JJ, LA CAÍDA

foto-jj

El esquema de inmunidad política e impune enriquecimiento con que el diputado local -muy próximamente con licencia- José Juan Espinosa Torres había navegado en las últimas dos décadas, con su piel camaleónica, del marinismo, al morenovallismo y luego a la Cuarta Transformación (4T), terminó por agotársele y finalmente ha caído el llamado JJ.

Con sus mensajeros, el ex presidente municipal de San Pedro Cholula, acusado de malversar al menos más de 100 millones de pesos, más lo que resulte de otras indagatorias, ha mandado a decir que se exiliará de Puebla.

De otro modo, él lo sabe bien, será apresado por responsabilidades penales que alcanzan hasta los 12 años de prisión, en casos agravados.

Si esta ocasión, por primera vez tiene palabra, se irá.

La del llamado JJ es la crónica de una caída anunciada.

Muy anunciada, desde hace muchos años.

José Juan traía una larguísima estela de pendientes y presuntos delitos, pero en los últimos tiempos, en el último año y medio, rebasó límites y edificó por sí mismo su derrumbe.

Olvidó una regla básica de la política: “a un gobernador no le ganas nunca”.

Su propio y grave desplome, Espinosa lo fue tejiendo entre traiciones, excesos y desafíos temerarios e insostenibles.

Nunca tuvo la razón. Más bien fue el despropósito de la sin razón, la locura total.

Siempre dejó que su desequilibrio visceral y emocional le dictaran los denuestos y las ofensas contra el gobernador y contra todos los que fueron sus aliados en la 4T poblana.

A diferencia del pasado, cuando se enfrentó al morenovallismo, hoy el JJ no tiene, al menos así se ve, un padrino de envergadura nacional que lo proteja.

Ese papel que, a su favor, en su momento, jugaron Dante Delgado en Convergencia y luego en Movimiento Ciudadano, y después Ricardo Monreal en Morena.

Además, ya no tiene nada que ofrecer, como cuando podía vender al morenovallismo espejitos.

Tal y como cuando fue el candidato de Rafael Moreno Valle a la alcaldía de San Pedro Cholula, en donde todo indica que hizo descomunales negocios al amparo del erario.

Su fortuna personal localizable, considerada en más de 130 millones de pesos, creció con su cargo como presidente municipal.

Por esos presuntos delitos hoy es buscado.

Tan sólo por el caso de la “facturación de operaciones simuladas”, el presunto defalco es de más de 15.3 millones de pesos.

Involucra además a 41 personas morales.

También a la presidenta municipal sustituta, Emma Soledad Pérez Tenorio, quien ocupó esa silla en cuanto el JJ dejó el cargo para irse a la campaña por el Distrito 20 Local, que hoy representa y por el que solicitará licencia en las próximas horas, si nada extraordinario ocurre.

También a la tesorera municipal, Nadia Inés Cabrera Camacho, y a su contralor, Leopoldo García Méndez.

En paralelo está el proceso del presunto desvío de recursos por más de 85.3 millones de pesos, de los que “no existe evidencia del registro de bienes y servicios facturados que sus ‘proveedores’ hubiesen entregado al ayuntamiento”, describe la denuncia que la Auditoría Superior del Estado (ASE) presentó también ante la Fiscalía General del Estado (FGE).

José Juan ahora estará oculto, o al menos está evitando una aparición pública, de esas que con tanto histrionismo acostumbraba.

Sus cuentas en redes sociales enmudecieron de súbito.

Calculó mal.

Aunque traicionó como siempre.

A los ciudadanos de San Pedro, si se comprueban sus presuntos delitos.

A la 4T.

Tanto, como cuando apenas el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) dio la gubernatura a Martha Érika Alonso en 2018.

Cuando fue casi de rodillas (es metáfora, pero podría no serlo) a jurarle lealtad y pedirle perdón al morenovallismo.

A ofrecerse como punta de lanza para infiltrar al movimiento barbosista.

Y luego, cuando se sabía que habría una elección extraordinaria, lo volvió a hacer.

Cuando quiso ser el candidato.

Y después, cuando en su esquizofrenia (es metáfora, pero podría no serlo) se lanzó con mentiras contra el gobernador.

Cuando se alió con los enemigos de la 4T poblana.

De todo hay testimonio.

Basta revisar sus artículos.

Su exilio, en sus condiciones y con sus antecedentes, resulta hasta un premio.

Se acabó el JJ, al menos para los próximos 4 años.

Eso es una buena noticia.

Lo mismo para Casa Aguayo, que para Palacio Nacional.

Ni qué decir en el Congreso local.

Él se la buscó.

Es el destino de paria.

gar_pro@hotmail.com

Leave a Reply

You must be logged in to post a comment.