Aunque en Puebla la anticipada carrera hacia la candidatura de Morena a la gubernatura es un tema, hasta hoy, exclusivamente de varones, quienes son los visibles y los apresurados, sus esfuerzos y aspiraciones podrían ser en vano, si las condiciones obligan a que ese partido deba postular, por la paridad de género, a una mujer. Pareciera que nadie está pensando con la seriedad suficiente en esta latente posibilidad.
Tras siete años de ausencia de un Presidente de la República en la Conmemoración de la Batalla de Puebla del 5 de Mayo, Andrés Manuel López Obrador ha confirmado su presencia. Lo hizo hace un par de días, directamente al gobernador Miguel Barbosa Huerta. La relación entre Casa Aguayo y Palacio Nacional es cálida, cercana y cordial y hay muchas muestras de ello.
Por muchas razones, algunas institucionales, otras jerárquicas, unas cuantas misteriosas y otras más temerosas, nadie o muy pocos se atreven a decirle “no” a un Presidente de la República. Ocurre desde siempre en nuestro sistema presidencialista, más en los tiempos de antaño que en los actuales, pero la lógica obliga a que, cuando no se le puede complacer al titular del Poder Ejecutivo, se busque matizarle los hechos para que no se tenga que pronunciar abiertamente un “no”. Una poblana lo hizo en un tema de vital interés de Andrés Manuel López Obrador.
Periodista desde 1990, Reportero, Coordinador Editorial, Director y Columnista
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