Y ANA TERESA ARANDA DEJÓ COLGADOS A SUS CASILLEROS

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A tres meses de la elección del pasado 5 de junio, las heridas no sólo no terminan de cerrar entre quienes no lograron evitar el triunfo del morenogalicismo, sino que las deudas de campaña todavía persiguen –como un ominoso recordatorio de su fracaso- a algunos de los actores secundarios de la cruenta contienda por la minigubernatura de Puebla.

Tal es el caso de Ana Teresa Aranda, quien participó como candidata “independiente” y tras la jornada electoral, dejó “colgados de la brocha” a quienes fungieron como sus representantes de casilla en el interior del estado.

A través de una serie de chats de Whatsapp, estos casilleros han venido denunciado en las últimas semanas lo que ya era un secreto a voces: la ex panista los utilizó pero nunca les pagó lo prometido.

Y quién sabe dónde quedó el dinero.

Aunque no es difícil imaginarlo.

Fue el 28 de abril de este año cuando los operadores de Aranda empezaron a reclutar casa por casa a quienes fungirían como sus representantes de casilla el primer domingo de junio.

De puerta en puerta les ofrecieron 100 pesos por persona solo por aceptar, más 250 pesos para el día de la elección –a manera de pago- y un lunch consistente en un sándwich, un jugo y una manzana.

A algunos les ofrecieron 500 pesos extras a la semana por ayudar en la contratación de vecinos o amigos con el perfil adecuado para representar a la candidata “independiente” durante las votaciones y vigilar el desarrollo de las mismas.

Una mujer de Izúcar de Matamoros logró convencer a 38 personas, mismas que un día tuvo que llevar por sus propios medios hasta la casa de campaña de Ana Teresa Aranda, por el rumbo de Plaza Dorada en la ciudad de Puebla, para ser capacitadas.

El grupo debió permanecer en ese lugar de las ocho de la mañana hasta las dos de la madrugada, y ni un vaso de agua les invitaron.

Peor: fungieron como representantes de casilla durante todo el 5 de junio, pero al final no recibieron el pago prometido.

Tampoco su promotora, a la que el equipo de la aspirante a Casa Puebla le dejaron a deber 4 mil 500 pesos.

Como se observa en algunos de los chats que ya circulan, desde el día después de la elección empezaron los reclamos a “Cruz Merino”, el sujeto que, a nombre de la candidata, contactó y contrató a la mayoría de los casilleros.

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En los últimos días del pasado mes de agosto, “Rocío”, otra operadora de Ana Teresa Aranda, trató de desconocer cualquier clase de relación con los afectados.

A algunos les salió con el clásico: “Debo, no niego; pago, no tengo”.

A otros les dijo que “ya se les pagó, no se hagan”.

Al más puro estilo de “me valen madre sus reclamos”.

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El problema es que son legión los que, como Mónica González Quintana y María del Carmen Salgado Martínez, siguen esperando el pago por sus servicios.

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Y no van a parar hasta que se les haga justicia.

“Pensamos que la (candidata) independiente sería distinta a los otros políticos. Con tristeza nos damos cuenta que es peor”, dice uno de los numerosos engañados con el cuento de la democracia, la verdad, la justicia y demás cuitas.

Ahora sí como diría el clásico:

“¡Pero qué asquerosidad es esto, eh!”.

gar_pro@hotmail.com

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