2022 Y SUS RIESGOS TEMPRANOS

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Por factores internos y exteriores, hay para Puebla riesgo de agitaciones tempranas en este 2022. Los días convulsos que pueden venir tienen que ver con los seis procesos electorales, que vivirá el país con renovación de gubernatura, los que inevitablemente terminarán por contaminar el clima político local. Está también el brete que enfrenta el alcalde capitalino, Eduardo Rivera Pérez, quien no tiene en su partido un acompañamiento político efectivo. Y, para rematar, el COVID: de acuerdo con los informes federales, el estado volvió a registrar más de 100 casos nuevos diarios.

Primero el tema de la salud.

Al cierre del año, se contabilizaron en Puebla, entre el jueves 30 y el viernes 31 de diciembre, 113 nuevos casos de COVID-19.

De acuerdo con los reportes de la Secretaría de Salud federal, las defunciones sumaron 10 también entre esos dos últimos días de 2021.

La variante Ómicron, ya lo sabíamos, está en Puebla.

Con el rompimiento de los récords en los países de Europa y en Estados Unidos, lo sabemos por la experiencia, es de preverse que la ola de intensa de contagios terminará por llegar.

Arribará a México y a Puebla.

Y lo hará al mismo tiempo que el regreso a clases, que no será presencial en ciento por ciento de las aulas.

Será escalonado y continuará el modelo híbrido.

Se seguirá evaluando, es lo previsible, el regreso obligatorio.

Ahora lo político.

En seis estados habrá jornadas electorales el próximo 5 de junio de 2022.

Seis entidades, en donde comienzan oficialmente campañas el 3 de abril, tendrán la renovación de sus gubernaturas: Aguascalientes, Tamaulipas, Oaxaca, Quintana Roo, Hidalgo y Durango.

En todos estos casos, salvo Aguascalientes, las encuestas dan por ganador al Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

Ello, a pesar de los conflictos internos que dejó la reciente selección de candidatos.

Esa fue, otra vez, a partir de la imposición desde Palacio Nacional.

No podría ser de otro modo.

Pero las previsiones evidencian también el tremendo fracaso de la alianza opositora.

PRI, PAN y PRD nomás no dan una.

Eso, inevitablemente, tendrá que afectar tarde o temprano a los partidos en Puebla.

A sus dirigencias locales.

Los presidentes nacionales, sin duda, estarán también sometidos a mucha presión y a la muy previsible revuelta que termine por tumbarlos.

No solamente serán los fracasos de este 2022 los que cuenten, sino los anteriores.

Una larga lista de fallas.

Mientras tanto, el lopezobradorismo se fortalece.

Si los pronósticos se cumplen y la oposición solamente es capaz de ganar Aguascalientes, Morena y sus aliados gobernarán en 23 de las 32 entidades del país.

Ahora, en el terreno estrictamente local, el drama de la aprobación del Derecho de Alumbrado Público (DAP), que no incluyó a Puebla capital y a las dos cholulas, mostró el intolerable conflicto interno en el Partido Acción Nacional (PAN).

La capital perdió alrededor de 140 millones de pesos, que obligarán al endeudamiento.

Al no convencer ni a sus propios compañeros de partido, el alcalde Rivera Pérez terminó por quedarse sin el apoyo de las otras fracciones del Congreso local.

En una dolorosa lección para el equipo del presidente municipal.

Hace falta mucho cabildeo.

Y mucha comunicación: nunca se dijeron los beneficios reales y concretos que recibiría la población con el dinero que se iba a recaudar con el DAP.

Esos y muchos otras más que se irán sumando, son los focos de atención en el arranque de este año.

gar_pro@hotmail.com

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