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Jueves, 06 Septiembre 2018 22:06

Violencia en la UNAM: ¿cómo entender el conflicto?

Por  Staff Puebla On Line

 

En la UNAM, máxima casa de estudios de México, se vive un movimiento universitario en reclamo de mayor seguridad en los planteles de la institución y mejora de condiciones educativas y sociales, principalmente en los niveles de bachillerato.

El 5 de septiembre se realizó una megamarcha dentro del campus central de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en la que participaron alrededor de 30,000 personas, entre ellos estudiantes, académicos, trabajadores y padres de familia. El movimiento se llevó a cabo de forma organizada y pacífica, los contingentes partieron de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y transitaron hasta la explanada de la Rectoría en Ciudad Universitaria. En la misma causa, estudiantes de otras universidades como el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad Autónoma de México (UAM) acompañaron a los universitarios.

¿Cuáles son los motivos del movimiento? ¿Qué causa impulsa el movimiento estudiantil? ¿Cuáles son las exigencias de los estudiantes? Aquí te dejamos estas pistas para comprender el fondo del movimiento estudiantil, que coincide con las celebraciones del 50º aniversario del movimiento de 1968, que representó un antes y un después en la política nacional.

1. El origen de las demandas

Los estudiantes de bachillerato del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) plantel Azcapotzalco comenzaron un paro académico como manifestación ante la entonces dirección encabezada por María Guadalupe Patricia Márquez Cárdenas debido a las condiciones académicas y sociales de su unidad.

Realizaron un pliego petitorio en el que se exigía:

La renuncia de la directora en turno,

Una plantilla de profesores completa y suficiente,

La justificación del gasto y presupuesto que recibe el plantel,

La intervención de la dirección para que en conjunto con los estudiantes mejoren las instalaciones de la unidad,

Respeto al programa de apoyo al egreso de los alumnos,

Que se permita que los estudiantes se expresen libremente (política y socialmente) por medio de carteles o mantas en la fachada principal de la unidad o por medio de eventos culturales y

Que no se sancione de ningún modo a ningún estudiante que participe en la organización pacífica del movimiento que realizan como esfuerzo colectivo para el progreso social.

2. Problemas generalizados

Pese a que la directora renunció a su cargo, después de cuatro días de paro, ninguna de las peticiones anexas en el pliego había sido atendida ni debatida. Los estudiantes de otros planteles del CCH se unieron al movimiento. La problemática general del plantel Azcapotzalco no es exclusiva de Azcapotzalco: condiciones inadecuadas de los servicios sanitarios, espacio insuficiente en las aulas, las plantillas incompletas de docentes o la suspensión de clases sin justificación también se padece en los CCH Oriente, Naucalpan, Sur y Vallejo.

3. Un asesinato se suma a la ecuación

El conjunto estudiantil del CCH plantel Oriente, además, manifestó su inconformidad ante el secuestro y homicidio de una de sus compañeras, Miranda Mendoza Flores. El 20 de agosto, Miranda salía del CCH Oriente cuando fue capturada y asesinada horas después, según los reportes periodísticos. Su cuerpo fue encontrado calcinado en la carretera México-Puebla, en el Estado de México.

Los estudiantes inconformes por la inseguridad y la violencia se unieron en movimiento con los planteles Naucalpan y Azcapotzalco del CCH.

4. Una coyuntura de inseguridad y violencia

El asesinato de Miranda se suma a una cadena de acciones violentas registradas en instalaciones universitarias o relacionadas con alumnos de la máxima casa de estudios. El asesinato de Lesvy Osorio y el de Víctor Manuel. Los cuerpos de otros estudiantes de la universidad encontrados en el campus central de la universidad. El abuso sexual que sufrieron las alumnas de la Facultad de Economía y de la Escuela Nacional de Trabajo Social. Así como del acoso del que son víctimas muchas alumnas y trabajadoras en la mayoría de los planteles. Los heridos a causa de la balacera ocasionada por grupos narcomenudistas externos a la universidad. Y los cientos de asaltos y robos que se han efectuado dentro de las instalaciones de la UNAM. 

5. Ataque porril a manifestantes

El 3 de septiembre se reunieron algunos alumnos de los tres planteles del CCH para marchar frente a la Rectoría de la UNAM. Cuando se pretendía dar lectura del pliego petitorio ante las autoridades arribaron al sitio alrededor de 40 personas que atacaron a los estudiantes con armas punzocortantes, palos, piedras, petardos y bombas molotov. El saldo fue de 14 heridos y al menos 2 de gravedad. Uno perdió la mitad de una oreja y tiene complicaciones en el riñón. El otro presentó fractura de cráneo, de acuerdo con reportes de familiares en redes sociales en internet.

Los responsables fueron identificados como parte de un grupo porril. Los porros pueden ser cualquier persona, de cualquier edad y con cualquier característica dedicados a robar, violentar y extorsionar. Se asegura que están financiados por autoridades internas y externas a la universidad y son estas las autoras intelectuales de los ataques. Generalmente buscan deshacer o desorganizar movimientos estudiantes mediante violencia física y emocional.

6. Solidaridad y empatía universitaria

El acto de violencia del que fueron víctimas los alumnos en Ciudad Universitaria motivó la solidaridad de miles de universitarios. La inseguridad y la violencia dentro de las unidades académicas de la máxima casa de estudios es la causa que unió a alrededor de 30,000 personas en la explanada de la Rectoría. Además de hacer cumplir las necesidades del CCH Azcapotzalco, los universitarios exigen a las autoridades que garanticen sus derechos humanos.

7. De un tema particular a una situación de urgencia

Y así llegamos a un nuevo estatus del movimiento estudiantil. Lo que se inició como demandas particulares en un plantel educativo, el CCH Azcapotzalco, ha derivado en un movimiento que exige el fin de la impunidad a los casos de violencia y asesinato.

El movimiento exige que las autoridades actúen en pro de la seguridad de cada uno de los estudiantes, académicos y trabajadores. Que se identifiquen a los responsables del ataque del 3 de septiembre y de todas las agresiones previas y se les haga cumplir con el proceso jurídico. Que se garantice la seguridad. Que se elimine a los grupos porriles de todas las unidades académicas de la universidad. Que se detenga la violencia dentro y fuera de las aulas. Los alumnos están enojados.

Las autoridades universitarias, encabezadas por el rector Enrique Graue Wiechers, han prometido atender el pliego petitorio que dio origen al movimiento. Sobre la violencia y la inseguridad se ha dicho poco entre las autoridades universitarias.

Fuente: El Economista

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