Esta es la nueva camada de leones de Africam Safari, el zoológico que este lunes cumplió sus primeros 40 años de vida. Sin duda, se trata del parque recreativo que forma parte del catalogo turístico de Puebla, aunque suene a comercial, la verdad es que siempre que tenemos visitas de otros puntos de la República Mexicana, terminamos llevándolos a pasear a este sitio.

Aunque hoy Amy Camacho y su parentela se han hecho cargo del legado que dejo el Capitán Carlos Camacho Espíritu, siempre es bueno, recordar a este hombre aventurero que murió víctima de “Sultán”, su predilecto tigre de Bengala.

Por la historia que el propio sitio de Africam Safari nos comparte, recordamos que el empresario, locutor de radio, productor de cine y hasta piloto aviador, nació en Acatzingo, Puebla. Además de ser un visionario de los negocios, centró su vida en las aventuras ya que alcanzó el récord Guiness de vuelo aerostático, fue piloto de lanchas de carreras y hasta corresponsal de guerra.

Sus viajes alrededor de todo el mundo le sembraron la admiración y amor por todo tipo de flora y fauna, así como el compromiso con la naturaleza, al grado tal de crear un santuario para los animales en un espacio abierto, libre de rejas, jaulas o cristales que les privaran de su libertad. Así, lo que empezó como una colección privada terminó convirtiéndose en un zoológico singular.

El 2 de abril de 1972, el sitio abrió sus puertas al público con el nombre de AFRICAM Safari, el significado tiene que ver con el continente africano y el apellido Camacho. Fue el 28 de octubre de 1976 cuando el capitán murió y su esposa, Louise Wardle asume las riendas del negocio, seguida de su primogénita Amy y sus otros seis hijos.

“No necesitas tener grandes habilidades, lo que necesitas tener es una gran pasión”, estas fueron las palabras que formaron parte del discurso que Amy Camacho ofreció a jóvenes universitarios en noviembre pasado cuando participó en el foro “Pilas 2009”.

Tal vez en ese entonces sospechaba que medio año después, tendría que aplicar esa máxima a su proyecto de vida personal toda vez que la dueña de Africam Safari es todo, menos una habilidosa de la política y sus enjuagues.

Cuando a principios de año mi tío José que está muy inmiscuido en el círculo ambiental de Puebla me dijo: “Vamos con Amy”, me causó extrañeza la seguridad con la que repetía que la empresaria iría como candidata ciudadana de una alianza.

“La pasión hace posible lo imposible”, dijo en su conferencia esta mujer que se ha convertido en el as bajo la carta que el Frente Amplio Antimarinista evalúa para llevar como candidata a la presidencia municipal de Puebla. Es entonces cuando me recuerda a alguien que también tenía rostro simpático, bonita voz y un discurso optimista: Blanca Alcalá Ruiz.

Para corroborarlo dale Play al video de la charla ofrecida, en el que incluso confiesa que era pésima en matemáticas durante sus días en el Colegio Humboldt.

El talento que si reconoce Amy Camacho es ser “buenisísima para rodearse de personas más inteligentes”… menos mal, así cuando menos (en el peor de los casos) podremos darle el voto de confianza para que nos vaya mejor que con Blanca Alcalá.

Mientras son peras o manzanas y las cúpulas de los partidos deshojan la margarita lo que deberían empezar a apresurar es el proceso para que el Congreso Local conceda la ciudadanía poblana a la hija del Capitán Carlos Camacho Espíritu nacida en Los Ángeles, California. Y es que de no tener ese documento antes de que concluya el primer periodo de sesiones, el 15 de marzo; PAN, PRD, Convergencia y Nueva Alianza no podrán utilizar la pulcra imagen de Amy Camacho como gancho, ni para alcaldesa, regidora o suplente de lo que sea.