Pregunta:
¿Se puede ser consejero del IFE al mismo tiempo que empleado de un gobierno?
Respuesta:
Sí.
Otra:
¿Se puede ser miembro de un órgano electoral constitucionalmente autónomo al mismo tiempo que trabajar para un gobierno emanado de determinado partido político?
Respuesta:
Sí.
Y una más:
¿Se puede estar en una nómina gubernamental al mismo tiempo que se recibe una dieta mensual por vigilar y apoyar, “a nombre de los ciudadanos”, procesos electorales como el de pasado 1 de julio?
Respuesta:
Sí, también.
Tal es el caso del señor Alfredo Guillermo Domínguez Buenfil, consejero propietario de la Junta Local del Instituto Federal Electoral.
Y es que de acuerdo con una solicitud de información presentada el pasado 12 de julio, mediante el sistema INFOMEX, Domínguez Buenfil es “servidor público municipal” a las órdenes del ayuntamiento de Puebla, que encabeza Eduardo Rivera Pérez.
Según la respuesta de la Secretaría de Administración y Tecnologías de la Información, el consejero del IFE “es personal de confianza” y “se encuentra desempeñando el puesto nominal de Coordinador Especializado” (sic).
Lo cual implica que recibe una remuneración mensual de entre 14 mil 943.28 pesos y 18 mil 343.27 pesos, ello conforme a la lista de sueldos que se puede consultar a través de la página de transparencia del gobierno municipal.
Más allá de la ética o incluso de la moral, la dualidad esquizofrénica o más bien el conflicto de intereses no sólo es claro: es obvio.
Aunque quizá haya alguna justificante desde el punto de vista legal, el caso de Domínguez Buenfil confirma en parte el nivel de descomposición –y de prostitución en algunas ocasiones- que ha alcanzado el ente encargado de vigilar la legalidad y limpieza de los procesos electorales.
Los mismos que, como se puede ver, de “ciudadanizados” tienen lo que Elba Esther Gordillo de profesora honesta.