Cada quien posa para la foto

Fernando Maldonado

El jueves 11 de noviembre mientras el llamado “divulgador” Andrés Roemer se consolidaba como cabeza de una nueva mafia cultural en México, con el beneplácito del propietario de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego durante la sesión inaugural de La Ciudad de las Ideas en Puebla, la brecha entre ricos y pobres era más insultante que nunca.

Y más que para potenciar el intelecto, muchos de los asistentes a la Ciudad de las Ideas –evento de Grupo Salinas- estaban listos para posar en la foto. Los intelectuales, científicos o filósofos exponían acerca de la presencia del hombre en el mundo, las divinidades o el cosmos.

La clase política y social, como siempre, ajena a una de las expresiones más lastimosas de nuestra realidad.

Por ejemplo, el caso de Zenaida Amador Clemente para quien las presencia del bien o del mal en el mundo encarnó en su propia circunstancia: madre de un niño de cinco años de edad a sus 22, con un embarazo de cuatro meses y sin el apoyo de nadie, se ahorcó frente a su pequeño.

Según la crónica policíaca: “estaba desesperada en últimas fechas porque no tenía dinero y el padre del bebé no quiso apoyarla”.

No es una historia que tenga muchos matices respecto de los otros 200 casos de suicidio que ha habido en Puebla en lo que va del año. Deciden ir “por la puerta falsa” por escenarios de desasosiego: pobreza, hambre, soledad, desempleo o desamor y olvido. Distintas variables, destinos comunes. Solo que ellos no serían nunca el blanco de la fotografía del momento.

No es que la mafia de Roemer o Salinas Pliego sean responsables directos de las muertes de las dos centenas de menesterosos en Puebla. Tampoco que el impulsor de este espectáculo, que es el Gobierno de Puebla y el gobernador Mario Marín, con su secretario de Finanzas, Gerardo Pérez Salazar tengan el remedio para evitar esta cifra de escándalo y vergüenza.

Las complicidades entre el poder público y privado no sucedieron en este sexenio, ni en el anterior o el que viene. Forma parte de la historia de la humanidad. Unos lo consienten, otros lo alientan y los más lo observan de soslayo.

La información de la muerte de Zenaida Amador se quedó perdida en el rincón de la nota roja, solo para el alimento del morbo. Nuestra solidaridad ausente y una sociedad hedonista que seguro se busca ahora en las páginas de las publicaciones de sociales y del corazón.

El dinero público invertido en eventos de relumbrón, elitistas y sectarios poco abona al conocimiento real de la problemática que enfrentamos.

Poco servirá para remediar situaciones tan apremiantes como la muerta de la joven madre de la sierra norte la eterna discusión del hombre en torno a La Creación; la lucha entre el bien y el mal; la disonancia entre ciencia y esoterismo.

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