TONY GALI: TAREAS RUMBO AL 2016

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Mucha tarea tiene por estos días, y los que vienen, Tony Gali Fayad, quien se debate entre la presidencia municipal de Puebla y la construcción de una candidatura a la minigubernatura que, si bien ya se da por hecha, debe pasar forzosamente por un intenso, e inmenso, trabajo político antes del inicio de la campaña, programado para una fecha marcada en el calendario del poder: el 3 de abril de 2016.

En el escritorio del alcalde capitalino se acumulan los quehaceres para terminar de dar forma a un proyecto electoral ganador, que permita la continuidad del morenovallismo, aunque con un perfil más humano, menos autoritario, más cercano a los poblanos, con una mejor comunicación e interacción con el ciudadano de a pie, uno de los grandes déficits del sexenio que corre y una pesada loza en los hombros del virtual candidato.

El meollo del asunto se resume a tres preguntas básicas:

1. ¿Cómo ofrecer una poderosa razón de voto a los electores decepcionados con el régimen, y para un periodo tan corto de gobierno: un año y ocho meses?

2. ¿Cómo volverse atractivo a un electorado cada vez más demandante, en medio de un scenario de alta competencia, y resolver el dilema entre continuidad o continuismo?

3. ¿Cómo crear o construir un candidato con ideas, decisiones, intenciones y voz propia, eliminando la imagen del colectivo de un títere manejado milimétricamente por un titiritero mayor?

Si en 2010 el eje de la contienda por la gubernatura fue el “cambio”, en 2016 ese discurso estará agotado, porque se abusó del concepto, y ante los resultados se corre el riesgo de que se generalice el voto de castigo, el voto antisistema, sin importar que eso signifique el regreso del PRI a Casa Puebla.

De ahí que Tony Gali y su equipo deban acelerar motores en por lo menos los siguientes siete puntos:

1. Ubicación de factores reales de poder a nivel municipal y estatal y definición de aliados, neutros y adversarios.

2. Localización de actores políticos o miembros de su grupo que participen en la administración pública estatal y municipal, para clasificarlos y reclutarlos.

3. Determinación de grupos organizados de la sociedad civil que potencialmente puedan servir como aliados.

4. Elaboración de una agenda de riesgos y de construcción de alianzas con actores políticos en general, poniendo énfasis en las organizaciones empresariales, obreras y de la sociedad civil, así como en representantes vecinales, iglesias, clubes de servicios, presidentes municipales y ediles auxiliares.

5. Ubicación de factores reales de poder y liderazgos al interior del PAN para clasificarlos como aliados, neutros o adversarios.

6. Elaboración de agenda de alianzas con actores políticos panistas, que sirvan de enlaces dentro del partido y permitan garantizar un proceso interno claro, legal, legítimo y sobre todo creíble.

7. Identificación de enlaces propios dentro del gobierno del estado, particularmente en secretarías estratégicas como Desarrollo Social, Salud, Educación Pública y General de Gobierno, para el trabajo político y social.

Del éxito o fracaso en la resolución de estas importantes y decisivas tareas, dependerá en gran medida el éxito o el fracaso del proyecto Gali.

Un proyecto que hasta hoy va viento en popa –está en curso el cumplimiento de los 18 compromisos de campaña-, pero que no puede descuidarse un solo día, pues eso significará el triunfo o la derrota en la elección del próximo 5 de junio.

(Por cierto: sigue haciendo falta un coordinador general que dé orden, sentido y coherencia a todo, todo el trabajo por hacer. Por que quien crea que todo ya está hecho, se podrá llevar una gran, gran sorpresa).

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gar_pro@hotmail.com

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