… Y EN MORENA, SONRIÉN

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Luego de que se frustró la gran alianza opositora para Puebla capital, que encabezarían PRI, PAN y PRD, y que amagaba con ampliarse con dos partidos más, los locales Pacto de Integración Social (PSI) y Compromiso por Puebla, la sonrisa, nos dicen, volvió a muchos rostros en la otra coalición, Juntos Hacemos Historia (Morena, PT y PVEM).

Si bien Eduardo Rivera Pérez sigue como el puntero en las potenciales preferencias electorales, la baja ya confirmada al menos de uno de los partidos, el PRI, de esa candidatura, les viene bien a los posibles candidatos del lopezobradorismo poblano.

Sin pretender que el rompimiento en este caso sea un presagio de fractura total en Va por México, efectivamente el entre 8 y 10 por ciento que el PRI podía aportar, ahora se supone que irá con su propio candidato o con otra opción.

La decisión de la Comisión Permanente Estatal panista tiene otras consecuencias inmediatas.

El mensaje de los consejeros es claro: el PAN no necesita al PRI para ganar la capital y no tendría por qué compartir las mieles del triunfo, si es que efectivamente se da.

Eso, por supuesto, no ha sido bien recibido en el PRI, que se supone dejaría que los panistas se hicieran pedazos, para finalmente llegar a levantarle la mano a Eduardo Rivera y subirse a su “tren ganador”.

Con la premura para emitir una convocatoria la próxima semana, ahora deberá enfrentar su propio pleito interno por la candidatura.

Una que, aparentemente sin posibilidades de triunfo, sabemos que se disputan más de cinco.

Las contiendas internas, incluso sin ser formalmente precampañas, dejan siempre heridos.

Encima, ahora los priístas tienen que lamerse las heridas y sacarse el mal sabor de boca por el desprecio del PAN.

¿Cómo explicarán los dirigentes a su militancia que siempre no van con Lalo ni con el PAN?

Si fue difícil hacerlos a la idea, cómo ahora les dicen que han sido depreciados.

Eso va a pesar también en los 60 municipios en que sí van juntos PAN y PRI.

Como en las campañas de los 26 distritos electorales locales, en donde es total la coalición opositora.

El PRI terminó como el socio incómodo del PAN, al que no conviene andar presentando en ciertos escenarios.

En algunos conviene.

Y en otros avergüenza.

Por eso y otras cosas, es que hoy sonríen en el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

Si la aritmética electoral fuera simplista, se podría decir que el candidato o candidata de Morena habría avanzado algo así como 10 casillas, sin tirar aún los dados.

La partida se aprieta.

gar_pro@hotmail.com

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