No es una casualidad que, justo a unas semanas de la renovación de la dirigencia estatal de Morena, los porros que no tienen ninguna representatividad y ninguna verdadera causa ideológica hayan salido a reventar un acto de apoyo, en Puebla, de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
Este sábado, a golpes, gritos y sombrerazos, integrantes el grupo de Los Méndez, Las Vivanco y otros, agredieron a diputados locales que, a diferencia de ellos, sí habían sido invitados por el equipo de la presidenciable al acto en un hotel céntrico. Por este hecho podría haber denuncias penales y damos por descontado que podría haber también inhabilitaciones partidistas.
Afortunadamente, no hubo heridos graves que lamentar.
Sin embargo, el bajo nivel que tienen y que siempre han tenido algunos falsos militantes de la izquierda los pinta de cuerpo entero.
La peor de las agresiones se la llevó el diputado local por Tehuacán, Fernando Sánchez Sasia.
Recibió una cachetada de Jorge Méndez Espíndola, padre del ex secretario de Gobernación, David Méndez Márquez, y esposo de la ex regidora Rosa Márquez Cabrera.
Por cierto, Jorge Méndez ni siquiera es militante morenista.
Se trata de un grupo ligado a lo peor de la política nacional, el clan Bejarano, y sin una verdadera base social, pero sí mucha estridencia.
Los verdaderos militantes de izquierda los identifican como “vividores de causas sociales”.
Así llevan décadas.
Al arranque de esta administración les dieron oportunidad de participar con protagonismo y en tiempo récord enseñaron el cobre.
El legislador tehuacanero Sánchez Sasia anunció que este lunes por la mañana informará si presenta una denuncia ante la Fiscalía General del Estado (FGE) contra sus agresores.
Hubo más participantes.
También muy envalentonado en al zafarrancho le entró Saturnino Gómez, quien es consejero.
En los videos se puede apreciar detrás del diputado más agredido a un adiposo personaje, de nombre René, quien es ni más ni menos el secretario particular de Aristóteles Belmont Cortés, el presidente estatal del partido.
Por eso resulta tan hipócrita el llamado a la unidad y a la serenidad, después de estos bochornosos hechos en los que se ve su mano negra, que hizo en redes sociales Belmont.
Él es de los principales incitadores a la violencia.
También encabezaron las agresiones Rafael Ramírez, del Partido del Trabajo (PT).
Apareció asimismo el eterno protestador a sueldo Marco Mazatle Rojas, un porro que antes ha servido lo mismo al PRI que al PRD.
Las Comisiones de Honestidad y Justicia de Morena, nacional y estatal, que son tan apresuradas para hacer pronunciamientos por lo que sus militantes declaran en medios, deberían tomas cartas urgentes en el asunto.
Si por una crítica emiten comunicados, más por los golpes, gritos, sombrerazos e insultos que recibió este sábado una decena de diputados y diputadas.
Si hay denuncias penales, en los videos que circulan en redes, la FGE tiene material de sobra para identificar a los azuzadores, entre quienes estuvo el diputado local vivanquista José Iván Herrera Villagómez.
Lo que se puede ver en el material audiovisual es que él mismo incita a que agredan a sus compañeras y compañeros legisladores.
El pretexto para el ataque fue la reciente aprobación al ajuste de las tarifas del agua.
Un proceso legislativo legal y legítimo.
Tema al que, por cierto, ninguno de los agresores se subió antes con argumentos y sólo recientemente le encontraron utilidad porril.
La intención final pareciera enrarecer la renovación de la dirigencia de morena.
Meterle miedo a los militantes que participarán en las asambleas distritales este 30 de julio y luego en la asamblea estatal del 6 de agosto.
Es la estrategia de los porros.
Hay que decirlo con claridad.