El País informa que Volkswagen ha retirado la solicitud para vender nuevos modelos de vehículos diésel en Estados Unidos, una decisión que vuelve a poner a la firma alemana bajo sospecha de fraude en el control de las emisiones. El fabricante ha comunicado a la agencia para la protección del medio ambiente que instaló un sistema auxiliar para regular el escape de gases en estos nuevos coches, cuya venta está suspendida desde hace tres semanas mientras se busca una alternativa que sea aceptada.
Este nuevo dispositivo instalado en los motores de última generación hace que el catalizador se caliente más rápido y eso permite separar mejor los gases contaminantes de los que no lo son. Ahora la agencia medioambiental debe determinar si este sistema es legítimo o si está diseñado para burlar los límites de forma artificial en los exámenes.
Volkswagen no había informado hasta ahora de la existencia de este dispositivo, lo que hace aumentar las dudas.
Mientras, la firma alemana debe hacer frente a un nuevo terremoto interno: la decisión de Winfried Vahland, designado para ser el nuevo jefe de la empresa en Estados Unidos, de abandonar el grupo. Vahland, con 25 años de experiencia, alega diferencias con la dirección en la estrategia a seguir tras el escándalo, lo que supone un nuevo varapalo para Volkswagen en su intento de recuperar la credibilidad perdida.
La retirada por parte de Volkswagen de la solicitud para vender nuevos modelos diésel en Estados Unidos tiene una explicación. El fabricante alemán acaba de comunicar a la agencia para la protección del medio ambiente que instaló un sistema auxiliar para controlar las emisiones en los nuevos modelos. La venta de esos coches está suspendida desde hace tres semanas hasta que se dé con una alternativa que sea aceptada por los reguladores.
En su comparecencia ante la Cámara de Representantes, el jefe de Volkswagen en EE UU anunció la semana pasada que había retirado la solicitud de homologación de sus nuevos modelos diésel. Los dos representantes de la agencia medioambiental que intervinieron después dieron a entender que se estaba investigando si había un segundo dispositivo ilegal en los nuevos modelos.
De acuerdo con los detalles revelados ahora por Volkswagen, el nuevo sistema auxiliar para control de emisiones opera de una manera diferente en los modelos 2016. El dispositivo instalado en los motores de última generación hace que el catalizador se caliente más rápido y eso permite separar mejor los gases contaminantes de los que no son dañinos para la salud. Además de reducir las emisiones, consigue un mejor rendimiento del vehículo.
La agencia medioambiental debe determinar si este sistema auxiliar de control es legítimo. Los ingenieros de Volkswagen en Alemania deben facilitar información adicional sobre su funcionamiento, porque no está claro si se trata de un mecanismo legal o está diseñado para evitar los límites de forma artificial en los exámenes. Volkswagen admite la existencia de ese dispositivo de control en los motores TDI de dos litros y cuatro cilindros.
El mecanismo toma en cuenta variables como la temperatura, las revoluciones, la marcha o la velocidad para modular, activar o desactivar alguna parte del sistema de control de emisiones, según reconocen fuentes de Volkswagen.
Las sospechas surgen del hecho de que Volkswagen no había comunicado hasta ahora su existencia a las autoridades supervisoras, como es preceptivo.
Algunas fuentes señalan que los nuevos modelos podrían aprobar el examen sin el software sospechoso, pero que ese programa amplía el margen para superar las pruebas.
Si se demostrase que el nuevo mecanismo también hace trampas, sería un nuevo golpe para la compañía, muy afectada ya por el escándalo. Además, haría surgir nuevas dudas sobre los modelos actualmente a la venta.
Mientras, la salida de Winfreid Vahland es un nuevo contratiempo para la firma. Vahland se va del grupo pese a haber sido elegido para ser el nuevo jefe de Volkswagen en EE UU. El directivo era el máximo responsable de Skoda desde hace cinco años y acumulaba más de 25 años trabajando para el grupo, de modo que su renuncia se considera un serio revés en los esfuerzos de Volkswagen para recuperarse del impacto del escándalo.