A propósito del Día Internacional contra la Homofobia, les comparto un reportaje muy interesante que Ignacio de los Reyes publicó para BBC Mundo. En su escrito, da cuenta de que Juchitán, es la ciudad “más tolerante” de México, por decirlo de alguna manera. Y es que en este pequeño poblano ubicado en el Istmo, en Oaxaca.

Entre los mitos y las leyendas del lugar, destaca la de los “muxes”, que son simplemente hombres que nacieron varones pero que, debido a su homosexualidad, asumen roles femeninos en la cultura prehispánica zapoteca.

“El responsable de este característico rasgo juchiteco sería el patrón de la localidad, San Vicente Ferrer, a quien Dios habría encargado repartir a los muxes entre todas las ciudades de la región. A su llegada a Juchitán, dice la leyenda, su bolsa se rasgó, dejando caer aquí a todos los homosexuales que viajaban en ella. En realidad, los propios muxes estiman que su comunidad apenas llega al 2% de la población de Juchitán, que con su área conurbana alcanza los 150 mil habitantes. Pero el cuento de San Vicente y la tolerancia histórica del pueblo a sus muxes ha convertido a Juchitán en un referente nacional de la convivencia y aceptación de la diversidad”, cuenta en su relato este periodista cuyo trabajo está condensado en el siguiente video. Dale Play:

Una guayabera blanca ceñida al cuerpo era la prenda tradicional de los muxes, sin embargo, en los años 80 cuando un grupo de ellos decidió prescindir de ese atuendo para cambiarlo por uno que consideraba más acorde a su identidad: el vestido tradicional de la mujer indígena zapoteca.

Además, cada año se celebra la Vela de las Intrépidas, en la que los muxes se visten de princesas, capitaneadas por una Reina de la fiesta que paga la banda de música, la bebida y las botanas para todo el que quiera ver este desfile de orgullo.

“A finales de 2011, José Antonio Sánchez tendrá que entregar su corona. Mística presume de ser una reina muxe sobrada de kilos y de haber hecho méritos para ser la protagonista de la última Vela. Pero los muxes dicen que su vida no ha sido ninguna fiesta y han tenido que sacar su fuerza de hombre y de mujer para hacer frente a las adversidades. Y es que en esta ciudad de mitos, muchos han querido ver un oasis para los homosexuales en un país donde aún persiste la homofobia”.

Polémico como suele ser con sus respuestas siempre apegadas al discurso de izquierda, ahora el presidente de Bolivia, Evo Morales asegura que los alimentos transgénicos son los culpables de la homosexualidad y de paso, de la calvicie en Europa.

Durante su participación en la inauguración de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, el mandatario de Bolivia, sorprendió cuando empezó a hablar de los pollos. Sí. De esos inocentes animalitos que, según él y sus pruebas de laboratorio, son engordados con hormonas femeninas.

“El pollo que comemos está cargado de hormonas femeninas. Por eso, cuando los hombres comen esos pollos, tienen desviaciones en su ser como hombres”, aseguró Evo Morales, quien también le echó la culpa a los pollos y al ganado vacuno criado con hormonas de que las niñas también tienen un desarrollo prematuro del busto.

Fue tanta la euforia del presidente de Bolivia que de plano lanzó una profecía al mundo en caso de no dejar de producir alimentos transgénicos: “En 50 años todo el mundo será calvo” (zaz).

Luego siguió con la coca, no la que se produce y consume en su país. No. La Coca Cola, ese producto diabólico creado en el mundo capitalista de Estados Unidos. Y fue entonces cuando recordó la leyenda urbana por todos conocida, aquella que asegura que el líquido gaseoso es muy efectivo para limpiar los inodoros y destapar las tuberías.

Y también le tocó a las papas “malignas” de Holanda, las cuales según Evo, a pesar de ser “grandes y hermosas”, tiene hormonas de pescado, lo que hace que no sirvan para comer bien.

A propósito del consumo de transgénicos y sus efectos en las preferencias sexuales, en You Tube existen más de una decena de videos que ponen en tela de juicio la hombría de “Evo Esponja”, como algunos de sus gobernados lo llaman. A continuación una declaración hecha hace un año en la que afirmó que el se entiende mejor con los hombres que con las mujeres. Dale Play.

Los besos entre personas del mismo sexo no sólo representan amor. Esta semana sirvieron para exigir a las autoridades justicia y respeto a los derechos de los gays, lesbianas y travestís poblanos. Este sector de la población alzó la voz para manifestar su repudio por el asesinato de Fernando Javier Hernández Fajardo, alias “Ana María Z. Jones”.

Z. Jones, tenía 39 años de edad cuando la homofobia vestida de muerte llegó a su departamento en la unidad habitacional “El Carmen Gastronómico”, ubicada al sur de la capital angelopolitana.

Tras el crimen, las protestas se dejaron sentir y fue, incluso, el Comité Orgullo Poblano y de la Red Democracia y Sexualidad (Demysex), quienes exigieron a las autoridades esclarecer los hechos, castigar a los responsables del crimen y, de paso,  pidieron a los diputados locales sacar de la congeladora una ley que lleva alrededor de tres años en la Comisión de Gobernación, Justicia y Puntos Constitucionales  del Congreso local: la Ley Contra la Discriminación.

Fue el martes pasado cuando “Ana María z. Jones” -como era conocido Hernández Fajardo-, fue encontrado muerto por seis puñaladas en su apartamento. Él formaba parte de un elenco de show travesti de Franco Disco Club y era el único habitante de su departamento.

Los activistas del colectivo de la diversidad sexual en la capital poblana, hoy lamentan que Puebla registre tres asesinatos con personas transgénero en lo que va de 2009. De hecho, hace 25 días, las autoridades de seguridad pública en la capital encontraron, debajo de un puente en la comunidad de San Miguel Canoa, el cadáver de una persona transexual con múltiples heridas de arma punzocortante.

En un comunicado, los activistas exigieron a las autoridades esclarecer el crimen, dar celeridad a la investigación y castigar los criminales con todo el peso de la ley. Dentro del contenido del escrito se exhorta a la sociedad poblana a denunciar este tipo de crímenes que muestran “una impiadosa deshumanización”.

“Hemos sentido su fuerza tanto al interior de la familia como en todos los ámbitos sociales de México, continuamos sufriendo el acoso, la extorsión y el abuso policíaco en las calles de Puebla, amparados y protegidos por la placa y el uniforme, primordialmente los compañeros y compañeras que se dedican al trabajo sexual comercial. Muchos y muchas hemos sido muy inteligentes para resistir y sobrevivir. Sin embargo, muchos otros y otras han sido asesinados, ejecutados, encarcelados, engañados, violentados y rechazados por el mismo Estado Mexicano, por sus instituciones y por sus familias por el simple hecho de ser quienes somos”, reza el documento.

México, después de Brasil, es el segundo país en Latinoamérica en casos de homofobia desde 1997. En ese tiempo se han registrado 500 muertes relacionadas con el caso. Además, se estima que por cada una que se denuncia existen otras seis muertes más que no lo hacen, ya que las familias tienen pena de que salgan a la luz pública y sean señalados por la sociedad.

Cabe señalar que el pasado miércoles, los activistas realizaron un foro, que sólo fue apoyado por las propuestas de los representantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Partido Socialdemócrata  (PSD) y, parcialmente, del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Los demás, ni sus luces: ¿acaso no les interesa?