Arturo Luna Silva
Gerardo Maldonado Balvanera va que vuela para terminar como candidato único y de unidad a la dirigencia del PAN en la ciudad de Puebla.
Y es que las señales en ese sentido van multiplicándose conforme pasan los días y se acerca el final del plazo para el registro de aspirantes.
El panista no sólo ha venido sumando a su causa a los más fuertes liderazgos al interior de Acción Nacional: también logró lo imposible: que Rafael Moreno Valle y Eduardo Rivera Pérez lo avalen sin ninguna reticencia.
Tanto el gobernador electo como el presidente municipal electo lo ven con buenos ojos, pues Gerardo llega como un tercero en discordia y desde una posición neutra.
Sin filias prematuras ni fobias anticipadas.
Nadie puede decir que es morenovallista ni tampoco que sirve sólo a los intereses de Rivera Pérez.
De hecho, el sorpresivo e inesperado arribo de Maldonado al proceso interno evitó lo que se temía: el primer choque de trenes entre Rafael y Lalo.
Si éste último hubiese pujado -como se preveía- por un alfil suyo, ya fuese Enrique Guevara o Adán Domínguez, Moreno Valle no hubiese dudado en empujar a su propio “gallo”, con el riesgo que eso implicaba.
Es decir: que Moreno Valle se apropiara del PAN en la ciudad de Puebla y que el futuro alcalde se quedara como el chinito: nomas milando.
Pero Maldonado vino a refrescar la contienda y sobre todo a impedir que sonaran los tambores de guerra.
La mejor noticia para el futuro líder panista en esta capital es que sus posibles contendientes empiezan a caer uno tras otro.
Es el caso de Pedro Gutiérrez, quien hoy o a inicios de la próxima semana muy probablemente anuncie que no se registrará en el proceso interno, dejando el camino totalmente libre a Maldonado.
¿Qué pasó?
Bueno, pues cuentan que desde Estrasburgo, Francia, donde se encuentra como delegado invitado a una sesión más de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, el jefe político de Gutiérrez, el senador Humberto Aguilar Coronado, le dio la orden de “bajarse”.
Y es que hizo cuentas y comprobó que no le alcanzaba para disputar un mano a mano con Maldonado y los grupos que lo apoyan: desde Moreno Valle y Lalo Rivera hasta Ana Teresa Aranda y “Los Pablos” (Rodríguez Regordosa y Montiel).
Lo malo es que “El Tigre” se tardó en tomar la decisión.
Y ahora por jugar a las vencidas al extremo y estirar la liga en exceso, lo más seguro es que su grupo no alcance ninguna posición en el nuevo Comité Directivo Municipal.
Maldonado ya llegó a arreglos con todos los que se han sumado a su proyecto.
En otras palabras: el tren ya pasó para quienes intentaban chantajear presumiendo como es costumbre una fuerza y un capital político inexistentes.
Otra derrota para el “Conde de Estrasburgo”, que sigue sin ganar una ni encontrar acomodo en ningún grupo político.
De hecho, en el círculo político para nadie es un secreto que la distancia que hay entre Humberto Aguilar y Rafael Moreno Valle, o entre Humberto Aguilar y Lalo Rivera, es mucho mayor que la existente entre la Puebla y la Francia.