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Un caso para el Chapulín Colorado

Lunes, Octubre 22nd, 2012

Me queda claro que Puebla es ya la ciudad que no queremos. Todos los días amanecemos con la noticia de que algún gandalla robó aquí o allá y el caso quedo impune. Este sábado le tocó a otro amigo, Gerardo Rojas, quien iba acompañado de otro reportero, Jesse Brena. No imagino el trauma de ser abordados por unos supuestos policías estatales y enfrentar el atropello de ser levantados, humillados, golpeados, amenazados, despojados de sus pertenencias y aventados en medio de la nada en plena madrugada.

Este domingo en medio del escándalo, un tipo con dos dedos de cerebro escribió lo siguiente como comentario de la nota sobre el hecho: “La verdad los reporteros también no son una perita en dulce…se sienten intocables por traer un micrófono o una camarita”. Creo que más allá de la profesión se trata de la gravedad de ser víctima de a quienes – se supone- se les paga de nuestros impuestos por salvaguardar a la ciudadanía, trátese de quien se trate.

Gerardo es de los reporteros que ha crecido profesionalmente por su trabajo y dedicación, que no suele andar “charoleando” y mucho menos fanfarroneando con una credencial de tal o cual medio. Da coraje que sujetos sin escrúpulos abusen de hombres como él que se distinguen por su buena educación, por ser siempre amable y ser cero gandalla.

Tan no se trata de un caso aislado que los casos en los que los cuerpos policiacos (de todas las corporaciones) están coludidos con los rateros saltan a la vista. Apenas el fin de semana pasado, a una amiga vecina también le vaciaron su habitación en la que tenía todo lo que podría haber acumulado en los últimos años de trabajo. Mención aparte merece otra amiga a cuyo esposo asaltaron hace un par de meses afuera de su casa unos agentes que iban a bordo de una patrulla del municipio de Puebla.

En menos de tres meses, en dos ocasiones los amantes de lo ajeno trasgredieron la puerta del hogar de mis padres, aunque por fortuna la segunda ocasión ya no tuvieron éxito en su operación, nadie nos quita de la cabeza que los “vigilantes” que pasan dos veces por semana por sus 15 pesitos tuvieron que ver con ese atraco. Uno hace los rondines bajo la licencia de la Policía Auxiliar de San Baltasar Campeche, mientras que otro se presentó con un oficio de la Policía Auxiliar de San Francisco Totimehuacan. Para el caso es lo mismo porque además del robo a casa habitación que se ha disparado en la zona, tampoco casualmente ninguno de los dos estuvo cuando a mi auto lo dejaron sin espejos, después sin medallones en los rines, luego sin placa y ya la última ocasión sin las cuatro llantas.

Podría seguir con una inmensa lista de casos a gente común, corriente y cercana que le han abierto el negocio, atracado el hogar, ultrajado el auto o sobornado policías y agentes de tránsito… esta es la realidad que vivimos los ciudadanos por cortesía del gobierno municipal de Eduardo Rivera Pérez, a quien el tema de la inseguridad pública lo ha rebasado por completo, bien podría pedir ayuda al Chapulín Colorado.

Periodistas con pies en la Tierra

Miércoles, Mayo 2nd, 2012

Desde 1994, por cortesía de la ONU, el 3 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Es común que hoy todos los reporteros y obreros de la información solemos recriminar al sistema, al gobierno, a Dios y a los horóscopos por la censura que existe desde que existe el poder, osea siempre.

Más allá de evadir nuestra culpa por la autocensura que ejercemos en el día a día o recordar la triste realidad de la mayoría de los medios de comunicación de México y el mundo, vale la pena hacer un ejercicio de reflexión y preguntarnos si realmente estamos haciendo bien la parte que nos toca en el proceso de informar y comunicar.

El periodista Darío Dávila compartió a través de su blog Periodismo Indeleble 18 puntos para recordar cómo tener los pies en la tierra, dirigido a los periodistas. Aquí van:

1.Aunque tú estés obligado a escribir o a entregar cinco notas diarias, nadie está obligado a leerte.

2. Por favor no escribas para lucir tu prosa, para tu jefe, compañeros de redacción o para ese político al que quieres caerle bien.

3. Escribe para aquel que gastará unas monedas y tal vez no conozcas. A ese lector, entrégale pasión, buena estructura y ortografía.

4. Olvídate de una vez por todas de contar esa historia como cada año lo haces. Reconoce que a veces tus historias aburren no porque sean malas sino porque las narraste igual durante los últimos cinco años.

5. Ya sabemos que eres el más experimentado de la fuente. Pero eso no te hace mejor que los demás si no te actualizas y compartes ese conocimiento con los que vienen detrás.

6. No supongas, ni confabules. Confirma, precisa, aclara, corrige si es necesario.

7. Si piensas que puedes ser editor solo porque redactas bien, tal vez estás equivocado. Un buen editor nunca abandona la calle ni física ni virtual (redes). Tiene capacidad de memoria histórica para hacer navegar hasta buen puerto las historias de reporteros jóvenes y no tan jóvenes.

8. Procura que tus historias no aburran. Tú bien sabes que ya tienes muy ensayadas las estructuras de tus notas. Sabes cómo colocar un enorme párrafo de contexto para llenar. O dónde ubicar citas del personaje con largas comillas. Evítalo de una vez por todas. Esa fórmula ya no funciona. Por eso tus historias no impactan.

9. Jamás te sientes a escribir cuando no tienes claro por qué vas a contar esa historia.

10. Ya deja de personalizar las críticas que los editores o colegas hacen de tu trabajo. Mejor realiza una autopsia de qué está fallando. Concéntrate en mejorarlo gradualmente.

11. Nunca dejes de estar en tu redacción y conectarte con tus compañeros. Siempre es bueno ver a los ojos a las personas con las que damos forma a nuestras historias. Si tu fuente está muy lejos de tu redacción, organízate para invitar a comer a tus editores y hablar de tu trabajo o de la vida.

12. Si te sientes secuestrado en tu redacción como muchos periodistas que están haciendo cosas que no les gusta hacer, replantea tu ruta de vida profesional. Los pájaros no cantan por obligación. A veces la infelicidad se nota en historias o en reporteros que solo cumplen para ganar un salario solamente.

13. Tal vez no llegues a final de la quincena con el salario que ganas. Sobre este punto, valdría la pena que te preguntaras: ¿Mi salario lo gané o lo diseñé? Si lo ganas es probable que estés muy inconforme . Si lo diseñaste tal vez fue porque te seguiste actualizando, esforzándote por hacer las cosas de manera diferente, conectándote con periodistas para hacer alianzas o aprender de ellos y te desprendiste de la arrogancia y el ego que te hacía pensar que eras mejor que los demás.

14. Pregúntate si eres el empleado perfecto o el periodista inquieto. El empleado perfecto, obedece religiosamente. Si le piden que “haga más grande una nota”, la hace. Entrega cinco notas diarias. No cuestiona las decisiones de su jefe por más obvias o simples que estas sean. Entra a las 9 y se va a las 6 de la tarde. El periodista inquieto aprende que este trabajo es un traje que no se puede quitar a la hora de dormir.

15. Evita alardear que eres amigo de poderosos. Mejor presume de esa historia que reporteaste y que convocó a un barrio a cambiar su realidad.

16. Desprográmate de lo programado. Huye de las conferencias de prensa donde todos estarán, la fuente que todos consultarán y la boca del poderoso donde todos pondrán la misma grabadora.

17. Si eres de los jefes que quiere medir la gestión del desempeño de tu redacción por el número de notas publicadas, tal vez sea mejor que pidas trabajo en una fábrica donde se producen galletas. Las redacciones no son fábricas de párrafos, sino refinerías donde los ingenieros (editores) seleccionan el mejor combustible para volverlas historias que hagan pensar.

18. Lee mucho y a diferentes autores. Examina cómo resolvieron sus textos, de qué manera reportearon, cuánto tiempo les tomó editar esa pieza.

El dipuhooligan

Viernes, Diciembre 16th, 2011

Ups! ¡Y lo hizo de nuevo!. El diputado hooligan Héctor Alonso Granados, de nueva cuenta demostró que “se prende” a la menor provocación. El capítulo que ahora protagonizó al término de la sesión del Congreso Local de este jueves con los reporteros de la fuente política Agustín Hernández Parra y Paulo Yolatl Rivas, traspasa la pena ajena e irrita a todo el gremio que labora en los medios de comunicación e incluso a la sociedad civil comprometida con la libertad de expresión.

“Muertos de hambre”, “eres otro de los que le hierve el hocico diciendo cosas de uno”, “mediocre”, “pobre diablo que se desquita escribiendo en lo oscurito”, “no has hecho nada por Puebla más que “esto dura tres años y se va acabar pero te he de encontrar en la calle”, “no te voy a dar un quinto”, entre otras linduras salieron de la “boquita” de este tipo que, cual político chapulín, se le ha pasando brincando del PRI al Partido Nueva Alianza y de diputación en diputación en aras de no dejar de vivir del presupuesto.

Para escuchar las linduras dale play al siguiente video cuyas imágenes corresponden a otro episodio de sus altanerías:

Como muestra de la bipolaridad de este sujeto, en la madrugada del viernes, escribió en su muro en Facebook: “ Dos pseudo periodistas hablan mal de mi , quieren dinero no se los daré. Prefiero ayudar en el distrito 4 . Y no mantener parásitos calumniadores.” (sic). Así el nivel del representante legislativo del Distrito 4. Ni una hora había transcurrido cuando momentos después en su cuenta en Twitter apareció el post: “Ofrezco disculpas a mis amigos de la prensa por caer en provocaciones y reitero mi compromiso con la libertad de expresión”.

A principios de año, el 20 de enero, el ex priísta agredió al fotógrafo Luis Hernández en la primera sesión del Congreso del Estado cuando el entonces trabajador de Milenio Puebla contestó una llamada de su teléfono celular, situación que irritó al diputado de piel delgada. Después, el 2 de junio se “hizo de palabras” vía Twitter con la periodista Patricia Estrada de USN Noticias, a quien tachó de prepotente y vendida nada más porque no congenió con su forma de legislar.