LAS HORAS BAJAS DE UN ASPIRANTE A JEFE DE LA OFICINA DEL NUEVO GOBERNADOR

foto-javier-lozano-alarcon

Antes de incorporarse como vocero a la campaña de la alianza “Sigamos Avanzando” al gobierno de Puebla, Javier Lozano Alarcón estableció un importante acuerdo con el candidato Tony Gali Fayad.

El senador del PAN aceptó el reto de la vocería y solo pidió una cosa a cambio: ser nombrado secretario General de Gobierno (SGG) de la nueva administración estatal.

No fue una idea ni una propuesta del candidato; fue una solicitud expresa del legislador.

Solicitud a la que Tony Gali dijo sí, quedando el pacto sellado con un fuerte apretón de manos.

Como se sabe, Lozano Alarcón hizo un gran papel en la campaña.

Como pez en el agua, se adueñó de la situación y del escenario mediático, y cumplió con creces su tarea con las cuatro características de un buen vocero: oportunidad, información, inteligencia y carácter.

No hubo necesidad de que el candidato se ensuciara las manos.

Ni una sola vez en los dos meses de la campaña, Tony Gali tuvo que salir a confrontar a sus rivales.

Para eso estuvo Lozano Alarcón, el habilidoso, escurridizo, sarcástico tuitero; el perspicaz, irónico e incisivo tribuno que jaló la marca y ayudó a que el ex alcalde de Puebla ni siquiera se despeinara.

Tras el 5 de junio, tras la contundente victoria, tras aplastar al PRI y a su inocente candidata y a sus patéticos asesores, aquel acuerdo entre el ya entonces gobernador electo y el senador fue ratificado en todos sus términos.

Tanto que Gali Fayad empezó a empoderarlo nombrándolo coordinador del equipo de transición.

(El mismo rol, por cierto, que ocupó, en su momento, Fernando Manzanilla Prieto, quien a la postre sería elegido por Rafael Moreno Valle para ocupar precisamente la titularidad de la SGG).

Y Lozano Alarcón empezó a fungir como tal.

Habilitado como brazo derecho de Tony Gali, su protagonismo en las reuniones de transición con los distintos secretarios morenovallistas dejó en claro que su nombramiento como secretario General de Gobierno era cosa segura.

De hecho, no había foto en la que no apareciera escoltando al gobernador electo; siempre cerca, siempre a su lado.

Ya declaraba a los medios, incluso, como el hombre por el que pasarían los Grandes Temas del Nuevo Gobierno.

Pero de repente algo sucedió.

Pronto el entusiasmo inicial comenzó a dar paso a una especie de repliegue táctico.

El entorno del senador cuenta que Lozano Alarcón lo pensó mejor.

Es decir: que al ver el tamaño de la responsabilidad que se echaría a cuestas como encargado de la política interna del estado, se arrepintió.

Se arrepintió de aquel acuerdo y sobre todo de haber pedido la silla principal de la SGG a manera de “premio” por su contribución a la victoria electoral.

Y es que ciertamente no hay peor cargo público –en términos de tiempo, presiones, dudas, desgaste, frentes abiertos, estrés, etcétera- que ese.

No hay descanso.

No hay familia.

No hay tregua.

A nombre de la gobernabilidad, no hay vida.

Fue entonces que tras desechar la idea de ser secretario General de Gobierno, el senador cometió varios errores, pero en especial uno, y de principiante.

No comunicó a Tony Gali su decisión.

O sí, pero al último, después de informar, primero, al gobernador Rafael Moreno Valle y, luego, al actual titular de la SGG, Diódoro Carrasco Altamirano.

Una descortesía en toda regla.

Una verdadera grosería hacia la persona con la cual había pactado.

Un pésimo mensaje hacia el que será gobernador constitucional a partir de febrero.

Lozano Alarcón habló con Tony Gali cuando este ya sabía, por otras fuentes, que el senador ya se había echado para atrás.

Fue tras una reunión de transición en una escalera de Casa Aguayo, testigo mudo de la gran irritación del gobernador electo.

Pero no por el arrepentimiento de Javier –lo más probable es que Diódoro Carrasco se mantenga en la SGG-, sino por su falta de asepsia política al comunicárselo.

Desde entonces, las cosas entre ambos ya no fueron igual.

Tanto que de repente Lozano Alarcón dejó de aparecer en las reuniones de transición y de salir en las fotos.

Y resultó tan drástico el cambio de ánimo en la relación que no faltó quien lo notara.

Uno de los observadores más puntuales fue la columna “Kiosko” de la sección de Estados del diario El Universal, que el pasado 29 de agosto señaló:

“Entre la clase política poblana se preguntan si en realidad el senador Javier Lozano Alarcón alcanzará boleto para subirse al tren del gabinete del gobernador electo Tony Gali Fayad como secretario general de Gobierno, lo que fue vaticinado luego del triunfo del pasado 5 de junio.

“En la presentación de los foros ciudadanos para integrar el Plan Estatal de Desarrollo, el ex calderonista fue borrado de la escena y su lugar ocupado por el ex (sic) diputado local Mario Rincón González.

“Cuando alguien preguntó al gobernador electo por el panista y político, Gali Fayad respondió: “No sé, ya nos informará por Twitter qué es lo que anda haciendo”. “¡Auch!”.

Buena, buenísima, la información de “Kiosco”, aunque incompleta.

Y es que días después del encontronazo en los pasillos de Casa Aguayo, Lozano Alarcón tuvo todavía el atrevimiento de escribir un mensaje a Tony Gali para decirle, palabras más, palabras menos, que en efecto, ya no quería la SGG, pero sí aceptaría ser nombrado jefe de la oficina del nuevo gobernador.

La misma oficina de la que en este sexenio han sido titulares Juan Pablo Piña Kurzyn, Tony Gali López y actualmente Roberto Moya Clemente.

Y en esas anda el senador de la República.

Tratando de reubicarse.

Esperando una señal de que los días de vino y rosas regresaron.

Tal vez sin saber que la oficina del gobernador, en la administración de Gali Fayad, va a desaparecer para dar paso a una Secretaría Técnica que coordine al resto de los secretarios y dé puntual seguimiento a los acuerdos con el mandatario.

Una Secretaría Técnica para la que se va a requerir un perfil distinto al del ex vocero de la campaña.

¿Alcanzará Lozano Alarcón boleto para el gabinete?

No hay que descartarlo.

Y es que a pesar de que sin duda está en sus horas bajas, este martes reapareció al lado de Tony Gali en Tehuacán, en el arranque de los foros ciudadanos para la elaboración del Plan Estatal de Desarrollo.

Finalmente es política.

Y Javier Lozano es habilidoso.

Muy habilidoso.

Un experto en el arte del reciclaje.

Lo ha demostrado antes.

Y hoy no tendría por qué ser diferente.

gar_pro@hotmail.com

Leave a Reply

You must be logged in to post a comment.