LA MADRE DE TODAS LAS ELECCIONES EN TIEMPOS DE COVID

ELECCIONES . JUNTAS AUXILIARES . SAN APARICIO

Nunca un lugar común ha resultado tan preciso, como para los procesos electorales, local y federal, que tendrán su jornada en las urnas el próximo 6 de junio de 2021: se trata, efectivamente, de la elección -así en su conjunto- más grande de la historia de México, la Madre de Todas las Elecciones.

Por todo el país estarán en juego 3 mil 528 cargos de elección popular directa.

En Puebla, en lo que respecta al proceso intermedio estatal, cuyo arranque formal será este 3 de noviembre, cuando así lo declare el Consejo General del Instituto Electoral del Estado (IEE) -aunque también podría ser un par de días después de esta fecha-, de manera inédita 13 institutos políticos estarán en la contienda.

En juego hay 26 diputaciones de mayoría relativa, en igual número de distritos locales.

Quince posiciones de representación proporcional o plurinominales al Congreso, que se distribuirán con base en una fórmula que pondera el porcentaje de votos que obtenga cada partido.

217 presidencial municipales y con ellas mil 810 regidurías.

En paralelo, se desarrollará el proceso federal, que en nuestra entidad pone en disputa 15 demarcaciones electorales de mayoría relativa.

Debutan en estos procesos el partido Redes Sociales Progresistas (RSP), de la ex dirigente magisterial Elba Esther Gordillo Morales, que preside en Puebla Ramón Fernández Solana.

Él tiene el reto de conservar el registro y ganarse el deslinde definitivo de haber sido “el secretario particular” del ex gobernador Mario Marín, el hoy prófugo góber precioso.

Fuerza Social por México (FSM), que tiene como líder nacional al poblano Gerardo Islas Maldonado, quien dio el salto del morenovallismo al corporativismo alternativo a la tradicional y priísta Confederación de Trabajadores de México (CTM), que encabeza el senador suplente Pedro Haces Barba.

Este partido busca robar votos a los cetemistas, para arrimárselos al lopezobradorismo.

Y artificialmente reconstruido de sus cenizas, el Partido Encuentro Social (PES) se recicla hoy en Encuentro Solidario (PES), que en el estado tiene como presidente a Francisco Ramos Montaño, otro ex marinista y alfil del ex secretario de Gobernación estatal, Fernando Manzanilla.

El PES, con más raíces evangelistas y confesionales que antes, se ha declarado tan solo con ese nombramiento, como enemigo de Casa Aguayo.

En cambio, los otros dos han ido ya a presentar sus respetos al gobernador Miguel Barbosa.

Estos tres institutos nacen como satélites del lopezobradorismo, aunque en esta su primera elección la ley les impide hacer alianzas.

Si sobreviven la aduana electoral de este 2021, seguramente fusionarán sus escudos con el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en 2024.

Esos tres, se suman a los 10 que ya tenían registro en Puebla.

Morena, PAN, PRI, PRD, PT, Movimiento Ciudadano, PVEM, Nueva Alianza, PSI y Compromiso por Puebla.

El PAN vive enredado en sus propios laberintos, secuestrado también por Fernando Manzanilla, a través de la insustancial Genoveva Huerta.

Aunque Acción Nacional tiene un buen potencial de voto, podría echarlo todo por la borda, si toma malas decisiones.

Por ejemplo, en la capital, todas las mediciones dan como líder al panismo, y por mucho, pero su mayor garantía de éxito la tiene con Eduardo Rivera Pérez, quien no está en el ánimo del grupo que controla la marca.

El PRI, que estaba muy alicaído en Puebla, recibió un golpe de adrenalina pura con los triunfos de Coahuila e Hidalgo.

Sin embargo, puede ser solamente un efecto anímico el que tengan los poblanos del tricolor, pues se trata de elecciones y entidades con condiciones muy distintas a las de casa.

Sin embargo, hasta hoy, es el único instituto que tiene estructura.

Hasta el viernes pasado, el presidente estatal Néstor Camarillo había ya tomado protesta a alrededor de 120 comités municipales.

Asegura que llegará a los 217.

La estructura partidista y la capacidad de movilización en ésta, la Madre de Todas las Elecciones, será por lógica elemental la que defina los resultados.

Se trata de procesos intermedios.

En éstos el abstencionismo siempre es altísimo.

La referencia numérica inmediata en Puebla es la elección extraordinaria de 2019, cuando apenas sufragó 33.41 por ciento de los ciudadanos inscritos en la Lista Nominal.

Encima, será un encuentro con las urnas en tiempos de COVID-19.

Si tomamos como laboratorio lo que ocurrió en Hidalgo y Coahuila, tampoco los pronósticos son muy halagüeños.

En el primer caso, la participación fue de 48.96 por ciento.

En el segundo, apenas de 39.38 por ciento.

Y de ahí, entonces, la reflexión debería venir principalmente para Morena en los ámbitos nacional y estatal.

El partido del presidente Andrés Manuel López Obrador (bueno, uno de los cinco que tiene) no posee capacidad organizativa.

No tiene sus Comités Estatales formalmente conformados.

En todos hay disputas.

En Puebla, encima, no hay Comités Municipales.

Si el lopezobradorismo, se supone, tiene una amplia cartera de clientela electoral, por los programas de entrega de apoyos directos y en efectivo, de nada le va a servir si no es capaz de llevarla a las urnas.

Son más de 15 millones de potenciales votantes en todo el país, pero las elecciones se ganan con votos, no con clubes de fans.

Tampoco servirá de mucho la posibilidad que tiene López Obrador de difuminar su voto opositor, a través de sus “partidos outsourcing”, como RSP, FSM y PES.

Estructura, capacidad de movilización y COVID-19 son los elementos la ecuación de 2021.

En el país.

Pero especialmente en Puebla.

Que comiencen las hostilidades.

gar_pro@hotmail.com

Leave a Reply

You must be logged in to post a comment.