Este lunes en el municipio de San Pedro Cholula arrancó la fiesta de la Tlahuanca, conocida como “Fiesta de la Embriaguez Espiritual”, evento considerado patrimonio intangible del municipio pues la celebración fusiona  ritos prehispánicos y  tradiciones religiosas.

Como se ha hecho a través de décadas, la celebración cumplió puntualmente al arrancar al mediodía del cuarto lunes del Tiempo de Cuaresma, fecha que coincide con el inicio del calendario agrícola de la región, explicó a este medio Margarita Tlapa Almonte, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), académica especialista en fiestas rituales.

Esta festividad religiosa que realizan los diez barrios de San Pedro Cholula se organiza a través del Sistema de Cargos Mayores conocido como las Circulares y tuvo lugar en la  Capilla Real o de Naturales. Este 2018 el Barrio Anfitrión fue San Pablo Tecamac por los mayordomos Antonio López Barrios y Gloria Rodríguez.  

Tlapa, aseguró que esta fiesta es un sincretismo religioso pues involucra no sólo el ciclo agrícola, también cumple una cita con el ciclo lunar simbolizando la fertilidad; esta fecha “mágica” se fusiona con la celebración de La Cuaresma, relacionada con la muerte y resurrección de Jesús.

La celebración, según textos históricos, era considerada como “un culto rogativo para pedir lluvia para el nuevo ciclo agrícola”, elemento que aún sigue vigente en los elementos de ofrenda en la iglesia de flores, incienso y música que forman la ofrenda, que también acompañan con una cruz de madera de San Pedro de Ánimas que representa la muerte, duelo y pasión del hijo de Dios, que traerá un “nuevo tiempo” .

Como peculiaridad de esta fiesta en la que se lleva a cabo una misa y procesión, se regala un vaso de pulque como símbolo de alimento espiritual, que representa a su vez la resurrección y el sacrificio divino.