Mientras que el año pasado el talento de Puebla dominó y robó cámara en la primera edición de La Voz… México, en esta ocasión los dos únicos participantes han resultado eliminados en la fase conocida como Las Batallas.

El domingo tocó el turno a Bernardo Guarneros, un cantante originario de Atlixco que formaba parte del equipo de Jenni Rivera.

El trío del equipo de la famosa Diva de la Banda estuvo integrado por Bernardo Guarneros, Jovani Segobia y Sandy Rodríguez, quienes hicieron suyo el tema Hasta que te conocí; su coach levantó la mano de la victoria a Sandy Rodríguez.

Sin embargo, aún tienen una mínima posibilidad de regresar al concurso pues ante la dedicación y talento de quienes fueron eliminados en esta etapa, ya que cada uno de los coaches evaluará nuevamente a sus concursantes eliminados y decidirá quién de ellos merece regresar para integrarse a la competencia en los shows en vivo.

Angie Taddei, famosa por conducir el programa de televisión “Picnic” en el canal Telehit y haber formado parte del grupo Jeans encabezó el “Fashion Coaching”, un evento que se llevó a cabo en Luxury Hall en el centro comercial Angelópolis, donde aprovechó para dar tips sobre el buen vestir a todas las mujeres presentes.

“Puebla es una de las ciudades más importantes del país, la moda está al alcance de todo el mundo, y teníamos que estar aquí, no podíamos faltar; los poblanos son tan alivianados y buena onda, ya pase a comprar mis camotes”, fueron las palabras que pronunció tras el desfile que pretende dictar las tendencias de la temporada para la nueva colección Otoño-Invierno “Antik”.

Mientras se desarrollaba la pasarela de moda, Angie comentaba los estilos y combinaciones para lucir bien para toda ocasión.

En su paso por suelo poblano, Taddei dijo que gracias a Jeans tiene lo que hasta ahora y reconoció que todo lo que ha logrado ha sido a base de preparación por lo que sigue profesionalizándose .

“Por qué no, en Picnic hemos tenido a los mejores diseñadores de moda, estamos en todos los desfiles y conocemos a muchas personalidades; tal vez buscaremos alguna colaboración con alguna marca”, comentó sobre una posible incursión en el mundo de la moda.

La música nos acompaña en todo momento, sin embargo a la hora de hacer el amor resulta un ingrediente que puede avivar o apagar la chispa, dependiendo de las notas que se estén interpretando.

De acuerdo con un estudio realizado por el psicólogo británico Daniel Mulllensiefen, los usuarios de un servicio de reproducción de música mediante streaming, eligieron las canciones que consideran más apropiadas para que suenen mientras mantienen relaciones sexuales, en una cena romántica o en el momento de seducir a su pareja.

Los resultados indican que la banda sonora de la película Dirty Dancing ha resultado ser la preferida por hombres y mujeres durante el encuentro sexual, mientras que en los preámbulos elige Sexual Healing, de Marvin Gaye.

Otro dato curioso es que para las noches solitarias prefieren Bohemian Rhapsody de Queen y Sex on Fire, de Kings of Leon, temas que fueron escogidos como favoritos y calificados incluso “mejores que el sexo”.

Para ligar en la pista de baile, los encuestados, cuyas edades oscilaban entre los 18 y los 91 años, se decantaron por Dancing Queen de Abba, seguida de Lady In Red (Chris de Burgh) y Sexy and I know it (LMFAO).

Aquí el top ten de las canciones preferidas durante el sexo:

1. La banda sonora de Dirty Dancing.
2. Sexual Healing, de Marvin Gaye.
3. El Bolero de Ravel.
4. Take My Breath Away, de Berlin.
5. Cualquier canción de Barry White.
6. Let’s Get It On, de Marvin Gaye.
7. Unchained Melody, de Righteous Brothers.
8. My Heart Will Go On de la banda sonora Titanic, cantada por Celine Dion.
9. Je T`aime , de Serge Gainsbourg.
10. I Will Always Love You, interpretada por Whitney Houston.

En tiempos en los que debemos tener mucha creatividad para hacer rendir nuestro salario de seis mil pesos, también hay que idearse cómo salir al mundo y descubrir lo que hay más allá del “charco” sin morir en el intento.

El portal www.enplenitud.com nos comparte esta guía para viajar en el estilo “mochilero”, ese que se distingue por austero y práctico.

1. Una buena mochila: tiene que ser cómoda y debe poder adaptarse muy bien al tamaño y edad de la persona. Es aconsejable adquirirla en las tiendas de campamento. El material debe ser resistente e impermeable. Para mayor confort, las que llevan barras metálicas y red son las mejores. También es muy útil que tenga sujeción ajustable en el pecho y en la cintura.

2. Bolsa de dormir: es otro de los productos de primera necesidad ya que es importante poder descansar lo mejor posible en cualquier campamento o sitio en el que haya que instalarse.

3. Botella de aluminio: ideal para tener agua siempre que se necesite.

4. Botiquín: debe contener elementos básicos para poder curar pequeñas heridas. Entre los más necesarios están las tiritas, gasas, desinfectante, pastillas de paracetamol, medicamentos contra la diarrea y los vómitos.

5. Documentos: indispensable poder llevar pasaporte, en caso de salir del país, documento de identidad y demás papeles que sean necesarios para confirmar la identidad.

6. Ropa adecuada: según sea el clima del lugar donde se viaje, lo más recomendado es informarse debidamente sobre las temperaturas para poder empacar el vestuario apropiado.

7. Mochila pequeña: más allá de llevar una mochila grande, es conveniente contar con una de menores dimensiones para los paseos que se vayan a desarrollar en donde se pueda llevar sin exceso de peso el material indispensable.

8. Móvil y cargador: es importante poder estar comunicado. Ante cualquier emergencia, lo primero que hay que hacer sin pérdida de tiempo es informar acerca de dónde se está y en qué condiciones.

9. Dinero en efectivo: en muchos sitios no se aceptan tarjetas de crédito. Para no asumir problemas innecesarios, lo más aconsejable es contar con algo de dinero.

10. Neceser: debe contener jabón, champú, cepillo de dientes, jabón para la ropa.

Mención aparte merece llevar aprendidos en el idioma del lugar que se visite las dos palabras que abren puertas: por favor y gracias.

Portando nada más que una hoja de parra, sandalias de gladiador y un particular bigote, Eugen Sandow representó lo que se creía era la perfección masculina. Los tiempos han cambiado y el prototipo de hombre apuesto ha cambiado, sin embargo este hombre enloqueció a señores y señoras de finales del siglo XIX.

En un artículo interesante, BBC Mundo nos da cuenta de que este fisicoculturista era un hombre muy moderno, avanzado en el tiempo. Más allá de obsesionarse con su cuerpo, Sandow supo vender su imagen, idealizando los abdominales marcados que se han convertido en el Santo Grial para los hombres conscientes de su apariencia.

Sandow alcanzó la fama tras ganar una competencia que buscaba al hombre más fuerte del mundo. Nació en Prusia en 1867. Durante su juventud viajó por Europa participando en competencias de lucha, en Londres demostró su fuerza doblando barras de hierro, rompiendo cadenas y cargando caballos y soldados en su espalda.

Las damas estaban dispuestas a pagar extra para poder tener sesiones exclusivas detrás del escenario, donde eran animadas a tocar los músculos. Pero no sólo eran mujeres y se cree que Sandow también era admirado por hombres. Incluso circularon rumores que fue un conquistador bisexual, pero por después de su muerte, su viuda y sus hijas quemaron todo lo relacionado con su vida personal.

Sandow tenía un sistema de entrenamiento bastante científico, que se basaba en unos 18 ó 19 ejercicios con pesas, además de jactarse de tener seguidores famosos como James Joyce, William Butler Yeats e incluso la familia real.

Se le consideraba tan perfecto que el Museo de Historia Natural tomó un molde de yeso de su cuerpo como una representación ideal de la virilidad caucásica.

Sus bíceps medían 49.5 centímetros y sus muslos eran del tamaño de los del ciclista británico Chris Hoy, quien es el deportista que más medallas olímpicas ha obtenido para el Reino Unido. Pero lo que quizás más llamaba la atención era sus abdominales con ocho cuadros y su pecho, que de 122 centímetros lo podía flexionar hasta 157.