5 DE JUNIO, SEIS BATALLAS DE UN SOLO HOMBRE

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Los resultados de las elecciones del próximo domingo en seis entidades (Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas) deben ser, inequívocamente, interpretados como el producto de la popularidad del Presidente de la República. Aunque los dirigentes formales de Morena vayan a festejar, adjudicarse victorias y justificar derrotas, quien en realidad gana o pierde elecciones es Andrés Manuel López Obrador. Él y sólo él.

Este 5 de junio se espera un nuevo repunte del lopezobradorismo en el país.

Incrementará, muy probablemente, a 22 o 23 las entidades que gobierna.

Hoy son 18.

De las seis plazas estatales en disputa, la previsión es que, al menos, cuatro sean para la causa de la Cuarta Transformación (4T).

(Disculpará que no demos tendencias, pero la veda electoral nos lo impide. Aunque ya en otras entregas de Garganta Profunda las hemos descrito).

Pero, siendo realistas, todo depende de la aceptación del inquilino de Palacio Nacional, en esos estados.

López Obrador está muy fuerte en la mayoría.

Las batallas electorales son de un solo hombre.

No requiere partido.

Específicamente, para el caso de estas elecciones, los candidatos y las candidatas de la alianza Juntos Hacemos Historia (Morena-PT-PVEM) también salen sobrando.

En todos los seis casos pudieron haber sido los que están o cualquier otro u otra.

Ningún abanderado o abanderada abona, en lo particular y por sí mismo, a la definición del resultado que conoceremos esta noche dominical.

Eso deja muy mal parados a todos los morenistas.

Candidatos, dirigentes, legisladores, aplaudidores y porristas.

¡Todos es todos!

El Movimiento Regeneración Nacional (Morena) no tiene vida institucional.

No es un partido con sustento orgánico.

Mucho menos disciplina.

Tampoco tiene militancia fuerte.

No hay atención ni vínculo real con jóvenes, trabajadores, empresarios y otros grupos sociales.

Va siempre a la deriva.

Las dirigencias estatales no se han renovado, en la mayoría de los casos, desde que es partido, en 2014.

En Puebla, la última presidenta estatutaria formal fue María Luisa Albores González, hoy secretaria del Medio Ambiente del gobierno de López Obrador.

Luego vino Gabriel Biestro, pero sin que fuera resultado de un proceso interno formal.

Ella, por cierto, fue la fundadora y condujo a ese partido entre 2012 y 2015.

Le tocó su creación en el estado.

Realizar las asambleas fundacionales y cumplir los requisitos.

Por todo lo anterior, Morena es un ente extraño.

No es un partido ni es un movimiento.

Además, no acompaña al Presidente.

Todos los resultados electorales que ha conseguido se deben al tabasqueño.

No habría por qué pensar que es ese instituto y sus aliados, los partidos del Trabajo (PT) y Verde Ecologista de México (PVEM), quienes ganan.

Gana AMLO.

Él y sólo él.

gar_pro@hotmail.com

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