Archive for June, 2013

PRI: Operación Mapache

Sunday, June 30th, 2013

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Un nuevo grupo de mapaches electorales del PRI empezó a operar en los últimos días en Puebla.

Se trata de un grupo alterno al de los mapaches yucatecos y mexiquenses que la pasada semana ubicó el diario Cambio.

En este caso se trata de poblanos que, en su mayoría, tienen una particularidad: son funcionarios públicos municipales y como tales, están listos para hacer uso de dinero y personal de los ayuntamientos donde trabajan para comprar los votos necesarios para ganar los comicios en los 26 distritos del estado.

Pero no sólo eso: la red, coordinada por David Torres Martínez, subsecretario de Elecciones del Comité Directivo Estatal del PRI, tiene instrucciones precisas de si es necesario, pagar a grupos de choque para robar casillas y hacer todo lo necesario –todo- para reventar y judicializar el proceso, una línea que viene desde el mismísimo César Camacho Quiroz, el dirigente nacional del partido.

Este grupo de mapaches made in Puebla está conformado por las siguientes personas, de las que incluso se conoce sus números telefónicos, e-mails, domicilios particulares, fotografías y otros datos personales:

DISTRITO 1. XICOTEPEC. Hugo Alberto Gutiérrez Rangel.

DISTRITO 2. HUAUCHINANGO. Julio Vargas Velazco.

DISTRITO 3. ZACATLÁN. Héctor Carmona González.

DISTRITO 4. ZACAPOAXTLA. Joel Tejeda Rodríguez y José Luis Candanedo Hernández.

DISTRITO 5. TLATLAUQUITEPEC. Norma Gómez Rodríguez.

DISTRITO 6. TEZIUTLÁN. Baruc Martínez Martínez y Gervacio Hernández Toral.

DISTRITO 7. SAN MARTÍN TEXMELUCAN. Daniel Hernández Guerrero.

DISTRITO 8. SAN ANDRÉS CHOLULA. Martín Tapia Sánchez.

DISTRITO 9. SAN PEDRO CHOLULA. José del Carmen Enrique Reyes González.

DISTRITO 10. PUEBLA. Alejandro Escalera Delfín.

DISTRITO 11. PUEBLA. Jorge Valdés Gaspariano.

DISTRITO 12. PUEBLA. José Omar Cervantes León.

DISTRITO 13. PUEBLA. Verónica Maldonado Suárez.

DISTRITO 14. PUEBLA. Anel Fernández Zempoaltecal.

DISTRITO 15. PUEBLA. José Óscar Torres Martínez.

DISTRITO 16. PUEBLA. José Eved Osorio Huerta.

DISTRITO 17. AMOZOC. Luis Alberto Wong Rodríguez.

DISTRITO 18. TEPEACA. Eleazar Flores García.

DISTRITO 19. TECAMACHALCO. José Manuel Vargas Gómez.

DISTRITO 20. CIUDAD SERDÁN. Guadalupe Violeta Guerrero Irigoyen.

DISTRITO 21. ATLIXCO. Raymundo Huerta Cirilo.

DISTRITO 22. IZÚCAR DE MATAMOROS. Antonio Cruz García y Tránsito Valerio Caro.

DISTRITO 23. ACATLÁN DE OSORIO. Jesús Sánchez Pérez, José Luis Ibarra Castillo y Ricardo Meza Colotl.

DISTRITO 24. TEHUACÁN NORTE. Agustín Espinoza Chavarría.

DISTRITO 25. TEHUACÁN SUR. Julio Édgar Altamirano Martínez.

DISTRITO 26. AJALPAN. Jorge Rabindranat Sandoval Vargas.

Todos estos mapaches ya cuentan con casas de seguridad desde donde pretenden operar el próximo 7 de julio, en una cadena de mando que termina en el delegado presidente del PRI, Pablo Fernández del Campo.

Salvo alguna excepción, esta red recibirá todo el apoyo de los presidentes municipales priístas para reforzar la movilización de votantes de los candidatos a diputados locales y a ediles.

Por citar un solo ejemplo: el operador en el distrito de Xicotepec, Hugo Alberto Gutiérrez Rangel, es secretario general del ayuntamiento de Venustiano Carranza, ayuntamiento volcado por completo, y hay evidencias, en la campaña del Revolucionario Institucional.

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En el PRI se cree que con este grupo, sumado a los yucatecos enviados por Ivonne Ortega, a los mexiquenses de César Camacho y a los colimenses del delegado Fernando Moreno Peña, podrá ganar los comicios.

Lo grave no eso, sino a lo que están dispuestos a hacer en caso de no conseguirlo: reventar y judicializar el proceso.

Sí, la Operación Mapache del PRI ya está en marcha y no hay fuerza humana capaz de detenerla.

Por el momento.

gar_pro@hotmail.com

Reventar y anular la elección, el objetivo priísta

Thursday, June 27th, 2013

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Por supuesto que al PRI de César Camacho e Ivonne Ortega le interesa llevarse el mayor número de triunfos electorales que se disputarán en los 14 estados del país el próximo 7 de julio.

Arrebatarle al PAN el gobierno de Baja California y de paso llevarse algunas de las principales ciudades, como Puebla, es su principal objetivo, salvo una decisión de muy arriba que les arruinaría sus planes.

Ambos dirigentes quieren entregar buenas cuentas sobre sus primeros comicios locales y no sólo eso: quieren demostrar a Enrique Peña Nieto que son los “grandes líderes”, que saben ganar elecciones y que son los “reformadores del priísmo nacional”; sin embargo, como han vuelto a ser el mismo partido de Estado de siempre, donde sólo manda uno y todos los demás obedecen, todo, todo puede suceder.

Quien piense que el gobierno de Enrique Peña Nieto está ausente, que no mete las manos y que desconoce el desarrollo de los diferentes procesos electorales, peca de ingenuidad política.

A él le resultaría más que bueno que su partido ganara un buen número de plazas en disputa, sobre todo para legitimarse aún más.

Pero cabe decir aquí que, como hombre de poder, el presidente tiene sus propósitos de corto, mediano y largo plazo y uno de ellos son sus reformas estructurales, mismas que deberá consensar con el PAN y PRD en el llamado “Pacto por México”, y estas le son más relevantes y urgentes que cualquier elección local por muy elección que sea.

Sin embargo, los grupos de poder al interior del propio priísmo nacional tampoco estarán tan dispuestos a perder sus espacios políticos, mucho menos querrán esperar hasta el 2015: es la naturaleza del propio PRI, que los traiciona siempre.

Por eso, en Baja California quieren todo, lo mismo que en Quintana Roo, al igual que en Veracruz y en Puebla, donde ya hay suficientes evidencias de que ante la escasa posibilidad de triunfo, lo que buscarán más bien es tratar de reventar la elección para, a continuación, lograr su anulación.

La llegada de mapaches de Colima, Yucatán, México y otros estados es sólo el preludio de la “genial” estrategia del delegado del CEN del PRI, Fernando Moreno Peña, un experto, como se sabe, en eso de boicotear e incendiar procesos electorales.

Y es que, en el fondo, a los grupos duros del tricolor no les importa que Gustavo Madero o Jesús Zambrano se debiliten al interior de sus propios partidos y que el Pacto entre en crisis arrastrando a las reformas que le urgen a Peña Nieto para impedir que su sexenio sea un sexenio perdido, como lo fueron los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón.

Los halcones del PRI como Moreno Peña no tienen escrúpulo alguno en poner piedras en el camino del presidente con tal de cumplir sus fines y ambiciones personales y colgarse medallas que luego les garanticen ascensos en la escalera del poder federal. Suena paradójico pero así es.

De ahí que ante el escenario electoral poblano, tanto Moreno Peña como Fernández del Campo –este un dirigente sin palabra y por tanto sin respeto de nadie- tengan ya como último recurso el de inducir, cooptar y comprar votos para ganar, y si esto falla por alguna razón, entonces provocar, dinamitar y finalmente reventar los comicios para luego buscar que el TEPJF las invalide.

Dentro de la imaginación de Moreno Peña, está el anhelo –casi obsesivo y por tanto enfermizo- de propinar una derrota política pero sobre todo “moral” al morenovallismo, para buscar que se repitan los comicios en la capital poblana.

Vándalos y grupos de choque siguen llegando a Puebla y siguen siendo reclutados “para lo que se ofrezca”, lo mismo que supuestos operadores electorales que el domingo 7 de julio montarán bonitas escenificaciones que van desde robo de urnas hasta riñas que puntualmente saldrán ante los medios a adjudicar a actores, operadores y dirigentes de la coalición Puebla Unida.

Sembrarán el pánico y el miedo y pondrán a circular fotografías y videos –viles montajes- que buscarán escandalizar y sembrar en la sociedad la idea de que la jornada estuvo marcada por la ilegalidad y el abuso del grupo político encabezado por el gobernador Rafael Moreno Valle.

¿Funcionará la estrategia de Moreno Peña y sus mapaches? ¿Le saldrán las cosas a Ivonne Ortega y su Grupo Yucatán, uno de los más violentos al interior del PRI? ¿Qué será de Fernández del Campo más allá del fuero legislativo que ya tiene garantizado, si a su “brillante” carrera política se le suman algunos heridos o tal vez, con un poco de “suerte”, un muerto “útil” que ayude a reventar los comicios locales de este 2013?

En el PRI están jugando con fuego. Y en su desesperación ante los números que les ofrecen las últimas encuestas, lucen dispuestos a todo, y todo es todo, con tal de reventar la elección del 7 de julio.

Y es que ya no quieren ganar en las urnas, sino en una mesa a la que ellos mismos buscan colocarle cargas de dinamita. Porque actúan como los kamikazes: si no gana Agüera entonces que no gane nadie.

¡Qué peligroso!

gar_pro@hotmail.com

¡Péguenle más!

Wednesday, June 26th, 2013

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No está buena: está buenísima la campaña de contraste iniciada por la alianza 5 de Mayo esta semana y que busca desnudar las carencias –o los excesos- del gobierno del estado y en particular del mandatario Rafael Moreno Valle.

Cuestionar la Rueda de Observación, la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA), el Centro Integral de Servicios (CIS) y otros proyectos estatales, no sólo es una gran idea, sino una estupenda idea.

Lamentablemente la campaña –a través de medios electrónicos- resulta tardía y presenta un grave defecto de origen:

No toma en cuenta que hoy, le pese a quien le pese, Moreno Valle es el gobernador mejor calificado por la ciudadanía en la historia de Puebla en sus dos y pico primeros años de mandato. La encuesta menos benévola le da 7.5 de calificación.

Y si bien ya no tiene el bono democrático del principio ni el arrastre ni la fuerza de 2011, a la gente en general le parece que ha sido un buen gobernador, un gobernador que trabaja (o al menos trabaja más que sus antecesores) y que ha realizado la más espectacular (tal vez no la más necesaria) obra pública en la ciudad de Puebla.

No por nada suele decirse -medio en serio y medio en broma- que el mejor alcalde que ha tenido Puebla capital es, justamente, Moreno Valle.

De hecho, un estudio elaborado por una empresa del Distrito Federal, revela una paradoja inquietante y que poco se entiende sobre todo en círculos informados: mientras más le pegan, más crece la aceptación del jefe del Ejecutivo, en especial en el sector de la clase media.

Se trata de una especie de efecto “teflón”, más que medido en Casa Puebla.

La campaña de la alianza 5 de Mayo es, insisto, muy, muy buena, pero lamentablemente sólo ayuda a ratificar las opiniones que ya circulan, y no de ahora, en el denominado “círculo rojo”, que piensa y que seguirá pensando que tanto la megarrueda de Angelópolis como RUTA y el CIS son o frivolidades o proyectos innecesarios que además han resultado inútiles para solucionar los problemas de una gran urbe como Puebla.

Los spots del PRI-PVEM sí le llegan al gran público, por supuesto, pero a este gran público no le interesan los sesudos análisis de por qué Moreno Valle se ha equivocado o por qué ha sido un gobernante autoritario: lo único importante para este sector mayoritario es que su ciudad tiene un aspecto diferente, que se está haciendo algo –lo que sea- por sacarla del atraso y que poco a poco va recuperando prestigio nacional e internacional tras el desprestigio del pasado. Ya, por lo menos, no nos dicen “preciosos”, y eso, eso ya es ganancia.

La campaña de la alianza 5 de Mayo sólo victimiza a quien trae una imagen positiva consolidada, más allá del diario debate en los medios.

Lo más grave es que, como digo, parece tardía, pues se produce ya en la recta final de las campañas, por lo que sus efectos no serán demoledores, como los estrategas lo esperan.

Tal vez si así hubieran empezado la campaña: exhibiendo las contradicciones del gobierno estatal y destacando sus problemas o promesas incumplidas, y diciéndole al electorado que el cambio anunciado no sólo no llegó, sino que fueron engañados, otra cosa estaríamos viendo.

Y sobre todo si el candidato Enrique Agüera hubiera encabezado personalmente esa ofensiva, pero poniéndole nombre y apellido al objeto de los misiles y no como ha sucedido hasta hoy: en forma tímida, con muchísimo temor de molestar o causar la ira del “señor”, diciéndolo pero sin decirlo para que se escuche pero no se escuche.

Como escribí aquí al inicio del proceso, para ganar, el reto del ex rector de la BUAP era dejar de tenerle miedo a Moreno Valle y lanzarse con todo, sin atajos, contra su primer y principal rival: el gobernador.

Pero toda la campaña se la pasó rehuyendo ese pleito (este miércoles lo más que dijo fue que “un gobierno distante se equivoca”; no pues sí) y no logró, primero, convertirse en el líder que los antimorenovallistas andan buscando hasta por debajo de las piedras; segundo, convertir la elección en un referéndum entre seguir con el supuesto cambio iniciado por Moreno Valle o explorar una nueva y mejor ruta, y tercero, convencer a quienes están escépticos de todo, hartos de los políticos y por tanto indecisos.

La campaña de contraste llega –en mi opinión- demasiado tarde y si busca que los indecisos se decanten hacia la alianza 5 de Mayo, hay malas noticias: las últimas encuestas están reflejando que es Puebla Unida la que los está atrayendo a sus filas, seguramente porque si bien ha habido errores, su campaña ha contado con estrategia y no ha dado bandazos, o al menos no tantos ni tan evidentes como los del PRI-PVEM.

Tradicionalmente, el voto de los indecisos, que suele convertirse en voto de castigo, se vuelca contra el poder establecido, sí, pero cuando este ha tenido un desgaste prolongado y ya ha causado un enorme hartazgo en la población en general.

Así le pasó –sólo por citar un ejemplo- a Mario Marín, quien con todo y el caso Lydia Cacho pudo refrendar la hegemonía de su partido (salvo aquella vez que vendió la elección a Felipe Calderón y Manuel Espino para evitar que la SCJN le cortara la cabeza) y por tanto la sobrevivencia de su gobierno… hasta que la gente dijo: “ya no más” y entonces encontró un agente y actor del “cambio” en 2010 con Rafael Moreno Valle, cuyo gobierno es aún joven: le estarán faltando casi 4 años pase lo que pase el 7 de julio próximo.

Al actual gobernador la campaña de contraste del PRI no le causa risa, porque tampoco es para tanto, pero sí ninguna preocupación. De hecho, por él que le peguen, que le peguen más, pues sólo lo fortalecen, lo victimizan y lo consolidan en el ánimo de los poblanos, con todo y que cada día que pasa de su sexenio, es un día menos y un día que acumula nuevos y más ácidos críticos. Porque es indudable que el poder desgasta y no sólo eso: se come, literalmente, hasta al más humilde, o soberbio, de sus hijos.

gar_pro@hotmail.com