Después del viaje del presidente Obama a Cuba la semana pasada lo que sin duda fue una visita histórica, en la que los temas de Guantánamo y el bloqueo económico destacaron en la agenda, en un ambiente de camaradería entre Raúl Castro y el presidente norteamericano. Obama continuó la gira presidencial al sur de Latinoamérica. Visitó Argentina donde el actual presidente Mauricio Macri lleva poco más de 100 días en el poder, y en poco tiempo ha recibido a mandatarios de países importantes como, el Primer Ministro de Italia Matteo Renzi y el presidente de Francia François Hollande
Macri considerado de ideología de centro derecha, es empresario y arribó al poder después de 12 años de “kirchnerismo” cuyo mandato se caracterizó, por su política antiestadounidense -a decir del propio Obama- y su ideología de izquierda. En la época dorada del socialismo sudamericano compartido con Brasil, Venezuela y Bolivia.
Parte de la estrategia de Macri para congraciarse con el gobierno estadounidense fue aplicar medidas diametralmente opuestas por su antecesora Christina Fernández de Kirchner, por lo que el gobierno de Obama podría abrir líneas de crédito para Argentina y con esto abatir el déficit que sufre la economía argentina.
Las acciones del nuevo gobierno de Macri no se hicieron esperar, digno de un representante de derecha y de acuerdo a su discurso de campaña comenzó por adelgazar al Estado a través de despidos masivos, los cuales suman más de 8,000 personas sin empleo y actualmente se encuentran en revisión más plazas y contratos.
En vez de llamar a sesiones extraordinarias del Parlamento, Macri optó por una herramienta que si bien es legal, no siempre es considerada legítima: los denominados “decretos de necesidad y urgencia” (DNU). Esto le permite adoptar medidas ejecutivas sin consultar al congreso a través de DNU, ya que no cuenta con la mayoría necesaria, lo que imposibilitaría su aprobación.
Eliminó el subsidio a la energía eléctrica, lo que ha ocasionado que los ciudadanos paguen del 200% al 300% más en sus recibos. Esto ha generado las primeras manifestaciones en contra de las acciones del gobierno de Macri.
Otro compromiso de campaña de Macri fue llegar a un acuerdo con los acreedores de bonos soberanos argentinos impagos o conocidos como “fondos buitre”. Por lo que ofrece 6,500 millones de dólares en pago y aún se encuentran en negociación para que acepten un 25% menos del monto original.
Otra de las acciones polémicas del nuevo gobierno argentino es la detención de Milagro Sala, líder de la agrupación Tupac Amaru y exdiputada provincial, quien en diciembre fue elegida diputada del Parlasur (el Parlamento del Mercosur). La detención ha sido fuertemente criticada por asociaciones defensoras de los derechos humanos, ya que los crímenes de los que fue acusada fueron “instigación a cometer ilícitos” y “sedición”. Por lo que acusan a Macri de criminalizar la protesta.
La visita de Obama y el ofrecimiento de ayuda para obtener créditos internacionales y del mismo EEUU, se dan en buen momento para el mandatario argentino quien trata de aprovechar la necesidad del gobierno americano de consolidar aliados en los países sudamericanos, pues con la llegada de gobiernos de izquierda, estos países se habían alejado de Washington y se habían acercado a otras potencias como China y Rusia a través del BRICS. Al parecer la alianza con la Habana, jugara un papel muy importante en el futuro de las relaciones de EEUU con América Latina en la era Obama que esta por fenecer. Veremos qué resulta en las elecciones presidenciales norteamericanas, pues la nominación del republicano Trump, le hace ruido a los países latinoamericanos.
