Continúa en España la disyuntiva para Pedro Sánchez, Secretario General del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), entre hacer un gobierno aliancista con la izquierda que representa Podemos e Izquierda Unida (IU) o mantener el stablishment con el Partido Popular (PP), como lo comentábamos la semana pasada en este mismo espacio.

El líder del PSOE se ha reunido con otras fuerzas políticas de izquierda a excepción de Podemos; sin embargo, los votos tampoco le alcanzarían por lo que ahora esta buscando en el partido Ciudadanos el apoyo para lograr la investidura.

La coalición que el PSOE esta buscando pretende lograr los votos suficientes, al tratar de pactar con Ciudadanos, obligaría a Podemos a sumarse pero ya no sería fundamental para erigir el nuevo gobierno y con ello volver a negociar y no aceptar las condiciones de Iglesias, entre ellas fungir como vicepresidente. Sánchez busca un gobierno sin el PP y sin Podemos, lo cual se nota más que imposible.

La  definición de una coalición de gobierno  sigue en juego, ya que de Ciudadanos esta definido como un partido de derecha, lo que implicaría volver a presentar un plan de gobierno y que la izquierda lo avale.

De no poder llegar a un acuerdo el PSOE podría perder la opción de encabezar un gobierno de coaliciones de izquierda y tendríamos el escenario de repetir las elecciones, lo cual no conviene al PSOE.

En este escenario, los medios de comunicación se han adelantado y publicado encuestas, llevadas a cabo en enero, las cuales muestran que podrían variar los resultados, el Partido Popular, se mantendría como mayoría; sin embargo, Podemos podría ocupar el segundo lugar, desplazando al PSOE a tercer lugar.

De llegar a esta situación Podemos y Pablo Iglesias podría conformar el gobierno de coalición y ahora ellos, definir las negociaciones con los partidos de izquierda y llevar por primera vez un gobierno que no sea del PP o del PSOE.

España esta a la espera de una definición de Pedro Sánchez. Ésta debe no sólo ser pronta sino que debe generar un gobierno viable y legítimo pero sobre todo que saque al país de la crisis política, económica y territorial en el que viven millones de ciudadanos españoles. El dilema al que se enfrenta Pedro Sánchez es de aparentar la posibilidad de un gobierno de cambio sin el PP, supliéndolo por Ciudadanos y con eso evitar el acoso de sectores duros de su partido como el que encabeza el expresidente Felipe González, lo que ha puesto en duda el liderazgo de Sánchez en el PSOE. Lo cierto es que la indefinición de Pedro Sánchez pone en riesgo la ya de por sí débil gobernabilidad a la que el Partido Popular ha llevado a España en los últimos años.