APUNTES SOBRE EL IMPERDONABLE ATAQUE DE LA POLICÍA DE IRENE OLEA CONTRA DOS PERIODISTAS

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Sororidad y prudencia son características que, en su visión como funcionaria, ha exhibido que no tiene la presidenta municipal de Izúcar de Matamoros, Puebla, Irene Olea Torres. La alcaldesa, emanada de Morena, fue presuntamente la autora intelectual de un feroz ataque a dos periodistas y varias activistas, a quienes la Policía Municipal retuvo por seis horas, torturó y violentó sus garantías individuales; incluso fueron víctimas de agresiones sexuales. Cómo olvidar que por un caso con algunas similitudes, hoy está en una prisión de máxima seguridad el ex gobernador poblano Mario Marín Torres.

Lo que ocurrió es un eslabón, uno de los más graves, de la larga cadena de desatinos de una administración autoritaria, sin trasparencia y sin rumbo.

Así lo sienten muchos habitantes de la llamada Puerta de la Mixteca, que a diario se expresan en redes sociales y de propia voz.

La denuncia de las periodistas Natalie y su hermana Michelle Hoyos López, reporteras del periódico Enlace Noticias, es una narración de verdadero horror.

El pasado 10 de marzo fueron arrestadas, aparentemente sin ninguna justificación, tras la manifestación del Día Internacional de la Mujer.

En aquella cabecera municipal, la movilización se celebró dos días después que en la capital.

Una de las inverosímiles explicaciones de los agentes policiacos para detenerlas y retenerlas por seis horas fue que “ensuciaban” las calles.

Pero la detención extrajudicial fue un menú de violaciones a sus derechos humanos.

En la denuncia que presentaron ante la Fiscalía General del Estado (FGE) y que este lunes reiteraron en conferencia de prensa en las instalaciones de la Universidad Iberoamerica, detalla los hechos.

Fueron esposadas, trasladadas en la batea de patrullas y encarceladas.

Mediante amenazas y tortura -aseguran-, las obligaron a desnudarse frente a un grupo de policías.

Les exigieron, con la ropa interior abajo, a hacer sentadillas, porque era “parte del protocolo”.

Según para ver si “escondían o transportaban algo”.

Sufrieron tocamientos lascivos de la agente mujer.

Los agentes varones se burlaban y hacían comentarios de que “la jefa (Irene) los iba a premiar”.

“La jefa”, así como en la mafia.

Presumían por radio que habían realizado “una gran detención”, pues el medio de comunicación para el que trabajar es crítico de la administración de Olea Torres y ha documentado, por ejemplo, su falta de transparencia en obra pública.

También los recurrentes hechos de violencia e inseguridad en el municipio.

En la conferencia, en que se dio a conocer esta denuncia y esta narración de terror, la periodista Natalie estuvo acompañada de Citlali Soriano Ortega, integrante del colectivo Marea Púrpura, y Leopoldo Maldonado Gutiérrez, director regional de la Oficina para México y Centroamérica de Artículo 19.

El favor de la llegada de Olea Torres a la presidencia municipal se la debemos al ex secretario de Educación Pública (SEP), Melitón Lozano, quien la impulsó,aunque ahora se odian con intensidad.

Irene y su esposo Antonio Guevara Palafox -ex secretario de Melitón-, cogobiernan y se imponen, asegura la mayoría de los regidores, con amenazas.

Su comportamiento está abismalmente lejos a los principios de la Cuarta Transformación (4T) y del lopezobradorismo.

Fuentes que conocen el detalle de su comportamiento, aseguran que la soberbia de Irene Olea es tal, que mantiene en cargos directivos a familiares.

Están su sobrino Arturo Guerrero Guevara, jefe de oficina, quien gana 30 mil pesos al mes.

La esposa de éste, Maribel Matías Martínez, quien ocupa la Contraloría Municipal, con un salario de 30 mil pesos mensuales.

¿Sororidad?, eso no existe en la administración de Irene.

¿Qué se puede esperar de la alcaldesa, si ordenó hace unas semanas desmantelamiento Casa de Medio Camino, que funcionaria como albergue para mujeres víctimas de la violencia?

La gente también se pregunta ¿qué teme la alcaldesa, que contrató guaruras para cuidar de ella, de su esposo e hijos?

Irene Olea presume protección de alto nivel.

Le gustan la selfies junto a personajes de la 4T.

Ha propalado la versión de que “pronto será secretaria en el gabinete estatal”.

A ver si luego Irene Orea no aparece en la larga -y robusta- lista de impresentables que andan presumiendo los aspirantes a la gubernatura.

Porque algunos de los requisitos en negativo los cumple cabalmente.

gar_pro@hotmail.com

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