Archive for June, 2010

Lucha de titanes: Marín vs Elba Esther

Wednesday, June 30th, 2010

Arturo Luna Silva

Chicos, medianos y grandotes, y de todos los colores y sabores, pero no hay duda que los mapaches del PRI y del PAN tendrán un auténtico festín este domingo 4 de julio en el anunciado choque de estructuras (a diez caídas sin límite de tiempo y hasta que el sistema calle o se caiga, lo que suceda primero) entre la profesora Elba Esther Gordillo y el gobernador Mario Marín Torres, personajes con los mismos defectos y las mismas virtudes a la hora de operar elecciones.

Veamos:

Más allá de las artes propias de la alquimia electoral de cada cual, hay que decir que es Marín quien podría obtener mejores resultados que “Doña Perpetua” por un detalle en particular: la experiencia. Experiencia en territorio propio.

Y es que la estructura priísta que funcionará al mil por ciento para hacer ganar a Javier López Zavala es la misma estructura que ya ha demostrado su eficacia en tres comicios clave para Puebla: el de 2004, cuando el propio Marín fue electo gobernador; el de 2007, la elección intermedia, que acabó con un marcador de 25 a 1 a favor del PRI, y el del 5 de julio de 2009, cuando el tricolor se llevó “carro completo”: de las 16 diputaciones federales en juego, ganó 16.

El aparato marinista sólo tuvo un tropiezo, célebre tropiezo, y ése sucedió en 2006, cuando el PRI perdió en Puebla la Presidencia de la República, las dos senadurías y la mayoría de las diputaciones federales.

Pero hay que recordar que dicho traspié tuvo que ver más con las inconfesables negociaciones que sostuvieron personajes como Manuel Espino y la mismísima Elba Esther Gordillo con los gobernadores del Revolucionario Institucional, con el fin de que éstos sacaran las manos de la elección y contribuyeran tanto a la derrota de Andrés Manuel López Obrador (a quien por entonces al PAN le parecía “un peligro para México”) como al triunfo –viciado de origen y dudoso para siempre- de Felipe Calderón. Gracias a ello, hay que decirlo, el gobernador poblano compró impunidad, dado que logró sortear con éxito el juicio en la Suprema Corte de Justicia de la Nación por el caso Lydia Cacho.

De Marín se puede hablar todo lo mal que uno quiera y censurar –sobre todo- su muy sui géneris estilo personal de gobernar, pero en algo coinciden hasta sus más feroces críticos: es un estupendo operador electoral, preciso como un reloj suizo, implacable a la hora de multiplicar los votos (y los panes y los peces), y quizá de los últimos de verdadero nivel que le quedan al PRI a nivel nacional.

En contraste, un punto a favor de Elba Esther es indudablemente su impresionante fuerza económica para mover voluntades o someter dignidades, y no, no es un enemigo pequeño. Quien piense lo contrario puede llevarse una sorpresa. La mujer más corrupta de México es también la mujer más cabrona de México. La jefa del Cártel del SNTE es una auténtica fábrica de votos.

Cosa de hacer memoria: junto a otros priístas de ingrata memoria como Melquiades Morales, la profesora tuvo su propedéutico en el arte de la mapachería en el famoso fraude patriótico de 1985 en Chihuahua; se licenció en el fraude de 1988 con Carlos Salinas de Gortari; obtuvo su maestría en 2006, cuando fue factor decisivo para inclinar la balanza a favor de Calderón, y se doctoró en 2007 en Baja California, donde hizo morder el polvo, gracias a la maquinaria magisterial, a un antiguo enemigo: Jorge Hank Rhon, el inefable hijo del profesor Carlos Hank.

Tiene, pues, todos los diplomas.

Ahora viene por Puebla y viene con todo, pero no será fácil: enfrente tendrá a una estructura operativa que funciona como pocas y que ha probado su éxito no una sino varias veces en los tiempos recientes.

Lo del domingo 4 de julio es, sí, Elba Esther contra Marín (en más de un sentido: PRI contra PRI), más, mucho más que una contienda Rafael Moreno Valle contra Javier López Zavala o “Compromiso por Puebla” contra “Puebla Avanza”. En esa lucha de titanes, en la que ninguno juega a la democracia, radica la victoria o el fracaso. Es en esencia la prolongación de un pleito de familia, la gran familia revolucionaria, la mafia dueña del país, por el poder.

Y es que tanto Mario Marín como Elba Esther saben que la lucha en Puebla rebasa a los poblanos, pues lo que realmente está en juego este domingo es la Presidencia de la República en el 2012; es decir, la decisión del PAN de mantenerla y la determinación del PRI de regresar a ella.

Si Marín pierde, pierde todo, pues su grupo político se dispersará para siempre y quedará por tanto fuera de toda posibilidad de formar parte de la guerra política que se avecina por el poder federal y de exigir su correspondiente rebanada de pastel. Pero si gana, como todo parece indicar, gana todo, pues Puebla no sólo seguirá en sus manos, con todo lo que eso significa, sino además Marín se consolidará como verdadero factótum hacia adentro del PRI, con futuro político propio (la senaduría lo esperaría) y fichas, muchas fichas que negociar con el priísta (¿Enrique Peña Nieto?) que acaso lograse recuperar Los Pinos.

Lo mismo en el caso de Elba Esther, que a su botín conformado por el SNTE, el PANAL, la Lotería Nacional, el Sistema Nacional de Seguridad Pública, el ISSSTE y la SEP, sumaría Puebla, donde gobernaría ella, no Moreno Valle, y que por el tamaño de su padrón es una reserva de votos indispensable para quien pretenda hacerse del Ejecutivo federal. Vamos: un as que cualquier tahúr quisiera tener bajo la manga a la hora de los verdaderos trancazos electorales.

Ella cuenta con la red más eficaz de operadores territoriales; él, con la mejor estructura electoral que se recuerde en muchos, muchos años.

Creo, honestamente, que ganará quien el domingo cometa menos errores, quien mueva mejor sus piezas y a sus ejércitos, quien por supuesto “baje” o maneje mejor el dinero (carretadas de dinero), y quien logre neutralizar con mayor eficacia al enemigo en la batalla cuerpo a cuerpo por el control de las casillas, la clave, el meollo de todo.

Antes aliados, hoy enemigos jurados, Marín y Elba Esther se conocen bien, tanto y tan bien que en no pocos aspectos de sus respectivas biografías políticas hasta se mimetizan.

Su duelo sin duda sacará chispas.

Y pase lo que pase, marcará un parteaguas en la historia de Puebla.

Al tiempo.

gar_pro@hotmail.com

Así opera Elba Esther

Tuesday, June 29th, 2010

Arturo Luna Silva

Noé Rivera Domínguez-Aguilar es un hombre muy conocido entre las filas del magisterio y del Partido Nueva Alianza (PANAL), la franquicia electoral de Elba Esther Gordillo.

Y es que Noé fue durante mucho tiempo el operador estrella de la fundadora y dueña del SNTE, de quien llegó a convertirse en su hombre de confianza por encima, incluso, de otros cercanos como Francisco Yáñez y su yerno consentido Fernando González. De hecho, fue tan, tan próximo que la profesora llegó a referirse a Rivera Domínguez-Aguilar como “mi hijito”.

Hace ya tiempo, sin embargo, que Noé rompió con ella y hoy, por esas vertiginosas vueltas que da la vida, él no sólo es un enemigo más de “Doña Perpetua”, sino seguramente el sujeto que mejor conoce la ingeniería electoral (las mapacherías, pues) que suele desplegar la Gordillo cuando se pinta de guerra y concurre, como ahora, a unos comicios.

Ingeniería que, hay que decirlo, se basa en la alteración de los cómputos por parte de los operadores del SNTE sembrados y habilitados, por goteo, como funcionarios de casilla.

El profesor y consultor Ricardo Raphael recupera, en su libro “Los socios de Elba Esther” (Planeta, 2007), el testimonio de Noé Rivera Domínguez-Aguilar, importante testimonio pues revela la poderosa fuerza a la que los priístas poblanos, también con todas sus mañas, se van a enfrentar el próximo domingo, en el choque de trenes, el combate cuerpo a cuerpo, la lucha de estructuras que forzosamente se va a dar entre la Gordillo y el gobernador Mario Marín, cada quien a favor de su respectivo “delfín”: Rafael Moreno Valle, el de ella; Javier López Zavala, el de él.

Dice Noé:

Elba Esther tiene la capacidad de salir a pelear en la casilla, de salir a hacer cambios cibernéticos, de salir a hacer procesos e influir en procesos de cierre de casilla, dependiendo de cómo va el comportamiento. Por eso es tan exacto el sistema que usa. (En Baja California) no salió hasta que convencieron a (Manuel) Espino (presidente nacional del PAN) de que (Jorge) Kahwagi (presidente del PANAL) saliera mediáticamente con él, a hacer declaraciones para que se pudiera ver la factura de Elba Esther. Y a las 1:30 salieron de todos los domicilios particulares (…) más de 10 mil maestros. Y barrió como cualquier partido de futbol, que el equipo estrella que barre desde la portería de ellos hasta la otra y metieron no un gol, (sino) veinte veces el gol.

“(Con respecto a la elección de 2006) yo creo que se compactó, hubo una operación como de 70 mil compañeros. Aparentemente (…) lo que le interesó (con el PANAL) fue simplemente demostrar que Elba Esther tiene el control. La votación que tuvo el PANAL fue la que necesitaba la imagen caciquil de Elba Esther Gordillo para decirle a la sociedad mexicana y al gobierno, yo controlo este sindicato (…) Yo no creo que Elba Esther (…) haya generado votos a favor de Felipe Calderón, yo estoy seguro de que le quitó al PRI, le perdió votos al PRI y al PRD.

Elba Esther sopesó cuánta estructura tenía de funcionarios de casilla de ella. Elba Esther sabía claramente dónde iba a haber fallas en la instalación de casillas, Elba Esther tenía claramente los análisis dónde iba a haber cobertura de los partidos, y ahí buscó la estrategia de rémora y se metió en esa partecita, y pudo lograr estas diferencias porque en el proceso que se dio entre Calderón y Obrador, pues la mano de Elba Esther es casi, casi definitoria. Si hubiera sido mayor la diferencia, Elba Esther no se nota.

“(La idea era) repetir el esquema de equivócate en la suma, lo que aquél saca póntelos tú; pero no en una forma abrupta, pequeñas dosis: diez, cinco votos, veinticinco votos. El secretario (de la casilla) no importa para nada, el escrutador es el que pone los datos. (Pero necesitas) dos, porque el escrutador le tiene que decir al presidente: ´¿me permite pegar el póster (el acta de escrutinio)?´ Eso es en la última etapa de toda la jornada electoral, ya cuando pegas el póster…”.

***

En resumen, la mecánica gordillista para vulnerar la legalidad de los procesos en algunos centros de votación se daría, según Noé Rivera Domínguez-Aguilar, a través de los siguientes pasos:

* Seleccionar todas aquellas casillas que las autoridades electorales identifiquen como “de atención especial”.

* Lograr que los operadores del SNTE salgan seleccionados como funcionarios de casilla en las zonas “especiales”, o que dichos operadores sean seleccionados durante el proceso de suplantación que se da el día de la elección ante la ausencia (por desidia o corrupción) del ciudadano seleccionado.

* Formar –desde las cuatro de la mañana- al primer “ciudadano” de la fila de electores con el objeto de que éste sea seleccionado en caso de ausencia del presidente de casilla.

* De esta manera, habiendo introducido a un operador del SNTE por la vía normal de selección o por el mecanismo de sustitución de los funcionarios de casilla, y por la otra, a través de la ocupación de la vacante por el primer “ciudadano” de la fila, la estructura gordillista contaría con dos personas pertenecientes a su red que, eventualmente, podrían modificar –al final de la jornada- el cómputo real de los sufragios.

* Basta, pues, que el primer escrutador y el presidente de la casilla se pongan de acuerdo para que sea posible sustraerle votos a un partido político con el objeto de transferírselos a otro. Tal cosa ocurriría en pequeñas dosis (cinco, diez, quince votos), de tal manera que el procedimiento no sea notorio entre el resto de los integrantes de la mesa directiva de casilla, ni posteriormente en la revisión de los paquetes electorales impugnados.

Sí, así opera Elba Esther.

gar_pro@hotmail.com

Encuestadoras: ¿fábricas de mentiras?

Monday, June 28th, 2010

Arturo Luna Silva

“Por su experiencia acumulada y por los contratos millonarios firmados con los partidos políticos y sus candidatos, así como con medios de comunicación, las principales firmas encuestadoras del país se van convirtiendo ellas mismas en actores políticos durante los procesos electorales, sobre todo durante las campañas y los conteos de los escrutinios.

“A varias de esas firmas se les señala por responder más a intereses económicos y políticos que (por) proporcionar información clave a sus clientes; a otras, de que “cucharean” los resultados para vender datos sesgados para favorecer a algún candidato.

Ricardo Barrueta, presidente de la Asociación Mexicana de Agencias de Investigación de Mercado y Opinión Pública (AMAI), fundada en septiembre de 1992 e integrada por 32 socios, se deslinda. Advierte que él y sus compañeros no participan en ese tipo de prácticas ilegales que, arguye, “realizan empresas que no están reconocidas por ninguna asociación ni cumplen con los requisitos profesionales para la realización y presentación de las encuestas.

“Se sabe, dice, que algunas de ellas realizan incluso técnicas push pull, que en realidad son “campañas sucias”, pues son encuestas aplicadas a personas con la intención de modificar el voto haciendo campaña a favor de algún candidato o en contra de otros (…)

“La AMAI también ha detectado que algunas empresas encuestadoras y periódicos como El Universal, Milenio diario y Reforma han publicado como inserciones pagadas información de presuntas encuestas con datos incorrectos y que no han sido verificados (…)

“Una pifia más escandalosa aún fue la del 16 de mayo último. Ese día se realizaron comicios en Yucatán y (la) encuestadora Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), a cargo de Federico Berrueto y de Liébano Sáenz, hizo una encuesta de salida en la que aseguró al PRI que ganaría 100 de los 106 municipios. En Mérida, la emblemática capital que ha estado en manos de los panistas, lo ganaría con una amplia ventaja.

“Sin embargo, los datos resultaron incorrectos. Al final, los priístas sólo ganaron 63 municipios y si bien arrebató la capital a los panistas lo hizo con escasa diferencia de votos.

“El 24 de mayo último, el periodista Raymundo Riva Palacio acusó en un artículo a la encuestadora GCE de tener vínculos políticos y comerciales con Televisa y Grupo Milenio para manejar la información al mejor postor (…)

Adrián Villegas, directivo de Ipsos-Bimba y vicepresidente de la AMAI, reconoce que los encuestadores se han convertido en actores políticos por el trabajo de investigación que hacen para candidatos, partidos y entidades de gobierno y del Poder Legislativo. Pero insiste: el trabajo de Berrueto y Liébano Sáenz publicado en Milenio diario “ha provocado un poco de ruido” (…)”.

Los anteriores son fragmentos esenciales del amplio reportaje que la influyente revista Proceso publicó en su más reciente edición semanal, que ya circula, con el título: “Encuestas: fábricas de mentiras”, bajo la firma del periodista José Gil Olmos.

El texto adquiere relevancia porque, entre otras cosas, describe con exactitud la problemática que ciertamente hoy envuelve a varias de las encuestadoras, principalmente nacionales, que con datos sesgados o erróneos se ponen al servicio de los partidos políticos o sus candidatos para, primero, falsear la realidad; segundo, influir negativamente en los resultados electorales, y tercero, vender “espejitos” al que mejor los pague.

Vamos, que mercenarios son y en el camino andan…

No son pocas las firmas dedicadas a medir la opinión pública que se juegan todo –y todo es todo- este domingo 4 de julio.

Y, sin duda, Puebla será clave para descubrir cuáles son, efectivamente, burdas fábricas de mentiras y cuáles, en contraste, siguen haciendo honor a su nombre, experiencia, metodología, confianza y conocida credibilidad.

Hoy, como nunca, las encuestadoras y sus protagonistas están, sí, bajo la lupa.

¿Pasarán la prueba?

gar_pro@hotmail.com