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Regreso a clases

Martes, Agosto 19th, 2014

El primer día de clases siempre conlleva todo un bullicio. El ritual inicia en la cama de los inocentes estudiantes que se resisten a entrar a la rutina y termina en el caos vehicular con mamás sobreprotectoras haciendo dobles o hasta triples filas afuera de las escuelas.

Seamos sinceros ¿a quién le gusta ir a la escuela?. En mis tiempos, a las niñas lo que nos emocionaba era estrenar las plumas de colores o presumir la mochila de reja, que por cierto era poco o nada funcional, así como la lapicera con personajes de moda; pero escuchar a los maestros, eso a nadie emociona.

Los tiempos escolares en la era del bullying o acoso escolar son muy distantes a los años en que nadie llevaba celulares a la escuela o publicaba videos agresivos en internet. Hoy los niños están más despiertos y en esa proporción los hemos expuesto a una realidad cargada de violencia, sexualidad y narcotráfico.

Hoy nos tronamos los dedos porque al final del día sólo se compren una nieve y nadie les vaya a ofrecer que prueben “algo” afuera de la escuela. Rogamos porque nuestras pequeñas se den a respetar y no anden enseñando los calzones a las cámaras del celular de sus compañeritos en aras de que sus hormonas despiertan en algunos casos desde el quinto de primaria. Y suplicamos por no enterarnos por Facebook que nuestro hijo estuvo en la “bolita” de niños inconcientes que quemaron vivo un gato. Por ejemplo.

Es crudo pero es real. Estos son los ángelitos que hoy llenan las aulas. No podemos sólo mandarlos con el gel antibacterial y el lunch saludable, hay que vigilarlos, hay que alimentar la comunicación y propiciar la confianza, demostrar cómo se vive con valores y dar ejemplo de buenas personas todos los días, todos.

Después de la breve reflexión, aquí las imágenes que inundaron el día con el hashtag #haymaestrosque y #RegresoAClases que fueron tendencia este lunes.

Mi mamá y Moreno Valle

Domingo, Mayo 15th, 2011

Les cuento que me colé al festejo del Día del Maestro que este domingo se llevó a cabo en el Salón Country. Hace más de un mes que mi mamá tenía listo el vestido que se compró exclusivamente para tal evento y me consta que por semanas buscó y buscó un par de zapatos que hicieran juego con el atuendo con el que se disponía a recibir su reconocimiento por 30 años de servicio como docente.

“Yo nunca voy a esos eventos, pero este año si quiero ir porque va a estar Moreno Valle y ese sí está guapo”, decía entre bromas mi progenitora que es de aquellas que votó por Lalo Rivera porque estaba guapo, tenía sonrisa simpática y se veía “buena gente”. Vaya, es de ese sector que las encuestas indican que votaría por Enrique Peña Nieto nada más para que México tenga un apuesto representante en el mundo exterior.

Aclaro que para nada estoy minimizando la capacidad intelectual de mi madre, al contrario, trato de retratar que es una mujer común, sin poses ni demagogias pero sí mucha vocación. Es una maestra de salón que ahí está a gusto, poniendo su granito de arena para que los niños que viven en hogares disfuncionales tengan un mejor futuro. No le interesa ser directora ni andar en la grilla sindical. Ella sólo quiere que a sus alumnos les apasione tanto la Historia como a ella, que comprendan porque ¾ + ¼ hacen un entero.

Total que apenas el jueves ni ella misma sabía cómo iba a estar la ceremonia en que le entregarían un cheque por 41 mil pesos, una medalla de plata y un diploma en nombre de Rafael Ramírez (un maestro importante al parecer). “Ojalá no sea en el Country, antes eran en el Centro de Convenciones y está más bonito, se nota la diferencia en el trato”, nos había dicho días antes de que el viernes se le notificará que sólo ella podría ingresar al salón ubicado en San Manuel, ya que no habría lugar para su familia.

Con unos chilaquiles batidos como de orfanato y un pedazo de bistec frío, las secciones 51 y 23 del SNTE y la SEP, reconocieron la labor de quienes educan a los menores. Fue el secretario de Educación, Luis Maldonado Venegas, quien dio a entender a los maestros que el gobernador Rafael Moreno Valle Rosas no había escatimado recursos y quiso traerles como una sorpresa a un cantante famoso. Y en segundos, torpemente, se descubrió el escenario sobre el que Pablo Montero lidió durante una hora con las fallas en el sonido ya que por momentos al acercar el micrófono a un monitor, el estruendo de los aparatos reventaron el tímpano de algunos.

Mientras unas quinceañeras de más de cuatro décadas se emocionaban con el intérprete de “Gata Salvaje”, un par de féminas otoñales logró subir al escenario y bailar pegadito con él, otras muchas se conformaron con llevárselo a casa grabado en el celular.

También hubo otras tantas que se conformaron con acercarse a la mesa del gobernador para tomarle una foto, claro, sin pasarse del listón que separaba al mandatario de los simples mortales. Con una sonrisa forzada, Rafael Moreno Valle atendió la solicitud de sus “fans”, total, ya sabemos que para eso de las camaritas no se pone rebelde.

La maestra Marthita tuvo la mala fortuna de ser ubicada en las R de Ruiz. Y aunque no se deprimió por no haber estrechado la mano del esposo de Martha Erika Alonso de Moreno Valle, sí se llevó un fiasco al enterarse que su gobernador se había escabullido desde que los Hernández formaban la larga fila por la que pasaron uno a uno de los 2 mil 153 profesores que han entregado a las aulas 30 o 40 años de su vida.

¡Maestros del terror!

Jueves, Mayo 12th, 2011

Dicen por ahí que “la letra con sangre entra”. Mis abuelos eran maestros y heredaron esa profesión a tres de sus seis hijos, incluido mi papá. La maestra Juanita, como conocían a la matriarca de los Cruz, era una profesora muy estricta, con carácter fuerte, voz enérgica y mirada penetrante. A ella todavía le tocó aplicar el jalón de orejas o el reglazo, en aquellos casos en los que los alumnos se le ponían al brinco. Sin embargo, por muy exigente que fuera mi abuelita no era un ogro como tal. Y es que se queda corta con los casos que publicó Montserrat Arqué en el sitio De10.com, donde presentó la lista negra de los peores maestros de la historia. Aquí reproducimos siete de ellos:

1. La maestra que calla niños con cinta adhesiva.
Jazlyn Freel estudiaba en un colegio de la ciudad de Broward. Un día llegó a casa con la boca y mitad del rostro cubiertas con cinta adhesiva. ¿La razón? La maestra se cansó de pedirle que guardara silencio y como no le hizo caso, pensó que esta era la única forma de hacerlo. Minutos después, el titular de la clase se percató de que había cometido un error y le comentó a Jazlyn que sólo había sido una broma que no saldría del aula de clases.
La niña hizo caso omiso y le contó a su madre lo acontecido, y ésta exigió que la profesar fuera reasignada, esperando que no vuelva aplicar esta acción con otros menores.

2. La maestra que publicó una historia erótica de sus alumnos en Facebook.

A una profesora de inglés de nombre Leonora Rustamova se le ocurrió escribir una novela en la que detalla las fantasías sexuales que alguna vez le contaron sus alumnos.
Se le ocurrió colgarla en el Facebook, situación que indignó tanto a los chicos y sus padres, así como a las autoridades de la institución.

“Cada vez es más difícil verlos como niños”, es una de las tantas frases que se podían leer en el escrito que Rustanova tituló como “¡Alto! No leas esto”, texto con el que según ella pretendía incentivar a sus alumnos el gusto por la lectura.

3. Baile erótico entre profesores.
Dos profesores de una escuela de Winnipeg, en Canadá, fueron despedidos sin goce de sueldo, luego de protagonizar uno de los momentos más escandalosos que se han registrado en dicho lugar. Sucedió en un concurso de baile precisamente de maestros. La encargada de impartir educación física, Chrystie Fitchner, llevó a cabo una coreografía algo subida de tono con otro de sus colegas, ante más de 100 alumnos menores de edad. Los chicos no perdieron el tiempo, así que grabaron el suceso y lo subieron a YouTube y a distintas redes sociales. Las imágenes llegaron hasta las oficinas del director, quien no toleró esta actitud de quienes están para educar a los jóvenes y terminó corriéndolos.

4. Profesor que mostró un video porno a sus alumnos por error.
Crystal Defanti impartía clases a niños de quinto grado en una escuela de Sacramento, California. Los directivos del colegio le habían encargado mostrarle a los padres y a sus hijos algunas imágenes del curso anterior. Sin embargo, a la hora de insertar el DVD y pocos segundos después, los mayores se percataron que esa grabación estaba muy lejos de ser un recuerdo escolar. Se trataba en realidad de un video casero en donde se podía ver a Defanti tener sexo con un hombre.

Rápidamente, cortaron la transmisión de la película. La maestra con todo y pena, se disculpó ante los tutores y autoridades de la institución. Se libró del despido, pues siempre mostró una actitud intachable a la hora de impartir sus clases.

5. Profesora que odia que los niños huelan a curry.
¿En dónde quedaron los supuestos años de experiencia con los niños de esta señora llamada Elizabeth Davies? Elizabeth trabajaba en una escuela en el Reino Unido, la cual la acusó de maltrato infantil pues rociaba con aerosol a los pequeñitos de no más de sies años, particularmente a los de origen asiático, que según ella olían demasiado a curry.

Eso no fue todo. Davies obligaba a los niños a lavarse las manos constantemente con líquido desinfectante con olor a pino, y como si fueran cachorros, obligaba a todos a que se hicieran del baño sobre un periódico.

6. La profesora que utilizó una barra de pegamento como arma blanca.

Linda May hirió a un pequeño de 12 años de edad que sufría discapacidad mental con una barra de pegamento. La profesora, en un arranque de histeria, golpeó fuertemente el dedo pulgar del chico con este artículo escolar hasta hacerle sangrar.

Aunque pidió disculpas, el caso fue a la corte. May alegó en su defensa que a lo largo de su carrera había sufrido cosas mucho peores con ciertos alumnos y por eso reaccionaba así. ¿Acaso se justifican sus acciones?

7. Maestros que agarraba a reglazos a sus alumnos.
Historias como las anteriores desafortunadamente se registran en nuestro país. Tal es el caso de un hombre llamado Benito Bernal, quien impartía clases en una primaria en el municipio de San Felipe del Progreso, Estado de México.

Unas niñas de su clase de quinto grado comenzaron a pelear por una libreta. Bernal se percató del asunto y como medida de control, tomó el metro de madera y las golpeó en las piernas. Una de las chicas sufrió lesiones considerables en ambas extremidades. Su caso fue llevado hasta la Comisión de los Derechos Humanos (CNDH).