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Viernes, 02 Marzo 2018 18:28

Yo Tonya, la violenta vida de una famosa patinadora en hielo

Por  Staff Puebla On Line

La mujer en la que se centra la historia de Yo, Tonya es golpeada con mucha frecuencia. La película es una narración de ficción ansiosa por complacer sobre la patinadora sobre hielo Tonya Harding. De niña, ella es denigrada y golpeada por su madre, que patea la silla de Tonya con tanta fuerza que la pequeña sale disparada de esta. Cuando la Tonya adolescente se involucra con el hombre con el que posteriormente se casará, sigue su vida como costal de boxeo. Su esposo estrella su cabeza contra un vidrio de manera tan fuerte que los fragmentos se dispersan; él hace que la nariz de Tonya sangre varias veces. También le apunta con una pistola y amenaza con matarla. A pesar de todos los golpes y la sangre, Yo, Tonya insiste en que es una comedia.

La verdadera Tonya Harding pasó de la fama a la infamia en 1994, cuando fue implicada en un ataque contra Nancy Kerrigan, una patinadora rival. El 6 de enero, después de practicar para los campeonatos nacionales de patinaje artístico de Estados Unidos, Kerrigan fue atacada por un hombre que la golpeó en la pierna con un bastón de policía (al parecer, el blanco del hombre era la rodilla de la patinadora). Una cámara captó a Kerrigan en el piso después del ataque; estaba entre llantos y preguntando: “¿Por qué?”. Harding ganó el campeonato, pero fue una victoria que le duró poco tiempo, pues tras el ataque, el FBI cuestionó a Harding, a su esposo y a los muy poco brillantes asociados de ambos. Para junio, Harding fue vetada de competir por su participación en la agresión.

Con una dirección llena de energía de Craig Gillespie, Yo, Tonya muestra el ascenso ganado a pulso y la estrepitosa caída de su personaje protagónico (interpretado por Margot Robbie). La película tiene el formato de un falso documental, uno que desarticuladamente cambia entre comedia sobre la clase baja y una agonía que retuerce.

 

El filme deja claro su tono al inicio, cuando un texto sobre negro dice: “Basada en entrevistas libres de ironía, salvajemente contradictorias y totalmente verdaderas con Tonya Harding y Jeff Gillooly”, su exesposo. El guionista, Steven Rogers, ha dicho que habló con ambos. Desde sus esquinas, Tonya y Jeff (interpretado por Sebastian Stan) ofrecen relatos vinculados, aunque por momentos contradictorios, de lo que sucedió.

Conforme Tonya y Jeff ofrecen historias por turnos, se asoman su pasado, su abuso y sus triunfos. La hija única de una pareja infelizmente casada, la joven Tonya es adorada por su papá. Este la lleva de cacería y le enseña cómo dispararle a un conejo. Su terrible madre, LaVona (interpretada excelentemente por Allison Janney), es la que se encarga de que Tonya tome clases con una entrenadora de patinaje (Julianne Nicholson). Tonya resulta ser un prodigio y en poco tiempo alcanza el nivel más alto del deporte, a pesar del esnobismo y el evidente disgusto de los jueces que favorecen la feminidad de lencería y listones por encima de alguien agresivamente competitivo. Ellos quieren princesas que se deslizan, no atletas gruñonas como Tonya.

En Yo, Tonya, ella es una narradora poco confiable, al igual que Jeff. “No hay tal cosa como ‘la verdad'”, anuncia Tonya. “Cada uno tiene su propia verdad”. La película vuelve de esa declaración su principio narrativo, y rebota entre el “ella dijo” y el “él dijo” hasta alcanzar el punto más bajo de la trama. Cuando Tonya, ya en su supuesta entrevista, hace una afirmación, el Jeff de mayor edad responde con otra. Tonya de joven —en una escena del pasado— dice una cosa, Jeff de joven dice otra cosa y, de vez en cuando, LaVona irrumpe. Los personajes frecuentemente miran hacia la cámara y se dirigen directamente al público, como para asumir la autoría de la historia en desarrollo. “Escúchame a mí”, parece decir cada uno en esos momentos.

Fuente: NYTIMES

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