que seguirá la legislatura. La pregunta es ¿más de lo mismo o una cámara que sirva a los intereses de sus representados y no de los partidos?. Todo esta por verse.