Narcobodegas

Todos los días leemos noticias sobre el narcotráfico, el crimen organizado, muertes y demás; sin embargo pocas veces alguien repara en la cantidad de autos, casas, joyas, objetos y dinero que nuestras gloriosas autoridades confiscan a los señores de la mafia.

Ana Arana, realizó un excelente reportaje para la revista Expansión en el que precisamente responde la incógnita de ¿a dónde va a parar todo lo que se confisca al narco?

En su entrega da cuenta de la existencia de 60 bodegas, administradas por el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), misma que se encarga de vender a precio de mercado cada uno de los bienes incautados.

Según el reporte publicado en www.cnnexpansion.com dichos almacenes representan en su totalidad, la superficie de 17 Estadios Aztecas y en ellos se resguarda 75 millones de bienes asegurados, tanto por detenciones de narcotraficantes como evasores de impuestos y operativos contra la piratería.

Algunas de las joyas de los narcos son relojes Bling Bling, de Jacob and Co, el joyero de los raperos de Estados Unidos. Estos artículos están decorados con diamantes, piedras preciosas en forma de mariguana, la imagen de la Santa Muerte o San Judas Tadeo.

También brillan dos cubiertas para pistola decoradas con diamantes y rubíes. Nadie sabe quiénes fueron sus propietarios. “Las únicas joyas de las que se conoce su dueño son las que se confiscaron a Zen Li Ye Gon (unas bolsas de Judith Lieber hechas a mano con cristales austriacos valuadas entre 4,000 y 10,000 dólares, collares de Tiffany creados para la esposa de Ye Gon y varios relojes)”, dice el reporte.

El SAE representa la paraestatal que más activos produce al gobierno, después de Pemex. Desde su fundación ha liquidado casi 40 mil créditos de cartera vencida de bancos quebrados; destruyó 65 millones de productos pirata; vendió 8 mil 800 bienes inmuebles y ha comercializado más de 48 millones de muebles.

Este organismo realiza permanentes subastas públicas, algunas presenciales y otras virtuales vía su página (www.sae.gob.mx) y por eBay. Los nombres de los clientes se reservan, pero hay quienes han comprado desde un ferrocarril hasta una ardilla disecada.