¿Y para las diputaciones, apá?

Arturo Luna Silva

Un proceso que sin duda corre paralelo a la designación de los candidatos a la gubernatura y a la presidencia municipal de Puebla, pero del que poco o nada se ha hablado a pesar de su importancia, es el de la elección de los futuros integrantes del Congreso del estado, que también se renueva totalmente en julio de 2010.

Para nadie es un secreto que de la gobernabilidad de la Cámara depende la estabilidad y salud del gobierno estatal en turno; el partido que gane Casa Puebla querrá indudablemente tener también el control mayoritario del poder Legislativo, no sólo para sacar adelante sus iniciativas y manejar a su antojo la fiscalización de las entidades públicas, sino para garantizar en los hechos la puesta en marcha de todo, todo su proyecto de Estado.

De ahí que si los partidos no deben equivocarse en quiénes serán sus candidatos al gobierno estatal y a la alcaldía de Puebla, tampoco pueden cometer errores a la hora de elegir a sus abanderados a diputados locales. Deben pensar en perfiles ganadores y jóvenes, así como en liderazgos fuertes. Es un asunto de sobrevivencia.

Y es que para un partido ganar el Ejecutivo pero perder el Congreso puede representar un infierno político; en sentido inverso, mantener bajo control ambos poderes, tal y como hoy sucede con el PRI, es el cielo.

Está claro: así como ya inició la feria de los destapes para la gubernatura y para el ayuntamiento capitalino (ya nada más falta que mi vecino, el borrachito de enfrente, diga que también quiere ser candidato), no tardará en iniciar un fenómeno similar en cuanto a las 26 curules de mayoría -y las benditas plurinominales- que estarán en juego el primer domingo de julio del año próximo.

Por el PAN está verdaderamente confuso. Aún no acaban de saber por qué perdieron en 2007. Ya tienen encima el análisis de la derrota de 2009. Y hoy nadie parece tener cabeza para meterse a resolver ese tipo de “enigmas”. Lo empezarán a hacer cuando salgan -si salen- del shock causado por el “carro completo” priísta del pasado 5 de julio (ahí nos avisan, por fa).

En contraste, en el PRI sus dirigentes reales y formales ya empezaron el conocido -y muy heterodoxo- proceso de encarte y descarte de una lista verdaderamente interminable de suspirantes. Y es que todo mundo le tira a por lo menos ganarse una beca legislativa, así sea de chiripa.

En ese contexto, aunque por otra parte, ¿cuántos de los perdedores de las carreras al gobierno del estado y a la alcaldía de Puebla van a pedir, y aceptar, su premio de consolación por la vía del Congreso?

De entrada parecería que ellos llevarán “mano”.

No veo sinceramente a Javier López Zavala bajándose del caballo a mitad del río o a Blanca Alcalá dejando el ayuntamiento de Puebla o a Jorge Estefan abandonando su proyecto nacional para ser diputados estatales, pero sí a Jesús Morales Flores, Víctor Hugo Islas, Alberto Amador Leal y tal vez, tal vez a Enrique Doger y Alejandro Armenta, estos dos al frente de la Cámara y todos como parte de su cuota de poder (o rebanada de pastel).

A la enormeee lista habría que sumar a varios de los que en su momento hayan quedado en el camino en la puja por suceder a la propia Alcalá.

¿Qué opina de Valentín Meneses, Mario Montero, Javier García Ramírez, José Antonio López Malo, Gerardo Pérez Salazar o Carlos Meza Viveros enfundados en su traje de diputados -descartamos a Pablo Fernández del Campo y Luis Alberto Arriaga porque ya lo son y para su desgracia aún no existe la reelección-?

Del gabinete de Mario Marín -cuyo primer piso deberá sin duda rehacerse casi por completo en diciembre próximo, pero ese es otro tema- también habría que anotar quizá a Arturo Hernández Davy, Guillermo Deloya Cobián, Pericles Olivares Flores, Darío Carmona…y un largo etcétera.

Al listado quizá igual haya que incorporar a quienes aspiraron a una diputación federal en 2009 y por diversas razones no la consiguieron:

Entre otros, Enoé González, René Lechuga, Carlos Peredo, Juan Antonio Martínez, Luis Manuel González, Édgar Salomón Escorza, Sandra Montalvo, María Luisa Conde, Norma Sánchez Valencia, Gonzalo Amador Juárez Uribe, Efraín García Bello, Isabel Allende, Julián Haddad, Víctor Manuel Carreto Jr., Sara María Chilaca, Fernando Ariza, Marcela Jiménez Avendaño, Lázaro Jiménez Aquino, América Soto, Reyes Hernández Rosas, Cutberto Cantorán, Filiberto Guevara, Alfredo Arango y Rosalío Zanatta

Más los que se acumulen semana a semana, de aquí a la hora de las definiciones.

Si hubo un tema que el gobernador Mario Marín omitió en su famoso desayuno con columnistas de la semana pasada, fue precisamente éste: el de los aspirantes al Congreso, a pesar de su importancia.

Y es que nadie, nadie le preguntó:

¿Y para las diputaciones, apá?

gar_pro@hotmail.com

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