EDUARDO RIVERA ELEVA SU APUESTA AL PAN

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Hoy, la ecuación se ve, aún a la distancia, como viable para el triunfo en 2021 en la capital poblana: Eduardo Rivera Pérez, candidato por el PAN, en alianza o en solitario.

Todas las encuestas la ponen como imbatible.

La diferencia con sus potenciales adversarios es abismal.

Sin importar las combinaciones y la posibilidad de una alianza muy amplía, que incluso sumara al PRI.

Por eso, el ex alcalde ha subido el precio de su apuesta a los dirigentes del albiazul: o pone él la planilla completa de los regidores que lo acompañarán en campaña y luego, si todo sale bien, en el gobierno municipal, o no irá en la boleta con las siglas de Acción Nacional.

Así se lo informó ya Rivera Pérez al presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del panismo, Marko Cortés Mendoza.

Lo debió hacer directamente.

Aquí en Puebla, la extraviada dirigente estatal, Genoveva Huerta Villegas, lo sigue bloqueando.

Así de perdida está, que le cierra las puertas a su mejor cuadro.

A él que garantiza, según todas (¡y todas son todas!) las mediciones, el regreso de los panistas al Palacio del Ayuntamiento.

Lalo sabe que a Genoveva la controla el ex secretario de Gobernación, Fernando Manzanilla.

Que lo obedece.

Pero hasta a ellos beneficiaría el triunfo de Eduardo.

Por eso el ex presidente municipal en el trienio 2011-2018 busca vacunarse de esa perversa dupla.

Sabe mirar a la experiencia del pasado.

En 2010, cuando ganó la alcaldía capitalina, no todos los regidores de su planilla le eran fieles.

Muchos los impuso el entonces candidato a la gubernatura por la alianza Compromiso por Puebla, Rafael Moreno Valle.

En su mandato municipal, Rivera Pérez debió parecer al enemigo en casa.

En las sillas de la Sala de Cabildos.

Vestidos del mismo color que él, pero enemigos en realidad, porque obedecían a Rafael.

Ese cuerpo de regidores morenovallistas le impidió durante su trienio tener el control del Cabildo.

Fueron obstáculo permanente.

Varios acabaron vendiendo su alma al diablo y traicionándolo al rechazar la aprobación de sus cuentas públicas, en los últimos días de su gobierno.

Por eso, Eduardo Rivera le informó ya a Marko que será candidato si, y sólo si, le dejan poner a su plantilla de regidores completa.

Es una condición innegociable.

Pero real, sin ninguna concesión en la configuración de la planilla.

Ni a grupos ni a personajes.

Por supuesto, mucho menos al bloque Genoveva-Manzanilla y anexas.

Eduardo Rivera Pérez tiene con qué poner esa condición.

Tal vez nadie como él, lo puede hacer.

La apuesta está sobre la mesa.

gar_pro@hotmail.com

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