Archivo de Diciembre de 2010

Orgullo

Jueves, 16 de Diciembre de 2010

Lesly Mellado May

Este miércoles, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes publicó la Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumo Culturales 2010, donde además de refrendar que el tiempo libre es ocupado para ver la televisión, que la gente no lee porque no le interesa y que los diagnósticos nacionales resultan ser chilangos, me llamó la atención la respuesta mayoritaria a la pregunta ¿cuál de las siguientes emociones refleja mejor lo que siente por México?

Aquí las respuestas

Orgullo: 44%

Preocupación: 13%

Desilusión: 11%

Esperanza: 10%

Enojo: 8%

Confianza: 8%

No sabe: 3%

No contestó: 3%

 

Estoy empezando a pensar que no soy mexicana, que tengo una percepción falsa de la realidad, o que de plano urge me vaya a emborrachar el corazón a una posada cacahuatera.

Declaración guadalupana

Domingo, 12 de Diciembre de 2010

Lesly Mellado May

Dicen que todos los mexicanos llevamos un guadalupano dentro, yo de hecho, me llamo Guadalupe en el registro religioso porque así me bautizaron en el rito católico a pesar de que en mi casa no somos guadalupanos ortodoxos.

Sin embargo, mi madre adoptó un par de años la costumbre serrana de vestirme de huipil el día de la virgen de Guadalupe y llevarme a la iglesia, así que cuando era niña la fiesta no era más que ver la obligatoria película en el Canal de las Estrellas sobre el milagro en el Tepeyac, (una por cierto nefasta donde Fernando Allende la hace de Juan Diego) y la recepción de los peregrinos huauchinanguenses que llegaban de ver a la morenita.

Años más tarde, cuando inició la Antorcha Guadalupana organizada por la Asociación Tepeyac dedicada al apoyo a migrantes en Estados Unidos, tuve de cerca el fervor de sus seguidores y el fenómeno social que desencadenó la mexicanización de la virgen María.

Hasta ahí pensaba que la virgen tenía sus fueros sólo como emperatriz de América (según dicen al finalizar el rosario) y como una estrella más de Televisa.

Pero no. De visita en París y de paso obligado por Notre Dame me esperaba una sorpresa. El recorrido por el interior inició por las capillas de la nave derecha, pasé por el altar mayor y a mis mexicanísimos ojos el sitio no era más que un museo.

Al girar hacia las capillas del costado izquierdo alcancé a ver un pequeño lugar custodiado por decenas de luces y del que se asomaban unas flores. Pensé en lo extraña que resultaba la estampa entre la penumbra.

La curiosidad aceleró mi paso y llegué para descubrir que el altar es de la virgen de Guadalupe. A pesar de la sobriedad y oscuridad de los muros, ese pedazo de la catedral se ha mexicanizado y coloreado. Está por supuesto la bandera tricolor, flores, listones, decenas de velas, jorongos, un Juandieguito, rezanderas de manda y todo el folclor del que somos capaces.

En la guía oficial de Notre Dame se asienta que la “Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe fue instalada en 1963 a petición de los mexicanos de París: se puede reflexionar, rezar, encender una vela”.

Sí, todos los mexicanos llevamos un guadalupano por dentro y por fuera.

Los encajosos de la 5

Jueves, 2 de Diciembre de 2010

Lesly Mellado May

En parte, este blog se llama Encaje Ancho por aquel reclamo popular: “Está bueno el encaje ¡pero no tan ancho!”.

Y si de encajes anchos hablamos, en la 5 Poniente 128 hay para dar y regalar. Sí, son los diputados de Puebla que ahora andan en el jaloneo partidista de garantizarse el control del órgano rector de la próxima legislatura y así “amarrar” al próximo gobernador; pero ningún bando propone reglas serias para que de verdad trabajen.

No llama la atención que la iniciativa de crear una Junta de Coordinación Política para sustituir a la Gran Comisión sea propuesta del PRI y rechazada por la hoy oposición que a partir de enero ya no lo será, el bloque formado por PAN, PRD, Panal y Convergencia.

No es raro que ahora los tricolores aprovechen que la “expresión de la voluntad popular, fuente de la democracia, haya determinado una composición plural del Congreso del estado”, para extinguir la Gran Comisión, súbdita del Ejecutivo en turno.

Tampoco resulta extraordinario que los ganadores de la elección del pasado 4 de julio se resistan a tener una Junta de Coordinación Política que rola la presidencia entre los partidos, porque aprendieron, y muy bien de los priístas, que el control debe ser total y que el poder no se comparte, ni se reparte.

Y menos sorprende que la reforma propuesta por el PRI para Ley Orgánica del Poder Legislativo verse sólo en torno al órgano de control y no a mejorar el trabajo de los diputados, cosa que se les puede revertir.

Entre los defectos del Legislativo se cuenta la “congeladora”, pues ni en la Ley Orgánica ni en el Reglamento Interior se especifica un lapso de tiempo para que las iniciativas sean dictaminadas por las respectivas comisiones.

Tampoco existen sanciones reales para los diputados faltistas, ni para los presidentes de las Comisiones que no llaman a sesiones ni una vez al mes como lo tienen ordenado.

Es común que usted vaya al Congreso y no estén los diputados. Los asistentes le dirán que andan en el distrito, y en las oficinas del distrito, si es que las tienen, le dirán que están en la ciudad capital. De cualquier forma, mientras no hay periodo de sesiones ordinarias su paradero es un misterio, y para comprobar qué hicieron en ese tiempo sólo tienen que entregar un informe por escrito la Secretaría General contando cómo vieron su distrito. Informes que por cierto no se hacen públicos, vaya ni siquiera hay la certeza de que existen.

Además, la legislatura poblana es la que tiene los periodos más cortos de sesiones ordinarias, en comparación al resto del país.

De tal suerte que si no hay un sistema claro de trabajo y sanciones, no hay una mayoría absoluta, los periodos de receso son largos y el órgano de gobierno queda atrapado en vericuetos legales, el Ejecutivo podrá hacer su voluntad sin requerir del aval del Legislativo.