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A leer

Jueves, Septiembre 8th, 2011

Menos Face y más book, reza una de las famosas campañas de mercadotecnia de la librería Gandhi. Y en efecto, las nuevas generaciones difícilmente dejan la laptop a un lado y abren un libro para sumergirse en sus páginas. Sin embargo, en pleno siglo XXI, en Puebla aún el 10.4% de la población de 15 años y más no sabe leer ni escribir.

En el año 1967 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) proclamó el 8 de septiembre como el Día Internacional de la Alfabetización, con el objetivo de crear conciencia sobre lo importante que es para la población tener la capacidad de la lectoescritura, así como generar entre los gobiernos de las diferentes naciones un compromiso en materia de educación y desarrollo.

De acuerdo con cifras del INEGI, lasas más altas de analfabetismo se presentan en los municipios poblanos de Zoquitlán, Olintla, Teopantlán y Chiconcuautla (con niveles superiores a 38 por ciento).

En Puebla, los datos censales evidencian que de 1930 a 2010, el porcentaje de población de 15 años y más que no sabe leer y escribir se redujo de tal modo que es casi siete veces menor, de 71.4 a 10.4 por ciento. Sin embargo, aún en 2010, seis de cada diez personas analfabetas son mujeres.

Generalmente, los ocho años se consideran como la edad en la cual un niño debe saber leer y escribir, ya que oficialmente a los seis años cumplidos debió ingresar al primer año de primaria. De la población infantil de 8 a 14 años, 4.8% no sabe leer ni escribir; de ésta 30.5% no asiste a la escuela, por lo que resulta probable que no adquieran esta capacidad o la adquieran tardíamente.

De los 217 municipios del estado, solo en Coatzingo el porcentaje de mujeres analfabetas es menor que el de los hombres. En tanto que en 14 la tasa de analfabetismo femenina es al  menos de 40%, además, en todos ellos, la diferencia respecto de las tasas que registran los hombres supera los 10 puntos porcentuales. Cabe señalar que en Zoquitlán, 47 de cada 100 mujeres de 15 y más años son analfabetas, mientras que en Olintla y Chiconcuautla son 46 de cada 100

En el mapa siguiente muestra los municipios del estado según el nivel de alfabetismo que registran en 2010. Aparece en tono oscuro un grupo de 34 demarcaciones cuyos porcentajes van 34.4 a 48.3.  Algunos de ellos se localizan en la Sierra Norte, en la Sierra Negra y en la Mixteca, entre ellos: Teopantlán, Zoquitlán, Chiconcuautla. En tono más claro se tiene un total de 37 municipios. Se puede ver que la mayoría se localizan al centro del estado y muchos de ellos forman parte del Área metropolitana de Puebla; también se incluye Tehuacán. Los porcentajes de analfabetas funcionales que registran van de 6.1 a 13.9. Algunos son Cuautlancingo, Puebla, San Andrés, San Gregorio Atzompa, San Pedro Cholula, entre otros.

En 213 de los 217 municipios  la tasa de analfabetismo funcional en las mujeres es mayor o igual a la de los hombres; en contraste se observa que en Atlequizayan y Zongozotla  las diferencias son superiores a los 16 puntos porcentuales.

Fuente: INEGI. Censo General de Población y Vivienda, 2010. Cuestionario básico. Consulta interactiva de datos

Censo 2010

Martes, Junio 1st, 2010

Era el año 2000, el año que para muchos representó la pérdida de la ingenuidad cuando descubrimos que en realidad el mundo no tenía la intención de acabarse, que el Apocalipsis no llegaría montado en cuatro jinetes y que por el contrario, la humanidad del tercer mundo tenía una sed insaciable de ver y vivir lo que ocurría en el siempre avanzando primer mundo, aún cuando las consecuencias de éste sean desastrosas e incluso catastróficas.

Tenía casi 19 años cuando leí en alguno de los pizarrones de Ciudad Universitaria la convocatoria del INEGI para formar parte del ejército de encuestadores que se harían cargo de no sólo preguntar cuántos eramos (en ese entonces) sino de meterse literalmente hasta la cocina de las casas.

La mayoría (yo incluida) vimos en el Censo 2000 una manera de ganarnos unos cuantos pesos sin comprometernos en un trabajo que nos distrajera de nuestros estudios universitarios. La paga sonaba muy buena y uno empezaba a cobrar desde el primer día de la capacitación, sin embargo, algunos otros (incluida yo) realmente queríamos estar en la jugada de un evento de importancia nacional e histórica.

Aunque ya pasaron 10 años aún recuerdo con nostalgia y satisfacción la experiencia de haber tocado de puerta en puerta en las manzanas de la colonia Universidades que me asignaron. Desde entonces los contrastes socio económicos en plena zona urbana ya me producían dolor de estómago.

La prolongación de la 14 sur era apenas una larga calle en vías de ser pavimentada. La tarea en algunas manzanas era relativamente fácil dado que abundaban los predios enormes que cruzaban la calle. En otras casas la cosa se ponía complicada cuando se trataba de una pequeña casa en la que habitaban más de dos familias, y es que la indicación era llenar un cuestionario por familia aún cuando convivieran con más en esa misma dirección.

Recuerdo que la pobreza de algunas casas dificultaba que preguntara cómodamente de cuánto era el salario con el que se mantenía el hogar, así como la existencia de aparatos en ese entonces “de ricos” como computadora, horno de microondas, autos, entre otros bienes y servicios a los que un obrero o empleado con un salario mínimo y cuatro hijos o más, podía aspirar.

Justo a un lado de una vivienda improvisada con láminas se alzaban casas en terrenos de 400 metros o más, la mayoría estaban recién construidas y albergaban la mitad o hasta una tercera parte de los inquilinos que solían tener las precarias viviendas vecinas.

La experiencia es inolvidable. Sirvió para que quienes teníamos una fotografía del mundo color de rosa en donde las familias habitan en casas de cuentos de hadas descubriéramos que existen otras formas de vida, que en una casa no siempre vive una sola familia, que no en todas hay papá, mamá e hijos; que no todos viven el rito de los padres al trabajo y los niños a la escuela.

Esa ha sido la única vez que he caminado gustosa en mi vida con una gorra y un morral nada femeninos. Así que desde aquí la mejor de la suerte para los poco más de 7 mil quinientos entrevistadores que recorren desde este lunes y hasta el 25 de junio las viviendas poblanas.