¿QUIÉN ES QUIÉN?… RUMBO A LA GUBERNATURA DE PUEBLA EN 2018

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A casi tres meses del arranque del proceso electoral 2017-2018 en Puebla y a uno exactamente del federal, la claridad en las posibilidades de los aspirantes a la gubernatura ha superado ya la turbiedad de quienes solamente están en capacidad de hacer ruido. Tenemos ahora a la vista a quienes realmente pueden, por encima de aquellos que simplemente quieren. PAN, MORENA, PRI y alguna opción de independiente, en campo despejado, se miran ahora como una lista definitiva de suspirantes serios, con base en sus posibilidades, conocimiento, trabajo y relaciones nacionales y estatales, por mínimas que sean y por lejanas que, en este momento, se contemplen.

El Partido Revolucionario Institucional y el Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) son los que tienen una baraja más amplia: cuatro posibilidades el primero, cinco el segundo.

En el Partido Acción Nacional las cosas se mueven indudablemente en función del éxito o fracaso del proyecto presidencial del ex gobernador Rafael Moreno Valle, pero los aspirantes suman una mujer y (al menos) tres hombres.

La constante en todos los casos es la supeditación del nombramiento de un candidato en Puebla, con base en las decisiones nacionales, en especial el desenlace al interior de los partidos respecto a la otra guerra, la guerra por Los Pinos, la madre –y el padre- de todas las guerras.

PAN y PRI deberán esperar a la designación de un candidato a la Presidencia, mientras MORENA no se entiende sin el ánimo y los deseos de Andrés Manuel López Obrador, quien lo determina todo con su “dedito elector”.

Ellos son los gallos, hombres y una mujer, que podrían aparecer en la boleta de 2018.

MORENA

MIGUEL BARBOSA HUERTA

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Ex priísta y heredero de una casta de caciques revolucionarios. En sus comienzos fue regidor en Tehuacán. Cambió muy pronto al perredismo, en donde fue presidente estatal a finales de los 90 y desde aquella época ha impuesto a los dirigentes y manejado las prerrogativas a su antojo. Marcado por la traición y la deslealtad, ha sido diputado federal y senador plurinominales y jamás ha ganado un cargo en las urnas. Como consecuencia de su trabajo en la corriente mayoritaria Nueva Izquierda (NI), llegó al Senado en 2012 en donde fue el coordinador perredista y presidente de la Cámara Alta entre 2014 y 2015. Se peleó con NI y desde entonces construyó su salida hacia el partido de López Obrador, a quien criticó airadamente en el pasado. Carece de conocimiento completo de la política local, pero sus relaciones con alcaldes, incluso panistas y perredistas, a quienes gestionó recursos, y sus relaciones nacionales, le dan posibilidades para ser candidato a Casa Puebla. Tiene problemas físicos, especialmente de movilidad.

ALEJANDRO ARMENTA MIER

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Uno de los más insignes marinistas, renunció al PRI en mayo pasado luego de varios amagos para finalmente sumarse al lopezobradorismo. Muy joven fue presidente municipal de Acatzingo y luego encontró cobijo a la sombra de su “papá político”, Mario Marín, quien lo hizo director del DIF, secretario de Desarrollo Social y presidente estatal del PRI. Fue el último que, como dirigente, se llevó una elección de carro completo en las federales de 2009, pero también el primero que cargó con la derrota en la gubernatura en 2010. Llegó a la curul federal que hoy ocupa como priísta, pero por su carácter rijoso fue relegado de las posiciones de mando y presidencias de comisión, lo que puso como pretexto para su salida del PRI, partido en el que además se vio sin posibilidades reales de alcanzar la candidatura a Casa Puebla, a pesar de que pintaba tercero en las encuestas. Por su marinismo, protagonismo y oportunismo, es visto con recelo entre los fundadores de MORENA.

RODRIGO ABDALA DARTIGUES

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Es sobrino político del ex gobernador entonces priísta Manuel Bartlett Díaz y actualmente diputado federal por la vía plurinominal por MORENA. Esta es realmente su primera experiencia política directa, pues el abogado por la UDLAP de 31 años de edad antes solamente fue burócrata del Instituto Estatal Electoral y, recientemente, secretario particular de su tío en el Senado. Su vida partidista siempre la ha desarrollado en MORENA y sus logros profesionales son tan escasos, que en su currículum oficial presume varios cursos, asistencia a congresos y seminarios e incluso su cargo como “secretario de la mesa directiva de la carrera de derecho”, cuando era estudiante. En su afán de convertirse en abanderado a la gubernatura o a la alcaldía capitalina, promete candidaturas a los morenistas fundadores por todo el estado.

JOSÉ JUAN ESPINOSA TORRES

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Sin muchas posibilidades de alcanzar la candidatura tras la pérdida de impulso de su principal apoyo en MORENA, Ricardo Monreal, el alcalde que llegó con Movimiento Ciudadano (MC) a la alcaldía de San Pedro Cholula es un verdadero camaleón que se viste de la piel y el color que más convenga: ha ido de la ultraderecha a la izquierda recalcitrante, con tal de aparecer en la foto de los que cobran en el erario. Su elasticidad de ideario queda reflejada en su apoyo a Mario Marín, quien es su padrino de boda, a la gubernatura en 2004, para luego respaldar al panista Rafael Moreno Valle en 2010. Ha sido priísta, ha coqueteado con el PAN y fue presidente estatal del Partido Convergencia, hoy MC, en donde se ganó el mote de Niño Naranja, por los colores de los logos. A pesar de haber llegado por este partido y el apoyo del morenovallismo a la alcaldía, en septiembre de 2016 renunció y se convirtió al lópezobradorismo Su estilo rijoso, que le ganó pleitos con el gobierno del estado y con sus ex correligionarios, ya lo llevó al Consejo de MORENA, en donde ahora es enemigo público del dirigente estatal Gabriel Biestro. Espinosa es famoso porque no respeta acuerdos y apuñala por la espalda.

FERNANDO MANZANILLA PRIETO

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Aunque el cuñado incómodo del ex gobernador Rafael Moreno Valle es mencionado por algunos como aspirante a Casa Puebla, en corto él mismo se descarta y dice a sus cercanos que su verdadera carrera es por la senaduría. Siempre en apoyo y de la mano de su familiar político, el economista con estudios en Harvard se integró al gobierno estatal aún como priísta y luego acompañó a Moreno Valle en su salida, llegada al PAN y primeros años de administración. Fue coordinador de su campaña en 2010 y aún presume que lo hizo “ganar”, aunque ese es uno de los tantos mitos geniales que él ha construido a su alrededor. Actuó como un convencido y duro morenovallista, quien lo mismo aplastó a opositores, que dio consejos al primer gobernador de transición, al grado que se le consideraba “el poder detrás de la gubernatura”. Con diferencias personales irreconciliables, acuñadas con el tiempo, hoy Manzanilla es un rabioso detractor del aspirante presidencial. Aún no es militante de MORENA, pero ha aparecido públicamente aplaudiendo entusiasmado los discursos de López Obrador. Abandonó el barco morenovallista cuando enfureció porque le dieron a escoger entre ser cuñado o alcalde de Puebla, y él quiso las dos, y le dijeron que eso no se podía. Hasta que le convino fue un convencido miembro del régimen morenovallista; cuando no, se fue dando un portazo.

PARTIDO ACCIÓN NACIONAL (PAN)

MARTHA ÉRIKA ALONSO

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Es secretaria general del PAN estatal y fue presidenta del SEDIF durante la mayor parte del sexenio de su esposo Rafael Moreno Valle, de quien fue un apoyo fundamental en la campaña por la gubernatura en 2010. Debido a su trabajo político y social, es la mejor posicionada en las encuestas, tanto adentro como afuera del PAN. Su candidatura depende del futuro de su marido: si es candidato a la Presidencia, ella definitivamente no aparecerá en la boleta en 2018. No ha sido postulada a un cargo de elección popular y los enemigos del morenovallismo verán su candidatura como una “imposición” e incluso hablarán de una “reelección” durante la campaña. Asumirá los negativos del ex mandatario, pero al mismo tiempo sumará los positivos de su propio perfil y de quienes piensan que Moreno Valle hizo un buen gobierno y cambió Puebla. Es la única capaz de unir al panismo -salvo a la facción más dura de El Yunque- en torno a su figura. Además, tiene contacto directo con líderes políticos y sociales por todo el estado, lo que resulta un plus adicional en la posibilidad de que sea postulada. Es poseedora de quizá una de las estructuras electorales más fuertes del estado, construida a golpe de trabajo diario desde al menos 2010. Inteligente, sensible y con mano izquierda, definitivamente sería la rival a vencer.

LUIS BANCK SERRATO

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El alcalde de Puebla capital fue visto desde su llegada a Palacio Municipal en relevo de Tony Gali, como el Plan B del morenovallismo para las elecciones de 2018. Por su perfil, su particular estilo de entender el poder, su obsesión con el trabajo y con los resultados, y su juventud, es un “producto” muy vendible al electorado, aunque sus enemigos –tanto internos como externos- argumentan que no es oriundo de Puebla (aunque ha hecho mucho más que muchos poblanos de nacimiento) y que no se ha sometido a la prueba de las urnas. La época que le ha tocado vivir como presidente municipal ha estado marcada por el aumento en la inseguridad y la falta de presupuesto para frenarla. Ha sido boicoteado por integrantes del morenovallismo que aspiran a su actual cargo, pero sigue avanzando gracias a su habilidad para salir bien librado de las intrigas. El pasado viernes logró, contra viento y marea, que el Cabildo le aprobara un crédito de 300 mdp para un proyecto de seguridad y pavimentación que, de dar resultados, lo pondrá en los cuernos de la luna. Con gran trato humano, fue un eficiente colaborador del ex mandatario, desde la época en que Rafael Moreno Valle fue secretario de Finanzas y Desarrollo Social, en los primeros años del melquiadismo. El novel funcionario, con más experiencia técnica que política a ras de suelo, es egresado de las universidades Iberoamericana y Georgetown y cuenta con postgrados en Administración Pública, Políticas Públicas y Economía Internacional. La falta de conocimiento entre los ciudadanos con que llegó al cargo en febrero del año pasado, la ha ido superado ya con trabajo intenso y contacto diario.

EDUARDO RIVERA PÉREZ

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El ex alcalde de la capital, en su momento niño prodigio de la organización secreta de ultraderecha El Yunque, enfrenta procesos por cuentas pendientes que dejó por el manejo de recursos en su mandato, entre 2011 y 2014. Ha sido una vez diputado federal plurinominal y dirigente estatal del PAN. La ola de simpatía ciudadana a favor del morenovalismo en 2010 le permitió llegar al Ayuntamiento, en donde transitó 3 años sin mayores logros y siempre supeditado al trabajo del gobierno del estado. Fue el coordinador de campaña de la derrotada candidata al gobierno del Estado de México -de donde es oriundo-, Josefina Vázquez Mota, a quien tomó en segundo lugar de las preferencias y la sepultó hasta el cuarto. Actualmente es impulsor de la candidatura presidencial de Margarita Zavala, esposa del ex presidente Felipe Calderón, quien fue su jefe de bancada en la LVIII Legislatura de San Lázaro. Por litigios particulares y los procesos abiertos por el Congreso del estado en su contra, actualmente peligra su patrimonio personal. Se comenta que su verdadero objetivo es repetir como alcalde, por lo que busca una negociación con Moreno Valle, sin el cual es incapaz de ganar una elección. Es “Yunque de café” (sólo hace política de mesa, no de tierra ni de estrategia) y pagaría lo que fuera porque hubiera “gubernaturas plurinominales”.

JAVIER LOZANO ALARCÓN

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El senador con licencia, jefe de la Oficina del Gobernador y vocero de la administración de Tony Gali, tuvo sus orígenes políticos en el PRI. Trabajó en la administración de Melquiades Morales, época en la que también fue candidato a diputado federal, pero perdió, y también en los últimos meses del gobierno de Mario Marín como Representante de Puebla en el entonces DF. Desde antes de la campaña presidencial de 2006, se unió al PAN y, particularmente, al equipo de su ex compañero de la Escuela Libre de Derecho, Felipe Calderón, quien al llegar a Los Pinos lo nombró secretario del Trabajo, desde donde fue operó la extinción de la Compañía de Luz y Fuerza. Sin ser un morenovallista puro, con el ex gobernador tuvo muy buena relación y participó directamente en su proyecto, aunque a su salida de Casa Puebla, prefirió trabajar con la actual administración. Su estilo frontal y hasta rijoso de debate y trato político, muy distinto al que muestra en lo personal, le ha ganado muchas enemistades, dentro y fuera del PAN, y el calificativo de “déspota, antipático y soberbio”, la peor carta de presentación para un político. Actúa más con el hígado que con el cerebro, y eso empieza a alejarlo notablemente tanto de Moreno Valle como de Tony Gali. Desde hace varios meses ha manifestado abiertamente su intención de postularse por el PAN a la gubernatura en 2018, pero no es popular y difícilmente ganaría una elección como la que se avecina a nivel estatal. En redes sociales se mueve como pez en el agua, pero a eso se limita su “trabajo político” en el estado de Puebla. Medio gabinete opina que causa más problemas de los que supuestamente resuelve.

PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL (PRI)

ENRIQUE DOGER GUERRERO

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El delegado del IMSS tiene los números más contundentes en conocimiento en el PRI, pero también los más altos en negativos, aunque estos los ha ido disminuyendo paulatinamente al alejarse de pleitos y reyertas públicas con sus compañeros de partido. Desde 2010, se ha mantenido como aspirante a la gubernatura, luego de una carrera en la academia que coronó con la rectoría de la BUAP, de donde, con la fuerza que le dio el conocimiento entre los ciudadanos, llegó a presidente de Puebla capital entre 2005 y 2008, rescatando esa posición para el priísmo, pues estaba con el PAN. El médico cirujano de profesión fue alcalde en la primera mitad del sexenio de Mario Marín, con quien mantuvo desacuerdos. Tras su intento fallido a la gubernatura en 2010, fue brevemente diputado local y luego saltó a una curul federal, en donde acuñó una amistad con el coordinador del PRI en la LXII Legislatura, Manlio Fabio Beltrones. El PRI no ha querido hacerlo candidato a Casa Puebla; antes prefirió a Javier López Zavala (2010) y a Blanca Alcalá (2016), por lo que sus operadores afirman que “ya le toca”. Se ha comentado que podría ir a MORENA, pero desde allá lo descartan. No obstante, es muy probable que si el PRI se la volviera a hacer, aparezca como candidato a la alcaldía pero del lopezobradorismo, un escenario que se maneja con fuerza desde la Delegación del IMSS. Su mayor defecto, consideran sus detractores, es que “traiciona” y su mayor riesgo, los cabos sueltos de su vida personal, que es muy suya pero permanente fuente de rumores entre la clase política.

JUAN CARLOS LASTIRI QUIRÓS

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El zacatleco ha ocupado casi todos los cargos partidistas y de representación, desde delegado regional hasta presidente de su partido, desde alcalde de Zacatlán hasta diputado federal. Es un priísta hecho al viejo cuño. Actualmente se desempeña como subsecretario de la SEDATU, luego de que, también al lado de la titular, Rosario Robles, lo fue en la Sedesol. No tiene los mejores números en las encuestas, pero es quien más empuja su postulación con actos proselitistas cada semana. Ninguna autoridad partidaria ha podido llamarlo al orden y ha generado división interna. Se ha rebelado con éxito y el aparente apoyo del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y la propia Robles. Fue un beneficiario del marinismo, pero ahora ha tomado aparentemente distancia. Impulsa la consulta a la base como método de selección del candidato priísta, para lo que utiliza -acusan- los padrones de beneficiarios a los que tuvo acceso en su paso por la Sedesol. Aunque busca ser gobernador, nada raro sería que su verdadero interés sea llegar a la senaduría que se le negó, por género, en 2012. Es el aspirante con las peores alianzas políticas, sociales y mediáticas, aunque lo que le sobra es dinero, y dinero no siempre bien habido como dan cuenta los voluminosos expedientes que de él tiene el morenovallismo, tanto que sería el candidato ideal para este grupo tratándose, en los hechos, del “rival más débil”, una especie de Enrique Agüera y Blanca Alcalá dada la larga “cola” que los siguen.

JORGE ESTEFAN CHIDIAC

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En el pasado hijo político de Manuel Bartlett, el ahora presidente estatal del PRI y diputado federal ha surcado buena parte de su carrera en las áreas económica-técnica y en círculos nacionales de partido y gobierno. Presume, muy a su estilo estridente, una fuerte amistad con los titulares de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, y de Hacienda, José Antonio Meade. Ha ocupado cargos a nivel federal y estatal, aunque sus mayores logros se encuentran en las bancadas del PRI de tres distintas legislaturas en las que ha ocupado una curul en San Lázaro. Sin proponérselo y como aliado de la ex candidata perdedora, Blanca Alcalá, llegó al Comité Directivo Estatal, desde donde ha impulsado solamente a su grupo y se ha enfrentado principalmente al lastirista. Aunque niega que pueda ser “juez y parte” y aspirar a la gubernatura, sabe que su futuro en ese escalón dependerá de quién es el candidato presidencial, y si ese es Meade, entonces sus posibilidades crecerán como la espuma. Hace unos días abogó en las previas de la Asamblea del PRI por el retiro de los “candados” que ciertamente fueron eliminados y ahora cualquier simpatizante podrá ser candidato del PRI a Los Pinos. Desde ahí, la residencia de Peña Nieto, hubo toda una operación política para ello, evidentemente en beneficio de Meade pero también del titular de la SEP, Aurelio Nuño. El futuro del millonario Estefan depende del futuro de la dupla Videgaray-Meade. Y ahora más que nunca en su horizonte, como posibilidades, están Casa Puebla o la sede de la Cámara alta. En el peor de los casos, la coordinación del PRI en el Congreso del estado. Pero de que estará en la boleta de 2018, estará. De eso no hay una sola duda.

VÍCTOR GIORGANA JIMÉNEZ

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El diputado federal, coordinador de los poblanos del PRI y presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores busca con recorridos por todo el estado la candidatura a la gubernatura, aunque reconoce públicamente también su interés en las postulaciones a la alcaldía de la capital y al Senado. Es sobrino del ex gobernador Guillermo Jiménez Morales y políticamente nació de la mano del ex mandatario Melquiades Morales, de quien fue (un poderoso) secretario particular. Ha sido dos veces presidente del Congreso local y presume que es el único priísta que “ganó ya en dos ocasiones” en las urnas al morenovallismo: la diputación local en 2013 y la federal en 2015. Es cercano a la ex candidata Blanca Alcalá, de cuyo mandato en la Presidencia Municipal de Puebla fue titular de Desarrollo Social. Su sitio de privilegio en la actual legislatura lo obtuvo por su amistad de años atrás con el coordinador del PRI y ex gobernador mexiquense, César Camacho, cuando fue delegado de la Reforma Agraria en el Estado de México. Aunque las encuestas no le dan el mejor lugar, es intensa su labor por toda la entidad.

((Aunque se han apuntado a esta lista otros priístas, la realidad es que las posibilidades de Javier López Zavala, candidato perdedor en 2010, o de Alberto Jiménez Merino, director de la Conagua, son nulas.

((En la lista de los descartes, hay que considerar a la ex candidata Blanca Alcalá Ruiz, senadora con licencia y hoy embajadora de México en Colombia, a donde llegará en breve con una maleta llena de rencores y resentimientos con la clase política en general, y también con la nostalgia de lo que pudo ser y no fue. La lectura es que al aceptar la Embajada en Colombia, que negoció como “seguro” o “cláusula de protección” ante su muy previsible derrota en 2016, queda fuera del 2018. ¿O cómo se recorre la Mixteca y se gana adeptos en la Sierra Norte y se arman estructuras electorales en el Valle de Puebla, desde Bogotá?))).

INDEPENDIENTES

ANA TERESA ARANDA OROZCO

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La ex panista, quien fue candidata del PAN a la gubernatura en 1998 y abanderada “independiente” en 2016, ha encontrado en la política sin partido, apoyada en el género, una veta de lucimiento personal y beneficio económico. A pesar de que fue un ícono del panismo, la oriunda de Guanajuato y avecindada en Puebla renunció acusando exclusión y culpando de todos sus males al ex gobernador poblano Moreno Valle, con quien perdió en el proceso interno de 2010. Con dificultades consiguió los requisitos que le permitieron contender en la boleta del año pasado, pero siempre dejó sospechas, por su comportamiento, que hacía comparsa a la candidata priísta. Fue apoyada, subrepticiamente, por Eduardo Rivera y la facción más torpe de El Yunque, pero no le alcanzó. En sus mejores épocas fue directora del DIF nacional, en el sexenio de Vicente Fox, era en la que también fue nombrada secretaria de Desarrollo Social, a pesar de su escasa preparación académica. Con Felipe Calderón fue subsecretaria de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación. Con la bandera feminista y democrática, critica y combate todo lo que huela a Moreno Valle, su odio, su ira, su obsesión, su única razón de ser y estar en la política, tanto que ello le impide diseñar una verdadera estrategia de poder o un movimiento social porque todo lo construye a partir de las emociones y las sensaciones, no del raciocinio. Mujer de ocurrencias, más que de ideas, sobre 2018 ha pedido que “ni me borren ni me apunten”, pero se dice, entre la broma y la seriedad, que ni sus nietos votarían por ella.

(((En esta posibilidad de candidaturas independientes, podría aparecer cualquier otro personaje que logre reunir los complicados requisitos legales, que de entrada exigen 3 por ciento de las firmas comprobables del electorado. Nunca falta un loco suelto ni un roto para un descocido, sobre todo si éste, el loco, está dispuesto a servir de “patiño” o “esquirol” de alguno de los candidatos más fuertes))).

PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN DEMOCRATICA (PRD)

Mención aparte debe darse al PRD –o a lo que queda del PRD-, el que, por su división interna y falta de cuadros competitivos, no muestra a la fecha a ningún aspirante serio.

En la facción perredista afín al morenovallismo nadie ha levantado la mano, pues todos están a favor de la alianza con el PAN, a lo que supeditan sus decisiones para repetir los exitosos modelos de 2010, 2013 y 2016.

En un desplante infructuoso, la ex diputada federal Roxana Luna podría volver a intentarlo, pero es previsible que reedite el ridículo de 2016, cuando apenas consiguió 3.8 por ciento de la votación.

gar_pro@hotmail.com

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