CON PEÑA, LOS PRIÍSTAS POBLANOS COMO FANS; EL GOBERNADOR COMO ALIADO

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Siempre detrás de la cinta y los postes unifila -como los que usan en los bancos para controlar el acceso a los cajeros- que los apartan de la zona VIP, los diputados locales y de San Lázaro, delegados federales y funcionarios priístas poblanos, ven con ansiedad pasar al presidente de la República, a secretarios de Estado y dirigentes nacionales partidistas, en sus visitas a Puebla.

Piden, casi suplican una fotografía que puedan presumir en sus redes sociales, para que, junto con un relato poco creíble, se asuma que se tiene una relación cercana con ellos.

En el caso de Enrique Peña Nieto, cada vez son advertidos por los elementos del Estado Mayor Presidencial con un enérgico: “no lo toque“.

Sin embargo, hacen el esfuerzo por salir en las fotografías, muchas de las cuales toma el mismo el Ejecutivo federal como selfies colectivas con los teléfonos celulares de ellos y ellas.

Tienen más una actitud casi de groupies, de fans, con todos esos personajes, en especial con el primer mandatario.

Dejan en el guardarropa sus cotidianas actitudes de hombres y mujeres de poder, para convertirse en alegres espectadores.

Luego escriben en sus redes con la imagen: “con mi amigo” o “saludé a mi gran amigo, compañero y gran persona“.

Así son los priístas y uno que otro político de otros partidos.

Caen en el ridículo del fan grupero.

Esa conducta contrasta con el trato que mutuamente se han dado, por ejemplo,  el presidente y el gobernador poblano, en todas las visitas que en los últimos años ha realizado el mexiquense a Puebla.

Quien viera las escenas sin el contexto, en estos casos, concluiría que Rafael Moreno Valle es el socio y el aliado de Peña Nieto, en tanto que los priístas son sus fanáticos, sus seguidores, sus hinchas.

Y no se equivocaría.

MEXICO CUMBRE DE NEGOCIOS

Cada vez que Peña Nieto viene a Puebla, los lugares son peleados con uñas y dientes por los tricolores, sobre todo por quienes están en el olvido y sufren la amargura de vivir fuera del presupuesto.

El mediodía del pasado 15 de este mes, en el Centro Expositor, al finalizar la clausura de la 14ª Edición de México Cumbre de Negocios: “Adentrarse a la Nueva Era Tecnológica”, no fue la excepción e ilustra bien el tema.

Empujándose entre sillas y la barrera de la cinta y los postes unifila, priístas y personajes de otras filiaciones buscaron la selfie presidencial.

Luego, inundaron Twitter y Facebook con éstas y, en corto, aseguraron que le dijeron a Peña Nieto tal y cual cosa, que le plantearon esto y lo otro, como proyectos que “son necesarios para Puebla y el país“.

Como si los seis segundos que les concede el mandatario fueran suficientes para plantear soluciones a los problemas nacionales.

Esa es la actitud aldeana tan arraigada en los políticos poblanos, principalmente en los del PRI.

El premio mayor, faltaba más, lo obtiene quien además de tener la foto en su teléfono celular, luego también aparece en las imágenes que publica el sitio web de la Presidencia, en el apartado de “Mi foto con el Presidente“.

Para los priístas es la gloria política.

Ha ocurrido, más recientemente, en la inauguración del segundo piso de la México-Puebla, el pasado 18 de octubre, y en la visita de este martes al Centro Expositor.

En la primera ocasión, la delegada de la Secretaría de Gobernación, Ana Isabel Allende, destacó por su esmero en acercarse y fotografiarse con Peña Nieto.

Igual se comportó el delegado de Desarrollo Social, Juan Manuel Vega Rayet.

Uno que en cada ocasión deja todo por estar cerca del presidente y con imprudencia espera, no importa cuánto, para abrazarlo, es su “amigo”, el inefable diputado local priísta, José Chedraui Budib.

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La morralla hace lo propio.

El subdelegado de la Sagarpa, Miguel Ángel Alcántara; el gerente de Liconsa, Juan de Dios Bravo, mejor conocido como “La Memela”; el ex delegado de la Conafe, Cutberto Cantorán; el delegado de Bansefi, Lauro Sánchez, y un largo etcétera son los más ansiosos para buscar la selfie.

De lado de las diputadas priístas, las más activas en este terreno siempre son Xitlalic Ceja y Graciela Palomares.

A ellas se suma Vanessa Barahona de la Rosa, encargada de la Delegación del Trabajo.

Los objetos del deseo para las fotos son todos esos personajes, funcionarios, secretarios de Estado y dirigentes partidistas que salen en la tele nacional.

Es como una kermés para los priístas poblanos.

El trato que da Peña Nieto a sus correligionarios poblanos contrasta con el que prodiga a los
funcionarios morenovallistas y al gobernador.

Eso explica mucho el por qué están como están las cosas en Puebla para el PRI.

gar_pro@hotmail.com

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