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Viernes, 13 Abril 2018 19:44

Sin Amor, una mirada a la crisis familiar en Rusia

Por  Staff Puebla On Line

Sin llamar demasiado la atención a pesar de haber sido incluida en el pasado festival Internacional de Cine de Cannes, y de haber estado nominada a Mejor película de habla no inglesa en los premios Oscar y en los Globos de Oro, llega a la cartelera de nuestro país un drama que contrario a lo que pudiera parecer es digerible en su lenguaje, aunque nunca frívolo, convencional o condescendiente con el espectador y sus personajes, no quiere decir que se trata de una experiencia precisamente placentera.

Así pues en Sin Amor seguimos los pasos de un matrimonio en trámite de divorcio, que con la vida prácticamente resuelta y definida por separado, tiene el pequeño inconveniente de la existencia de su hijo, quien parece estar más que consiente de ello y después de una de sus peleas, simplemente desaparece; cambiando por completo la situación y empujándoles a una búsqueda que les implica unir esfuerzos y deambular en las entrañas de edificios vaciados, exponiéndolos ante sus patologías y su propio vacío existencial.

 

Dirigida por el también responsable de la muy apreciada y referida Leviatán (2014) —galardonada en Cannes con el premio al Mejor guion— y Elena (2011) se trata de una despiadada declaración de furia y desencanto ante la apatía crónica que padece la sociedad rusa contemporánea, a través del incisivo retrato de la degradación los lazos de pareja, que bien puede conectar con la realidad de otras partes del mundo. Ése, es quizás uno de los principales aciertos de la propuesta, pues aunque el pesimista discurso de fondo está íntimamente ligado con un contexto social específico, la situación de la trama por sí misma puede alcanzar a cualquier persona.

La parsimonia del desarrollo, la excesiva contención del manejo emocional, el apabullante protagonismo que cobran los fríos y áridos escenarios, además de un realismo despiadado —que incluye una clara reproducción de los procesos de búsqueda de los desaparecidas—, son las herramientas a las que Sin Amor recurre para envolver e incomodar al espectador que se ve acorralado por la innegable humanidad de personajes por momentos sumamente desagradables y desesperantes. Esto por supuesto, puede resultar un tanto contraproducente, y es que a algunos, las más de dos horas que tiene de duración el filme, les pueden parecer abrumadoras.

Fuente: LARAZÓN

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