LAS CIFRAS DE ALARMA DE LA QUINTA OLA DE COVID-19

IMSS . MODULO ATENCIÓN RESPIRATORIA

A finales de julio llegará la cresta de la quinta ola de COVID en Puebla y el sistema hospitalario del estado se prepara para un cúmulo moderado de internamientos, que podrían superar la centena en su momento más crítico, y que dejará, lamentablemente, varias muertes. La disminución completa de este oleaje llevará aún varias semanas más, posiblemente hasta un mes. Aquellos grupos etarios más longevos, personas con comorbilidades y, especialmente, quienes por desidia, una convicción equivocada o desinformación, no se vacunaron, son quienes están en mayor riesgo.

Este fin de semana las cifras encendieron las alertas.

Se registraron mil 910 contagios.

Hay también 80 hospitalizados.

Cuatro de ellos están con respiradores artificiales.

Y hubo cinco defunciones.

Es muy importante conocer el contexto de salud de quienes murieron.

Entre estas cinco personas, todas esas pérdidas son una tragedia humana, individual y familiar, hay comórbidos, fumadores, enfermos de males crónicos y algunas que no se vacunaron.

Tras conocer esos datos, el gobernador Miguel Barbosa Huerta hizo un llamado a que, si en las oportunidades anteriores, hubo quien no se vacunó por alguna razón, lo haga ahora.

Los refuerzos están por llegar, a la par que en el estado se realiza la vacunación para menores, que ya ocurrió en la capital, algunos municipios de la zona conurbada, el Valle de Tehuacán y Sierra Negra.

Esta semana se atenderá el norte del estado.

Al llegar a este nivel tan elevado de contagios, las hospitalizaciones se incrementarán y, por lógica, lamentablemente las muertes.

El pronóstico es de uno o dos decesos diarios, a partir de este punto.

El cálculo, siempre conservador, pues no todo se reporta, es que actualmente hay activos en todo el estado 8 mil 831 casos, en 131 municipios.

Más de la mitad de los 217 municipios poblanos registran casos.

Las previsiones, que ya todos conocemos, requieren un refuerzo.

El comportamiento social demanda también responsabilidad.

El uso de cubrebocas es indispensable y es muy eficiente en la contención de contagios.

El efecto dominó de un infectado es potencialmente devastador, en la cifra de personas que a su alrededor puede contagiar.

Es exponencial.

A diferencia de 2020, cuando en ese febrero llegó el virus a nuestras vidas, hoy tenemos información.

En muchos casos buenas costumbres sanitarias.

Herramientas de contención.

Vacunas que han permitido que la inmensa mayoría de los casos sean apenas parecidas a gripes leves.

Sigamos así.

La cresta de la ola no ha llegado.

Y podría venir similar a un tsunami.

gar_pro@hotmail.com

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