Del verbo filtrar

Fernando Maldonado

Yo filtro, él filtra… Todos filtramos.

La práctica de entregar información de manera subrepticia a los medios es habitual, recurrente, sistemática.

Tal vez con demasiada frecuencia, pero justificable desde una perspectiva fundamental: ofrecer información acerca de las componendas del poder.

Sin ella no se hubiera entendido la embestida mediática que enfrentó el gobernador Mario Marín Torres tras la revelación de las conversaciones que sostuvo con el empresario libanés Kamel Nacif, respecto de Lydia Cacho.

Las filtraciones nos han permitido conocer las prácticas fraudulentas de Juan Carlos Alonso Hidalgo, el cuñado incómodo del gobernador electo, Rafael Moreno Valle Rosas.

Si la mano anónima no hubiera puesto en las manos de los medios el bien elaborado expediente de la participación del entonces consejero presidente de la Comisión de Acceso a la Información, Antonio Juárez Acevedo en una agrupación política (Plataforma4), se hubiera mantenido en el cargo de manera ilegal, inmoral.

O el caso de la mal lograda sociedad entre el funcionario del Sistema de Administración Tributaria, Tony Gali y el escurridizo Sergio Castro, dueño de IDN, a quien la PGR le liberó orden de aprehensión y quien participó además en una licitación por 2 mil millones de pesos en Petróleos Mexicanos con tres empresas. Ya se le detallaré.

El tema cobra vigencia ante la descomunal cantidad de documentos que habían sido clasificados por la Casa Blanca en Estados Unidos, publicados por Wikileaks.

La reacción es siempre la misma: la amenaza disfrazada, o la sugerencia abierta. La relación entre los medios y el poder está plagada de ello.

En el sótano…
El escritor Gabriel García Márquez en twitter: La ortografía en el discurso de la vida sí lleva acentos. Con apenas 185 tweets, Gabo es todo un fenómeno: más de 174 mil 600 cibernautas lo seguimos.

Destape anticipado. La revista Quién del grupo editorial Expansión puso en el mercado una edición especial dedicada a la boda entre el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto y la ex actriz Angélica Rivera. “La novela no termina aquí, el siguiente capítulo será… ¿en Los Pinos?

El gobernador electo, Rafael Moreno Valle suscribió un convenio con los rectores de la UNAM y la BUAP, José Narro y Enrique Agüera para abatir el analfabetismo en Puebla. La intención es plausible en esencia. Más si se fortalece con dos instituciones educativas públicas que son referentes obligados para el desarrollo integral de los mexicanos.

Ayer debí haber dicho hasta luego en el Sistema de Información y Comunicación como titular del espacio noticioso matutino de televisión. Un resfriado feroz me ha impedido despedirme de un equipo de trabajo dedicado y tenaz. Confío en que habrá oportunidad.

Con apenas tino para escribir desde la cama la columna que tiene a la vista, espero poner punto final a este ayuno informativo que ya me tiene hasta el hastío.

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